Actualmente, el propietario de uno de los estudios de tatuajes de más repercusión es Pedro José Pérez González, más conocido como Pxa, quien comenzó hace 21 años en el sector del tatuaje. El estudio se conoce como el Pxa Body Art.
Después de 21 años en esta profesión, descríbenos el pasado, presente y futuro que imaginas.
Sin duda, tiempos pasados fueron mejores, la finalidad era trabajar, era algo digno. El presente, por desgracia para muchos, se basa en tener más likes, más seguidores, más patrocinadores, tatuar más celebridades, retocar más las fotos y la obsesión con ganar más dinero. El futuro creo que es ser buena persona, sobra gente que tatúe bien y cada día hay más competencia, por lo que solo quedarán los que hayan justificado su precio con un buen trato, profesionalidad y fidelizar clientes a base de un trabajo digno.
¿Algún consejo para quien quiera tatuarse?
Darle la importancia necesaria, muchos gastan 1.000 € en un Iphone que dura un par de años, pero un retrato de 500 € que es para toda la vida le parece caro, creo que hay que tomárselo más en serio. Lo que nos diferencia de una tienda es que no somos productos, sino un servicio que nos intentamos justificar con empatía, amabilidad, buen trato, puntualidad, higiene y, por supuesto, un buen resultado.
¿Cuáles son las claves para llegar lejos en esta profesión?
Muchos no me respetaban por no ser tatuador, pero José Mourinho no fue futbolista profesional y, en cambio, fue de los mejores entrenadores y de las personas que más sabía de futbol. Creo que no hay que competir con los demás, sino contigo mismo, ser mejor que el Tú de hace un año, y por supuesto, no copiar lo que hacen el resto, buscar lo que nadie hace, ser pionero y destacar. No puedes perder la devoción, hay que tener constancia, conocimiento y esfuerzo. Y por supuesto, ser generoso, quien da mucho es porque es mucho, nadie da lo que no tiene, ayuda a los demás y forma un buen equipo.
¿Qué es lo que más te ha sorprendido de tu trabajo?
Supongo que llegar a tener de clientes a Neymar, Nicky Jam, Vinicius, Busquets, Quaresma, Adriano, etc.
¿Lo que más te decepcionó de esta profesión?
Su gente, como suele pasar siempre, el ser humano. A muchos le di la oportunidad de tatuar a varios futbolistas, que buscaban mi tienda, no un tatuador en concreto, y a día de hoy aún veo entrevistas suyas lucrándose de ello, sin ser capaces de reconocer que le tatuaron gracias a mí o incluso diciendo que los jugadores contactaron con él. Mucho desagradecido y aprovechado.
¿Queda gente con prejuicios hacia las personas tatuadas?
Depende del dinero que tengas. Alguien puede ver a Sergio Ramos lleno de tatuajes y decir que le quedan genial, pero si ven a un crío joven por la calle quizás dicen que es un drogadicto. Mientras queden humanos quedará estupidez humana y, por tanto, prejuicios.