viernes, 13 diciembre 2024

Moncloa recorta el papel de Raquel Sánchez para controlar a los transportistas tras su fracaso

En Moncloa están muy orgullosos con la labor de Yolanda Díaz. Especialmente en algunas cuestiones clave como es el control de los sindicatos. El Ministerio de Trabajo ha disparado las subvenciones para los sindicatos como UGT y CCOO y ha conseguido dormir las protestas sociales. Esta labor, que se ha saldado con 17 millones de euros, ha sido uno de los motivos que ha engrasado la relación entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta del Ejecutivo Yolanda Díaz. El problema es que hay un fleco suelto que preocupa el Gobierno y que ni Yolanda Díaz ni la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, han sido capaces de controlar: los transportistas. El alto precio del carburante amenaza con una inminente huelga de estos profesionales para este mes o principios de julio y el Gobierno se siente «desprotegido».

Estos flecos sueltos preocupan, y mucho, a Moncloa porque han hecho un gran trabajo de la mano del Ministerio de Trabajo y Economía Social a la hora de controlar a los agentes sociales. El problema es que quien tenía el encargo de hacer frente al problema de los transportistas no ha sido capaz de cumplir con los plazos. Raquel Sánchez prometió a los profesionales que habría una solución estructural antes del 30 de junio, pero todo parece indicar que la ministra de Transportes no ha hecho su trabajo. Con esta situación a punto de desbordarse, el Ejecutivo ha confiado en la estrategia de Yolanda Díaz para aplicarla con los transportistas.

Este 2022 el Ministerio de Trabajo repartirá en total 17 millones de euros para los sindicatos. La utilidad de este dinero quedó clara cuando UGT y CCOO salieron a defender que no había que manifestarse por el alto precio de la luz y que no había que bajar los impuestos a la energía. Esta medida tomada por el Ministerio de Trabajo ha sido muy aplaudida en Moncloa porque ha contenido las protestas sociales a pesar del malestar general por la elevada inflación. El problema viene ahora cuando se les ha escapado un fleco a la maquinaria socialista para controlar las manifestaciones: no hay manera de contentar a los transportistas y julio se prevé como un mes bastante caliente para el Gobierno especialmente en las carreteras.

En Moncloa han puesto todo de su parte para intentar controlar ese fleco suelto que son los camioneros. Todo es cuestión de dinero. Los sindicatos callaron en el momento en el que Yolanda Díaz les inyectó casi el doble en subvenciones que lo que les daba el Gobierno de Mariano Rajoy. Los transportistas, sin embargo, exigen un trato especial con una ayuda durante un trimestre para empresas de mercancías (variable por tipo de vehículo) de 1.250 euros para camiones y 500 euros para furgonetas. El problema es que el Ejecutivo quiere abaratar el combustible de tal forma que repercuta en toda la población, pues estamos en un año convulso dado que las elecciones generales están a la vuelta de la esquina.

La fórmula del Ejecutivo está clara y quieren recurrir al estilo de Yolanda Díaz para controlar las protestas sociales

El Gobierno espera atar estos cabos sueltos antes de que estallen en la cara de los socialistas, pero parece que estos últimos días de junio los transportistas ya se están moviendo para presionar al Ejecutivo. La fórmula del Ejecutivo está clara y quieren recurrir al estilo de Yolanda Díaz para controlar las protestas sociales, es decir, tirar de la chequera. De momento, el descuento a la gasolina se ha quedado en nada dado que las petroleras han subido los precios los justo para que los 20 céntimos no supongan un alivio para la cartera de los españoles. Y en esa cuerda floja se mueve el Gobierno: contentar al grueso de la población a la par que contiene las protestas de los transportistas. Pero de momento no consiguen sacar adelante ninguna medida.

Uno de los problemas, señalan fuentes del Gobierno, es que los instigadores de las protestas de los transportistas no están adscritos a ninguna gran patronal o sindicato. Funcionan por libre. Una de las piedras del zapato para el Ejecutivo es la Plataforma en Defensa del Sector del Transporte, a quien no pueden directamente inyectar una buena subvención porque no les tienen en el radar de asociaciones. Con este escenario y una huelga permeable a todas las capas profesionales del sector, el Ejecutivo está moviendo los hilos para intentar al más puro estilo de Yolanda Díaz controlar a los transportistas como controlan a los sindicatos. UGT y CCOO han costado unos 17 millones de euros. Ahora toca meter dinero al transporte.

RAQUEL SÁNCHEZ, SEÑALADA

La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, ha tenido una actitud muy poco conciliadora con la situación que atraviesan los transportistas y con los sectores que montaron la huelga. Esto le ha pasado factura porque el único fleco suelto que tiene el Gobierno en estos momentos, según fuentes de Moncloa, es cómo controlar al sector del transporte que tantas veces se ha reunido con Raquel Sánchez. Algunos socialistas la culpan por no haber encauzado la protesta y por no haber tenido la capacidad de calmar los ánimos o de encontrar soluciones. En un principio, ante las protestas de las plataformas independientes, Sánchez respondió con desprecios y exabruptos que no gustaron a los profesionales del sector. Y ahora cosechan lo sembrado.

El que hayan recurrido a Yolanda Díaz para solucionar el problema deja en evidencia lo que muchos comentan en el Gobierno: que la ministra de Transportes no está a la altura de las circunstancias. Es cierto que Raquel Sánchez no es una de las señaladas para dejar el Consejo de Ministros tras la crisis de Gobierno, pero también lo es que Moncloa no quiere dejar en sus manos el problema de la huelga de transportes que se avecina. Raquel Sánchez se comprometió a buscar una solución para los profesionales del transporte antes del 30 de junio. Y como se ve que no ha hecho mucho, el Gobierno ha recurrido a Yolanda Díaz.