Junts celebrará la primera parte de su congreso este sábado, en la que se tratará el relevo de Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat, al frente del partido. Al frente se situará el tándem que conforman Laura Borràs, la presidenta del Parlamente, y Jordi Turull, exconseller, que tomarán el papel de presidenta de la formación y secretario general, respectivamente.
El congreso se celebrará en Argelès-sur-Mer (Francia) para que Puigdemont pueda despedirse presencialmente de los afiliados como presidente del partido, mientras que a mediados de julio habrá otra jornada, que se celebrará en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), que servirá para aprobar la ponencia política y organizativa.
En abril, el actual secretario general de Junts, Jordi Sànchez, anunció que no repetiría en el cargo, y semanas más tarde hizo lo mismo Puigdemont, dejando vía libre entonces a la sucesión al frente del partido.
Puigdemont asumió la presidencia de la formación en el congreso fundacional que se celebró en julio de 2020 tras la ruptura con el PDeCAT, y con Sànchez en la secretaría general cosecharon un apoyo de los militantes superior al 90%.
Entonces se diseñó, a petición del expresidente catalán, una presidencia de carácter institucional y representativa, dejando el peso ejecutivo en la secretaría general a manos de Sànchez, que desde un inicio tuvo que afrontar la necesidad de poner orden en el partido y la pugna por la reordenación del espacio postconvergente.
Sin embargo, su gestión no convenció a diversos sectores críticos del partido, que un año después de asumir el cargo ya pedían su dimisión: le reprochaban su «rol predominante» en las negociaciones de investidura con ERC, una gestión personalista y falta de diálogo.
A todo ello se sumaba la poca sintonía que Sànchez mantenía con Borràs, que demostró su fuerza en el partido, en febrero de 2021, tras imponerse con un 75,8% al exconseller Damià Calvet en las primarias para ser la candidata a la Presidencia de la Generalitat en las elecciones catalanas en las que Junts fue tercera fuerza por detrás de PSC y ERC, quedándose sin el liderazgo del Govern y Borràs optó por presidir el Parlament en vez de estar en el Ejecutivo.
Poco después, Turull y el resto de presos independentistas por el 1-O, incluido Sànchez, fueron indultados por el Gobierno, tras lo cual el exconseller inició en verano del año pasado una marcha por toda Cataluña –‘Travessa per la Llibertat’– para agradecer el apoyo recibido, en la que también se visibilizó su ascendiente.
Un año después, y tras unas negociaciones difíciles, ambos han decidido presentar una candidatura conjunta al congreso en la que Borràs ocupará la presidencia y Turull la secretaría general, con el acuerdo de repartirse las funciones ejecutivas dando más poder político a la presidencia.
Y es que Borràs consideraba que su posición como presidenta del Parlament y el apoyo que tiene su figura entre las bases no se traducía luego en puestos de decisión, y el hecho de que la presidencia fuera de carácter representativa no le hubiera permitido tener peso ejecutivo.
FUNCIONES EJECUTIVAS
Esta cesión de las funciones ejecutivas que hasta ahora tenía la secretaría general a la presidencia tendrá que plasmarse en la nueva ponencia organizativa que se debatirá en la segunda parte del congreso del partido, que se hará en julio.
Ambos han diseñado una dirección en la que se rodean de consellers de la formación y personas de confianza: Josep Rius, Anna Erra, Francesc de Dalmases, Aurora Madaula ocuparán las cuatro vicepresidencias –los dos primeros repetirán–; David Torrents será el secretario de Organización y Teresa Pallarès la secretaria de Finanzas.
El resto de vocales que proponen para la dirección son los consellers Jaume Giró; Violant Cervera y Gemma Geis, y otros miembros del partido como Jaume Alonso-Cuevillas; Damià Calvet; Joan Canadell; Cristina Casol; Montserrat Caupena; Jordi Fàbrega; Glòria Freixa; Montserrat Girbau; Marta Madrenas; Toni Morral; Míriam Nogueras; David Saldoni; Mònica Sales; Miquel Sàmper; Aleix Sarri; Esther Vallès y Salvador Vergès.
UNIDAD
A falta de un año para las municipales, ambos han cumplido con las expectativas y las llamadas a la unidad que familias de Junts hicieron cuando Borràs y Turull negociaban si presentarse conjuntamente o no.
Incluso hubo un manifiesto que expresaba el apoyo a Borràs como futura presidenta de Junts y al exconseller como secretario general, y que avalaron consellers y dirigentes de Junts, pero que desde el sector de la presidenta del Parlament no fue bien recibido porque lo consideraban una maniobra de presión de los partidarios de Turull.
No lo firmaron el vicepresidente y conseller de Políticas Digitales y Territorio, Jordi Puigneró; la consellera de Universidades, Gemma Geis; los vicepresidentes del partido Elsa Artadi y Josep Rius, y las personas cercanas a Borràs.
Mientras que Borràs entró en Junts como independiente y cuenta con el apoyo de las bases, Turull, que está inhabilitado para cargo público por el 1-O, tiene el de cuadros del partido que proceden de su etapa en CDC y el de los más cercanos a Jordi Sànchez.
RETOS
Precisamente, lograr la unidad de las diferentes familias del partido será uno de los retos que deberán afrontar Borràs y Turull tras una gestión de Sànchez que generó discrepancias, y que le ha llevado a dar un paso atrás y no presentarse a la reelección.
También es una incógnita el papel y el ascendente que tendrá Puigdemont en Junts tras su decisión de no repetir en la presidencia y su voluntad de centrarse en el liderazgo del Consell per la República (CxRep) y su responsabilidad como eurodiputado.
A falta de un mes para el congreso en el que se debatirán las ponencias, el partido deberá acordar la estrategia política independentista que quiere llevar a cabo, abordar la continuidad o no de Junts en el Govern y si deben abrirse o no a nuevas alianzas, más allá de ERC.
De hecho, el vicepresidente del Govern y conseller de Políticas Digitales y Territorio, Jordi Puigneró, y la consellera de Justicia, Lourdes Ciuró, ya abrieron semanas atrás el melón de este debate al abrirse a pactos con los socialistas, pese a matizaciones posteriores.
Uno de las asignaturas pendientes es decidir qué deben hacer con el pacto que Junts y PSC mantienen en la Diputación de Barcelona, que desde su firma ha generado divisiones y al que siempre se ha opuesto Borràs.
Con las municipales previstas en mayo de 2023, el partido quiere recuperar su hegemonía y volver a ser la primera fuerza municipalista en Cataluña, y ya hace tiempo que está intentado atraer a alcaldes del PDeCAT.
Además, deberá elegir al candidato al Ayuntamiento de Barcelona después de que Elsa Artadi, que era la candidata de Junts, anunciara a principios de abril que renunciaba y abandonaba la política activa.
Otra frente abierto es la afectación que pueda tener la causa en la que Borràs está imputada por presuntos delitos de malversación, prevaricación falsedad documental y fraude a la administración por su gestión al frente de la Institució de les Lletres Catalanes (ILC), y que podría acabar con su inhabilitación.