La llegada del tren a las Islas Canarias será una realidad muy pronto. El Congreso de los Diputados ha dado luz verde a la financiación de las vías ferroviarias que pretenden realizarse en Canarias. Los partidos del ala verde, entre los que se encuentra Unidas Podemos, también han dado su apoyo para aprobar este proyecto ferroviario que llegará al territorio de Canarias a pesar del descontento ecologista que está causando.
Los partidos del ala verde, entre los que se encuentra Unidas Podemos, también han dado su apoyo para aprobar este proyecto ferroviario
Por el momento, la Cámara Baja ha dado luz verde a financiar las vías que recorrerán Gran Canaria de norte a sur, además del tren del sur que discurrirá por Tenerife. De este modo, las dos islas más grandes del archipiélago canario contarán con trenes capaces de conectar los distintos municipios insulares. El Gobierno central será el encargado de financiar esta infraestructura y según fuentes internas se realizará «de acuerdo con la disponibilidad presupuestaria». Además, Ejecutivo nacional ha pedido colaboración con los Cabildos teniendo en cuenta el carácter estratégico del ferrocarril.
El objetivo de llevar trenes hasta las Islas Canarias es mejorar el transporte público en las mismas y reducir el uso del vehículo privado. Actualmente, el uso del vehículo privado ha proliferado de forma significativa en las islas por lo que una infraestructura ferroviaria trataría de ayudar a reducir los coches o al menos ese es el objetivo del Gobierno. Cabe destacar que en el caso de Gran Canaria, la carretera que conecta la capital, Las Palmas, con el sur de Maspalomas pasa por momentos de congestión importantes.
Este proyecto ha desatado polémicas entre los grupos ecologistas. «Tenerife tiene una superficie que supera en poco los 2.000 km2. La distancia entre el área metropolitana y el núcleo turístico del sur es inferior a los 70 km y una distancia tan corta no es la adecuada para unirla con un tren que implica una costosísima infraestructura, el establecimiento de una frontera entre la zona litoral y el resto de la isla, la marginación de los pueblos situados en las medianías además, tendría una velocidad insuficiente -menor que la guagua con carril exclusivo- al tener que para en las estaciones, la frecuencia sería baja pues no hay posibilidad de programar muchas salidas dado que un tren puede llevar centenares de pasajeros y no hay demanda para tantas plazas disponibles, es una infraestructura fija que no se adapta a los posibles cambios y sobre todo, no incide en la raíz del problema: el creciente número de vehículos privados», explica el portavoz de la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza, Eustaquio Villalba Moreno.
A pesar de la presión ecologista, este proyecto ha tenido el visto bueno de todos los grupos parlamentarios incluido Unidas Podemos. Mientras los morados hacen gala de defender el ecologismo en las instituciones dan luz verde a esta infraestructura cuya construcción inevitablemente cambiará el ecosistema por el que discurra. El levantamiento de las vías hará necesaria la poda de vegetación y la alteración de la fauna que habita sobre el terreno al que llegará esta obra faraónica.
No obstante estos problemas medioambientales, el Congreso de los Diputados ha decidido poner en marcha este macroproyecto. Los grupos ecologistas acusan a las instituciones de favorecer a empresarios con el objetivo de aumentar sus beneficios a pesar del coste ecológico que suponen este tipo de proyectos. De este modo, las asociaciones ecologistas demandan una mayor conciencia ambiental a los partidos políticos para que traten de frenar estos proyectos que flaco favor hacen al medio ambiente.
LAS ALTERNATIVAS AL TREN EN CANARIAS
Para evitar estos conflictos medioambientales, los grupos ecologistas apuestan por favorecer el transporte público basado en autobuses que utilicen energías limpias, con carriles exclusivos. Potenciar la red de autobuses capaces de adaptarse a las necesidades de movilidad sería una de las soluciones respetuosas con el medio ambiente. Cabe destacar que los autobuses tienen un impacto paisajístico mínimo al contrario del tren que supone edificar raíles, postes de tensión y catenarias por toda la isla.
Asimismo, los grupos verdes proponen penalizar el uso el vehículo privado de tal manera que el transporte público resulte más cómodo, más rápido y más barato para el usuario. Cabe destacar que el uso indiscriminado del coche en las Islas Canarias está llegando a causar una situación de colapso en muchas carreteras insulares donde el único transporte posible es el coche. Compartir coche o optar por el uso de vehículos eléctricos en una isla con pocos kilómetros para recorrer serían opciones respetuosas con el medio ambiente mucho más allá del tren.
A pesar de las soluciones propuestas, parece ser que el tren es una alternativa más que factible. Tanto el tren del sur de Tenerife como el que recorrerá Gran Canaria ya está siendo gestionado por los cabildos insulares. Aunque aún carecen de fecha de inauguración, el Gobierno central se comprometido a acometer esta inversión que supondrá la llegada de una imponente infraestructura a las islas del Atlántico.