El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de España vuelve a actuar sobre la costa del Mar Menor. Este ecosistema único en el mundo ha sufrido una degradación medioambiental de envergadura hasta el punto de llegar hasta la orilla peces asfixiados. Y es que los pelotazos urbanísticos en el Mar Menor han acabado por ahogar a esta laguna salada sobre la que se ha construido en exceso. Una de estas infraestructuras es el puerto deportivo de San Javier que ha supuesto un proyecto fallido cuya concesión no será renovada. De este modo, el Gobierno de España recupera este espacio y desmantelará los raíles oxidados que un día trataron, sin éxito, de ser amarres portuarios. Gracias a una partida presupuestaria de más de 150.000 euros públicos, el departamento de Teresa Ribera «rescatará» este enclave que fue explotado por pésimos gestores que no pudieron sacar el proyecto adelante a pesar de construirlo con un coste medioambiental elevado.
el Gobierno de España desmantelará los railes oxidados que un día trataron, sin éxito, de ser amarres PORTUARIOS
«Nunca se utilizó, es un puerto fantasma, está ahí como un cadáver urbanístico», explica una vecina del Mar Menor. Y es que aunque fuera construido para ser un puerto deportivo nunca se utilizó para dicho fin. Los raíles oxidados han permanecido sin barcos sufriendo la degradación medioambiental a la que se ha visto sometido el Mar Menor en los últimos años.
La empresa encargada de sacar adelante este proyecto es Puertomayor S.A. Esta compañía creada hace casi medio siglo se dedica a la construcción de puentes y túneles, de este modo, instaló las plataformas en medio del mar para lanzar el puerto deportivo. Sin embargo, el proyecto fue un fiasco ya que el Tribunal Supremo paró la infraestructura debido al coste medioambiental que supondría la llegada de grandes embarcaciones hasta este puerto ubicado en la laguna salada más grande de Europa.
El proyecto fallido fue un fiasco, pero al tener la concesión esta empresa privada, los organismos estatales no pudieron hacer nada por remediarlo. Ahora que la concesión ha caducado, el enclave ha vuelto a ser de dominio público y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha decidido retirar este esqueleto de raíles oxidados que yacen sin uso en la costa de San Javier.
Gracias a una partida de 157.819,71 euros, el departamento liderado por Teresa Ribera tratará de desmantelar la instalación. Para ello la Dirección General de la Costa y el Mar, a manos de Ana María Oñoro Valenciano, ha sacado a licitación el proyecto de retirada de instalaciones de puerto mayor y recuperación ambiental del espacio ocupado por las mismas. La duración prevista para los trabajos será de seis meses y aún no se ha encontrado a la empresa que acabará con la instalación fantasma.
«Las obras a proyectar consisten en la retirada de las instalaciones existentes en los terrenos otorgados en concesión a Puerto Mayor y en la restauración ambiental del espacio ocupado por las mismas, en la zona denominada Caleta del Estacio, tanto en su zona marítima como en la parte emergida, de acuerdo con la alternativa seleccionada de entre todas las posibles, resultantes de los estudios que abarquen la retirada de tablestacas y otros elementos portuarios, el estudio de dinámica litoral y de estabilidad de la playa, la restauración de hábitats, así como la totalidad de actuaciones que se deben considerar para garantizar la protección ambiental del entorno y su puesta a disposición para el uso público en condiciones de seguridad», reza el contrato al que ha tenido acceso MONCLOA.com. Además, en este mismo se detalla la degradación medioambiental que ha sufrido la zona a lo largo de los años en los que se ha intentado construir una infraestructura portuaria innecesaria y poco respetuosa con el medio ambiente.
De este modo, el ministerio de Teresa Ribera ha decidido tomar cartas en el asunto. La solución pasa por desmantelar de forma íntegra la infraestructura gracias a recursos económicos procedentes de las arcas públicas. Otro «rescate» encubierto a una empresa privada gracias al dinero de los contribuyentes.
Además, los trabajos de retirada de los raíles oxidados supondrán una nueva obra en pleno Mar Menor en el momento en el que sus aguas no pasan por su mejor etapa. El problema medioambiental que sufre esta laguna única en el mundo aún no se ha solucionado a pesar de que el año pasado murieran miles de peces asfixiados en este agua. El baile de competencias entre la Región de Murcia y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha hecho que nadie ataje de raíz este atentando medioambiental que está sufriendo el Mar Menor.