La Conferencia Episcopal Española (CEE) considera que es necesario que se genere en la sociedad un movimiento en favor de la vida y frente al aborto, y especialmente en estos momentos de crisis demográfica.
Durante un encuentro con periodistas para presentar la Memoria de Actividades de la Iglesia Católica, el presidente de la CEE, el cardenal arzobispo de Barcelona Juan José Omella, y el secretario general y portavoz de la CEE, el obispo auxiliar de Valladolid Luis Argüello, se han referido al anteproyecto de reforma de la ley del aborto que el Gobierno quiere llevar al Consejo de Ministros del próximo martes, y han coincidido en señalar las dificultades que hay en España para apoyar a la familia y a las mujeres que quieran tener hijos.
En concreto, Argüello ha insistido en que los avances médicos de los últimos años muestran que en una mujer embarazada hay una persona nueva. «No es una cuestión de derecho a decidir sobre el propio cuerpo. Hay una persona nueva. No hace falta ser creyente para posicionarse en favor de la vida», ha señalado.
En cuanto a la gestación subrogada, ha dicho que si la reforma de la ley la considera una forma de violencia contra la mujer, «es mucho más violento eliminar una vida que está científicamente demostrado que existe».
También se ha referido a la libertad de conciencia de los médicos que no quieran realizar abortos y ha destacado que obligarles a apuntarse en un registro previo «es una forma sibilina de restringir esa libertad».
COMISIONES DE INVESTIGACIÓN
Por otra parte, y en cuanto a las comisiones de investigación de los abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica, el presidente de la CEE, Juan José Omella, ha señalado que la comisión creada en el bufete Cremades & Calvo Sotelo sigue trabajando por su cuenta y ha reiterado que la CEE no participará en la Comisión del Defensor del Pueblo. «Colaboraremos en lo que nos pidan, pero no podemos ser juez y parte», ha defendido.
Por su parte, Luis Argüello, ha insistido en que de las 15.000 denuncias sobre abusos a menores presentadas en los últimos años, solo 69 se refieren a abusos perpetrados en el ámbito de la Iglesias, aunque ha reconocido que son conscientes de que los abusos en la Iglesia son «cualitativamente más graves», por lo que harán todo lo posible para luchar contra ellos.