El «cambio radical» en la postura del Gobierno respecto al Sáhara Occidental, después de que Pedro Sánchez manifestara por carta al rey Mohamed VI que España considera el plan de autonomía marroquí para la antigua colonia española como «la base más sólida, realista y creíble» para una solución, llegará por primera vez al Pleno del Senado la próxima semana.
El Grupo Izquierda Confederal ha llevado al Pleno una iniciativa con la que se busca que la Cámara Alta manifieste su «disconformidad» con el giro del Gobierno que se debatirá y votará previsiblemente durante la jornada del miércoles pero cuyo resultado no se conocerá hasta el jueves, ya que el voto sigue siendo aún telemático.
Aunque es la primera vez que se debate sobre esta cuestión en el Senado, en el Pleno celebrado días después de que el 18 de marzo se conociera la carta de Sánchez ya fue objeto de varias preguntas por parte de PNV, PP y ERC al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. Además, algunos de los senadores del Grupo Izquierda Confederal exhibieron la bandera del Sáhara y carteles de ‘Sáhara libre’ durante la sesión.
En la exposición de motivos de la moción, los senadores firmantes sostienen que el Ejecutivo «ha modificado unilateralmente su posición en relación con el conflicto del Sáhara Occidental, contraviniendo las resoluciones de Naciones Unidas y el propio Derecho Internacional».
Consideran que el cambio «supone de facto apoyar la vía propuesta por Marruecos, abandonando la base de una solución política que sea mutuamente aceptable, tal y como recogen las resoluciones de la ONU», la cual ha había sido la postura defendida hasta ahora por los distintos gobiernos españoles.
CONSECUENCIAS DE LA DECISIÓN
Desde Izquierda Confederal sostienen que una decisión de este tipo, que además de «suponer un cambio en la posición histórica mantenida hasta ahora, podría desencadenar consecuencias diplomáticas con el propio Sáhara Occidental, Argelia y Marruecos», «no puede ser adoptada de espaldas a la voluntad mayoritaria de las Cortes Generales y sin la transparencia esperable en cuestiones de tal trascendencia política ysocial».
Asimismo, tras advertir también de las «posibles consecuencias en el ámbito económico y energético» de la decisión, sostienen que la vía política de resolución de este conflicto en base a las resoluciones de la ONU «cuenta a día de hoy con el aval de las instituciones internacionales y europeas, así como de la mayoría social y política representada en el Senado».
Por ello, de prosperar su moción, el Senado mostraría su «disconformidad con el cambio radical e histórico del Gobierno español sobre el Sáhara Occidental».
Asimismo, la Cámara Alta ratificaría «su apoyo a las resoluciones de la ONU y a la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO), en el convencimiento de que solo el diálogo, la negociación y el acuerdo llevado a cabo de buena fe y de manera constructiva, conforme al Derecho Internacional, ayudarán a alcanzar una solución política justa, realista, viable, duradera y aceptable por ambas partes al conflicto político en el Sáhara Occidental».