La exdelegada comarcal de la Federación Catalana de Futbol en el Baix Llobregat (Barcelona), Paquita Linares, ha denunciado a tres directivos y a la federación por presuntas injurias y calumnias al reclamarle, después de dimitir, dinero que había gastado en viajes supuestamente injustificados.
Lo ha explicado en rueda de prensa este jueves junto a su abogada, Carla Martí, que ha detallado que en la denuncia por injurias y calumnias ha propuesto un acto de conciliación con los directivos, y ha avisado de que «si la Federación no lo reconoce, esto se convertirá en un proceso penal por acoso».
Linares, que trabajó en la Federación desde 2011 hasta mayo de 2021, ha contado que en los primeros años sintió el apoyo de la junta directiva pero que eso cambió tras un relevo de varios miembros en 2019: «A partir de ahí se me quitan poderes, tanto de decisión como de tramitación, me siento bastante presionada en todo tipo de decisiones».
Ha explicado que sufrió presiones para que votara en un sentido concreto en las asambleas, que algunos directivos le hacían comentarios sobre su forma de vestir y que controlaban las llamadas que hacía con el móvil de empresa, y que todo le hizo sentirse «anulada, acosada, maltratada psicológicamente» hasta dimitir con una carta en que explicaba que se había sentido acosada y marginada.
En concreto, la denuncia se ha presentado contra el presidente de la Federació, Joan Soteras; el vicepresidetnte, Josep Llaó; el administrador, José Miguel Calle; y contra la entidad.
«Me he sentido acosada por ser mujer, además era la única mujer» en la junta directiva, y ha añadido que una vez Calle le comentó su vestido diciéndole ‘hoy vienes muy marcona’, y después le tiró dos besos con la mano.
Además, Linares ha contado que había mantenido una relación sentimental con Llaó hasta 2015, y cree que a partir de entonces él «cambió de actitud» con ella, a lo que se sumaron otros directivos a partir de 2019.
QUERELLA POR ESTAFA
En paralelo, Martí ha explicado que la Federación se ha querellado contra Linares por presunta estafa de 78.000 euros y falsedad documental en viajes supuestamente injustificados cuando todavía trabajaba en la entidad.
Esta querella, por la que un juez de Barcelona ha abierto una investigación, llegó después de un burofax en que la Federación ya reclamaba a Linares 60.000 euros por el mismo motivo.