María Jesús Montero, ministra de Hacienda, ha lanzado un mensaje tranquilizador a todos los pensionistas y preocupante para el resto de la sociedad española. El gasto en pensiones es aproximadamente 16 veces superior al que nos cuesta el presupuesto en Defensa. Concretamente, en 2021 supuso 163.297 millones de euros de coste para las arcas públicas. Pues bien, la ministra de Hacienda ha asegurado este martes que las pensiones aumentarán con el IPC pase lo que pase. Incluso aunque los precios se disparen más allá de los dos dígitos. Esto quiere decir que si el coste de la vida ha aumentado en torno a un 10%, el Gobierno prevé dejarse otros 16.000 millones más en pensiones. Hay que recordar que el presupuesto anual para Sanidad fue en 2021 de unos 7.000 millones y el de Educación fue de 6.000 millones. Y el único que se lleva las manos a al cabeza ha sido el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones de España, José Luis Escrivá.
El mensaje es preocupante y ha llevado a tibios enfrentamientos internos en el partido. Por un lado están las elecciones y la obsesión que tiene el PSOE a nivel interno con la idea de que su electorado son funcionarios y pensionistas. Ahora mismo, con el fantasma del adelanto electoral acechando y con las generales fechadas a poco más de un año vista, el Gobierno no quiere ninguna sorpresa con los jubilados. Esto ha llevado a María Jesús Montero a lanzar un mensaje tranquilizador que ha hecho que Escrivá se tire de los pelos. Las cuentas están ajustadas y Montero ha anunciado que es probable que el Gobierno aumente el gasto en pensiones en torno a 16.000 millones más para los próximos presupuestos. Y mientras, el objetivo de déficit por las nubes.
De las 9.923.175 pensiones contributivas abonadas, un 1,09% más que en el mismo mes de 2021, 6.234.609 son de jubilación, 2.349.915 de viudedad, 952.160 de incapacidad permanente, 342.215 de orfandad y 44.276 en favor de familiares. En cualquier caso, esto ha costado al Estado nada menos que 163.297 millones de euros en 2021, una cifra que se dispara año tras año. Con el IPC por las nubes y los anuncios de Montero, desde el Gobierno hay un pequeño grupo que se resiste a aplicar medidas de este tipo sin antes cuadrar las cuentas. Escrivá es uno de ellos, pero la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Economía y Transformación Digital le acompaña en el sentimiento. A este ritmo, las cifras no dan.
La pensión media del sistema asciende a 1.086,52 euros mensuales. Esta cuantía, que comprende las distintas clases de pensión (jubilación, incapacidad permanente, viudedad, orfandad y en favor de familiares), ha aumentado en el último año un 3,7% en términos homogéneos. Estos son los datos del Gobierno, los oficiales, que tampoco acompañan mucho a otros como el salario medio. Pese a que se hable de que el sueldo medio en España es de 26.537 euros al año, en torno a 1.700 euros mensuales, es común la figura del mileurista. Escrivá ya dejó caer la necesidad de que se pagara un impuesto adicional para sufragar las pensiones de la generación baby boom porque con los sueldos actuales no es suficiente.
Este anuncio ha alterado los mensajes del ministro de Migraciones en los que pedía a gritos nuevas fórmulas para financiar las pensiones
La noticia ha sido mal recibida en el entorno de Escrivá. Calviño ha guardado silencio pese a que es una defensora acérrima de cuadrar bien las cuentas. Este anuncio ha alterado los mensajes del ministro de Migraciones en los que pedía a gritos nuevas fórmulas para financiar las pensiones. Impuestos adicionales o bajar los ingresos de los nuevos jubilados son algunas de las medidas que sopesaba Escrivá. Pero ahora, en pleno periodo electoral, se ha dado cuenta de que la idea inicial es aumentar el gasto en pensiones al mismo tiempo que también sopesan dispararlo en Defensa, una realidad que ha abordado los planes del Gobierno.
El choque no tiene discusión explícita en el Consejo de Ministros porque desde Moncloa han dejado claro que no hay que tocar temas escabrosos antes de que se celebren las generales. Tocar las pensiones no es algo que entre en los planes electorales. No si se hace a la baja. El mensaje lanzado por la ministra de Hacienda ha calado y sobretodo proviene de Moncloa. Las ayudas a la gasolina o el diésel auguraron un año de inversiones. Y los jubilados no iban a ser menos.
LOS PLANES DE ESCRIVÁ
Los planes que tenía el ministro se han aplazado. El Gobierno no tiene intención de descuadrar las cuentas dado que Europa vigila el objetivo de déficit con puño de hierro. El ministro quería hacer sostenible un sistema en el que no cuadran las cuentas. Calviño le apoyaba y en Europa estaba muy bien visto. Hasta el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dio orden de que se aplicara poco a poco. Pero la convocatoria electoral lo ha retrasado tanto como a los peajes que pretenden imponer en 2024.
Escrivá anunció que se sería interesante un «cambio cultural» que llevara a los españoles a jubilarse a los 75 años. No es algo que se haya propuesto como una norma o una intención, sino un grito desesperado por buscar una solución al quebrado sistema de pensiones. Esto lo ha dicho el ministro esta semana. Pero es que hace tan solo unos pocos meses, Escrivá propuso dos soluciones para hacer sostenible el sistema: o bajar el importe de las pensiones de la generación boomer o directamente sacar nuevos impuestos para financiarlas. El ministro lleva meses intentando trasladar a los españoles que es necesario abordar este problema de una u otra forma. Es algo similar a lo que ocurre con las carreteras y los peajes, pero con la diferencia de que el gasto en pensiones anual es de más de 10.300 millones de euros.