Las temperaturas comienzan a aumentar y poco a poco nos vamos a ir desprendiendo de capas de ropa. El calor también trae cambios en lo que se refiere al calzado, y muchos se preguntan cuando es el mejor momento para pasar de las botas con calcetines a las sandalias de verano. Este cambio a veces lo hacemos de forma tan repentina, que los pies se resienten, por eso los podólogos recomiendan no apresurarse demasiado y esperar a que los pies estén listos para calzar esas bonitas sandalias que llevan todo el invierno esperando a salir del armario.
1RIESGOS DE HACER UN CAMBIO BRUSCO
Los expertos aconsejan hacer una transición progresiva, pasando por una fase intermedia, para que los pies no sufran al pasar de estar suavemente envueltos en calcetines, a quedar totalmente expuestos. Durante el invierno han permanecido muy protegidos, con calzado mullido y muy sujeto al pie, por lo que pasar directamente a la sandalia puede provocar dolorosas rozaduras, e incluso lesiones como distensiones ligamentosas, esguinces, y hasta fracturas debido a la menor sujeción y la falta de estabilidad.