La mujer asesinada en Arroyo del Ojanco (Jaén) en abril de 2019 murió estrangulada y lo hizo sobre las 3,42 horas. Así lo han determinado las forenses que realizaron la autopsia y que han declarado en el juicio con jurado que se sigue en la Audiencia de Jaén donde el marido de la fallecida se sienta en el banquillo de los acusados como presunto autor de esta muerte violenta.
Los forenses han señalado que el mecanismo de asfixia empleado es compatible con las manos o con un cinturón que fue localizado en la habitación en la que se encontró el cadáver, sin poder determinar exactamente cuál de ellos se utilizó para causar la muerte.
Asimismo, han determinado que la hora probable de la muerte se sitúa en una horquilla que va desde las 3,42 horas hasta las 9,18 horas, pero que con el conjunto de pruebas practicadas, todo apunta a que se produjo sobre las 3,42 horas ya que, entre otras cuestiones, el contenido gástrico analizado arrojó que la cena se encontraba sin digerir.
La hora es una de las claves del caso ya que el acusado sostiene que abandonó la vivienda sobre las 6,30 horas y que dejó a su mujer en la cama durmiendo por lo que su defensa mantiene la autoría de una tercera persona. Fue el padre de la víctima el que encontró el cadáver sobre las 11,30 horas y el que alertó a los servicios sanitarios.
Los forenses han determinado también que la mujer no presentaba señales de haberse defendido y que en el análisis de las uñas se arroja presencia deADN del acusado y de una tercera persona sin identificar puesto que no había muestras con las que cotejarla. Sobre este punto, las forenses han incidido en que esa tercera persona, de la que no se puede saber si es hombre y mujer, podría corresponder a la hija pequeña de la pareja o a cualquier otra persona con la que hubiera estado en contacto horas antes de la muerte.
Asimismo, han señalado que no se puede saber si la muerte violenta se produjo cuando la mujer se encontraba dormida o despierta, pero sí han subrayado que no hay señales de defensa.
Fiscalía reclama para el acusado una pena de 23 años de cárcel por el asesinato de Toñi. Además de la pena de prisión, el Ministerio Fiscal solicita la prohibición de aproximarse y comunicarse con su hija y los padres de la víctima durante los diez años siguientes a la duración de la pena que resulte impuesta. También se pide que participe durante cinco años en talleres de lucha contra la violencia sobre la mujer y de adquisición de perspectiva de género.
En lo que respecta a la responsabilidad civil, Fiscalía solicita que indemnice a su hija en 100.000 euros y en otros 100.000 euros para los padres de la víctima por los daños morales causados con la muerte de su única hija. A todo ello se ha sumado la Junta de Andalucía que ejerce la acusación popular.
En el escrito de calificación provisional del Ministerio Público, recoge que el acusado inició una relación sentimental con la víctima en 2012. En 2014 tuvieron una niña y en 2015 se casaron. Relata que hasta el nacimiento de la bebé, la relación era «buena», pero a partir de ese momento las cosas cambiaron y comenzó el aislamiento social de la víctima que dejó incluso su trabajo como profesora de inglés.
Las discusiones, según Fiscalía, fueron en aumento. Ella le reprochaba que se gastara gran parte del dinero en enviarlo a Senegal donde vivía la familia del acusado y él amenazaba con llevarse a la niña a su país si ella no aceptaba darle más hijos. Según Fiscalía, la actitud de él hacía ella se tornó «déspota» hasta el punto de «anularla como mujer».
El 5 de abril de 2019, en presencia de la madre de la víctima, se produjo «una fuerte discusión» en la que el acusado «gesticuló y alzó los brazos en actitud de superioridad hacia su esposa». Esa noche ella decidió poner fin a la relación y así se lo comunicó su tía en una conversación telefónica.
Horas más tarde, en la madrugada del 6 de abril de 2019, el acusado aprovechando que su mujer dormía y se encontraba «indefensa», «con el ánimo de acabar con su vida le causó de manera violenta la muerte por asfixia mecánica por compresión extrínseca del cuello». En el momento en el que ocurrieron los hechos, la niña, de cuatro años, dormía en una habitación contigua.
Esa mañana, el acusado salió de la casa y según su versión inicial dejó a su mujer con vida, pero las pruebas determinaron meses después que a la hora a la que supuestamente la vio por última vez ya llevaba varias horas muertas.
Fue el padre de Toñi el que encontró el cadáver de su hija en la cama. Su marido había salido de la vivienda horas antes del hallazgo para viajar a Jaén capital y someterse a unas pruebas para el certificado de aptitud profesional.
Los servicios médicos no certificaron la causa del fallecimiento, por lo que se activó el protocolo judicial e intervino la Comisión Judicial del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Villacarrillo (Jaén), que entonces incoó diligencias previas.
Durante el levantamiento del cadáver y la posterior autopsia, tanto los agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial como los forenses apreciaron señales y marcas compatibles con una muerte violenta.
No obstante, quedaba pendiente el estudio de las muestras biológicas y las evidencias recogidas durante la inspección técnico ocular por el Instituto de Medicina Legal, con el objetivo de establecer el mecanismo de la muerte y su etiología criminal.
La detención del marido no fue inmediata. En un principio, la causa de la muerte quedó pendiente de lo que dijera la autopsia y el 8 de mayo el Juzgado de Villacarrillo decretó el sobreseimiento provisional a la espera de todos los resultados solicitados al amparo de la autopsia. Tres meses después del fallecimiento, el 24 de julio llegó el informe de la autopsia en el que se determinaba que la muerte había sido de naturaleza violenta.
La investigación terminó en marzo de 2020 con la detención y el ingreso en prisión provisional del marido de la víctima como presunto autor del asesinato y donde ha permanecido a la espera de la celebración del juicio.
Para este jueves está previsto que prosiga el tercer día de juicio en la Audiencia de Jaén con la entrega al jurado del objeto del veredicto, un cuestionario elaborado por la magistrada presidenta del jurado y al que deberán contestar para determinar la culpabilidad o inocencia del acusado.
Será este jueves cuando está previsto que el jurado, conformado por cinco hombres y cuatro mujeres, inicie la deliberación. Por lo pronto, uno de los miembros del jurado ha cursado baja por el ingreso hospitalario de un familiar directo por lo que ha habido que recurrir a una de los dos suplentes.