Marisa ha pisado el Ayuntamiento de Madrid y ha desatado el pánico en alcaldía. «Es la mejor tratando con los medios y preparando candidatos», dicen quienes la conocen. Las pretensiones de la vicealcaldesa de la capital y la visita de Marisa González Casado, antigua jefa de gabinete de la expresidenta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes, ha llevado a más de uno en el PP a entrar en pánico absoluto. Con la moción de censura amenazando el reinado del alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, esta visita ha sido comentada por todos y cada uno de los cargos del Consistorio.
La mayoría ha dado por hecho que la visita de Marisa ha significado un paso más en la dirección de la moción de censura. Aunque hay quien asegura que la exjefa de gabinete de Cristina Cifuentes no dejará su puesto en la Federación Española de Fútbol, más de uno considera que un talento así no permanecerá siempre alejado de la política. Sea como sea, el caso es que Marisa sigue siendo muy reconocible en el Consistorio y el Partido Popular se ha puesto a temblar al ver a González poner un pie en Cibeles. La actual directora de responsabilidad social y sostenibilidad de la Real Federación Española de Fútbol acudió a un encuentro profesional para la presentación de la II edición de Madrid Platform, presentada entre otras por Villacís. Pero esto fue más que suficiente para que el entorno de Almeida y el propio alcalde sudara frío.
Fuentes del Partido Popular aseguran que la visita de Marisa ha dejado a Almeida algo tocado. Que Villacís haya pisado la misma sala que la gurú de Cifuentes ha disparado la tensión del alcalde. Si la vicealcaldesa naranja está tanteando presentar la moción de censura con los apoyos explícitos de todas las formaciones de la oposición, una visita de Marisa es «lo peor» que le podría pasar, a ojos de más de uno en el Partido Popular. Al igual que Atila, rey de los Hunos, que donde pisaba su caballo no crecía la hierba, la visita de Marisa al Consistorio ha matado todas las pocas esperanzas que aún tenían en el Partido Popular. A Villacís solo le falta un buen equipo. Y si Marisa entrase, en el PP se dan por perdidos.
La exjefa de gabinete de Cifuentes tiene más de un mérito en su currículum. De hecho, hay quien en el PP considera que su estancia en la Federación supone un «desperdicio» de talento. No es la primera vez que en el Partido Popular colocan a Marisa en la órbita de algún alto cargo popular. Lo más divertido es que una visita esporádica de González al Ayuntamiento de Madrid haya amargado la mañana al alcalde de la capital. Imaginarse a Villacís desprendiéndose de parte de su equipo y colocando a pesos pesados como Marisa es la peor pesadilla de alcaldía. Algo que una visita de la directora de responsabilidad social y sostenibilidad de la Real Federación Española de Fútbol ha alimentado con creces.
Días han pasado y la comidilla sigue ahí. Marisa trabajó nueve años en el Ayuntamiento y que visite a viejos amigos en el Consistorio no parece algo fuera de lo común. Aún así, relacionar a Villacís y a Marisa en la misma habitación ha dejado claro que la tensión que hay en el PP por la presunta moción de censura que podría presentar Villacís es un miedo muy real que ensombrece los ánimos de Almeida y de su equipo.
Cifuentes se convirtió en presidenta de la Comunidad de Madrid gracias al trabajo de Marisa y de su equipo personal. Esto es una realidad muy reconocida en Génova. De hecho, no es la primera vez que algún dirigente popular tantea a Marisa para que le ayude a convertirse en un alto cargo público.
VILLACÍS TANTEA, PERO NO SE LANZA
Pese al trabajo de su entorno, Villacís ha contactado de forma tímida con su entorno para valorar qué apoyos reales tiene. «Le falta confianza», dicen desde Ciudadanos. Pero la vicealcaldesa no ha dejado de tantear quién le apoyaría en una moción de censura y quién no. La aritmética le dice a Begoña que le salen las cuentas. Esto y las palabras de los concejales. También tiene a favor la normativa. E incluso el relato para presentarle. El problema es que Villacís aún no se siente lo suficientemente respaldada como para lanzarse a la piscina.
Hay dudas sobre algunos concejales, pero por norma general, parece que todo está en su sitio. Le preocupa a Villacís el apoyo de Rita Maestre, dicen fuentes del entorno de la vicealcaldesa. No lo da por hecho porque la concejala no es precisamente un aliado fiable para la formación naranja.
La desconfianza de Villacís es algo a lo que se aferra Almeida como un clavo ardiendo. De hecho, la alimentan desde el PP de forma más que considerable. Aún así, a Begoña no le faltan apoyos ni los ánimos para presentarse. Quedan flecos sueltos, pero el argumentario ya está construido: la comisión de investigación será un soberano desastre dado que no acudirá prácticamente nadie a declarar; no están obligados. Si no hay un resultado «satisfactorio» en la comisión, a Villacís solo le quedará una salida. Habrá que ver si Rita mantiene a Almeida como alcalde o deja paso a Villacís.