jueves, 12 diciembre 2024

SOS Racisme identificó 334 situaciones de racismo en Cataluña en 2021, un 83,5% más que en 2020

La entidad SOS Racisme identificó 334 situaciones de racismo en Catalunya en 2021, un aumento de un 83,5% con respecto a las registradas en 2020, según su informe ‘(In)Visibles. El estado del racismo en Catalunya’.

Además, de dichas situaciones, 209 –el 63%– no se pudieron denunciar, lo que se debe al «miedo a las represalias y a la dificultad de actuar por derechos que raramente son reconocidos», ha asegurado la portavoz de la entidad, Paula Rossi, en rueda de prensa este lunes.

El 25% de las situaciones fueron agresiones y discriminaciones entre particulares (especialmente entre vecinos); el 20% discriminaciones en el acceso a derechos sociales; el 19% agresiones y abusos de cuerpos de seguridad pública (como la perfilación racial en la identificación); y el 11% discriminación en servicios privados, seguidos del discurso de odio y la discriminación laboral.

Rossi ha destacado que las vulneraciones del acceso a derechos sociales (como vivienda o ayudas) han aumentado de 22 casos en 2020 a 67 en 2021, y ha hecho un llamamiento a crear políticas públicas que garanticen estos derechos y «cuando existen, hacerlas cumplir».

AUMENTO DE ATENCIONES

En 2021 SOS Racisme atendió a un total de 648 personas, 58 más que en 2020, y 474 de las cuales se dirigieron por primera vez a la entidad.

El resto, 174, son casos de años anteriores pendientes de resolución y en gestión activa, lo que «da cuenta de la lentitud de la burocracia», en palabras de Rossi.

De los 474 nuevos casos, el 35% fueron de personas regularizadas y el 12% en situación administrativa irregular, lo que, según Rossi, ejemplifica cómo «la estabilidad administrativa y el contexto vital facilitan la denuncia», y el 41% de los casos asumidos son de mujeres.

En cuanto al origen, el 29,7% de nuevos casos se corresponde a personas originarias del Magreb, el 28,8% de Latinoamérica y el 26,3% de África Subsahariana.

«Creemos que hay un racismo estructural a todo nivel, sostenido por un discurso y por unas dinámicas que se trasladan a las instituciones, y que también legitiman la violencia en el ámbito particular», ha concluido Rossi.