El grupo europeo SCORE, en asociación con el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA), ha publicado el ‘Análisis de aguas residuales y drogas: un estudio en múltiples ciudades europeas’, en el que alerta del aumento de la presencia de drogas y, por ende, del consumo de las mismas.
En el proyecto se analizó las aguas residuales en 75 ciudades europeas de 25 países para estudiar las conductas de consumo de drogas de sus habitantes. Es el mayor número de países que han participado hasta la fecha.
Desde Barcelona (España) a Limassol (Chipre) y de Oslo (Noruega) a Oporto (Portugal), el estudio analizó muestras diarias de aguas residuales en las zonas de captación de las plantas de tratamiento de aguas residuales durante un período de una semana en cada ciudad en los meses de marzo, abril o mayo de 2021.
Se analizaron las aguas residuales de unos 45 millones de personas para detectar la presencia de trazas de cuatro drogas estimulantes ilegales (cocaína, anfetamina, metanfetamina, MDMA/éxtasis), así como la presencia de cannabis.
Los datos más recientes muestran que la cocaína, aun siendo la droga más importante en las ciudades de Europa occidental y meridional, se encuentra cada vez más en las ciudades de Europa oriental. Del mismo modo, la metanfetamina, históricamente concentrada en Chequia y Eslovaquia, se encuentra ahora en ciudades de toda Europa.
Las conclusiones de hoy nos proporcionan una valiosa instantánea del consumo de drogas en 75 ciudades y nos ofrecen información inestimable sobre las tendencias emergentes», ha dicho el director del EMCDDA, Alexis Goosdeel.
Los resultados muestran un aumento y propagación de la mayoría de las sustancias estudiadas, lo que refleja un problema con las drogas que es a la vez generalizado y complejo. Durante la última década, el análisis de las aguas residuales ha pasado de ser una técnica experimental a ser una herramienta consolidada para vigilar el consumo de drogas ilegales en Europa.
Este último estudio explora el potencial en el futuro de la investigación sobre las aguas residuales, desde la identificación de nuevas sustancias psicoactivas y la evaluación de intervenciones de programas de salud pública hasta el impulso de medidas preparatorias y de respuestas.
En concreto, en 2021, más de la mitad de las ciudades registraron aumentos de los residuos de cocaína en comparación con los datos de 2020 (32 de las 58 ciudades con datos de ambos años). Además, un reciente proyecto europeo sobre aguas residuales (EUSME) también detectó residuos de crack en las trece ciudades europeas incluidas en el estudio, con las mayores concentraciones de cocaína en Ámsterdam y Amberes.
La metanfetamina, tradicionalmente concentrada en Chequia y Eslovaquia, está ahora presente en Bélgica, Chipre, el este de Alemania, España, Turquía y en varios países del norte de Europa (por ejemplo: Dinamarca, Lituania, Finlandia y Noruega). De las 58 ciudades con datos de 2021 y 2020, alrededor de la mitad (27), notificaron un aumento de los residuos (a diferencia de los otros tres estimulantes, los residuos eran muy bajos o insignificantes en la mayoría de los lugares).
El nivel de residuos de anfetamina siguió variando entre las ciudades, registrándose las mayores concentraciones en las ciudades del norte y el este de Europa (Suecia, Bélgica, Países Bajos y Finlandia) y en niveles mucho más bajos en las ciudades del sur. Sin embargo, de nuevo, de las ciudades con datos de 2021 y 2020, más de la mitad (28 de 55) notificaron un aumento de los residuos.
Las mayores concentraciones del metabolito del cannabis se detectaron en ciudades europeas occidentales y meridionales, en particular en ciudades de Croacia, Chequia, España, Países Bajos, Eslovenia y Portugal. Su consumo parece haberse visto menos afectado por los confinamientos por COVID-19 que otras drogas. En 2021, casi la mitad de las ciudades que analizaron los metabolitos del cannabis (13 de 31) notificaron un aumento de la carga de cannabis.
El estudio reveló diferencias entre ciudades del mismo país, que pueden explicarse en parte por sus diferentes características sociales y demográficas (distribución por edades, universidades, vida nocturna). En la mayoría de los países con múltiples centros de estudio, los residuos de tres estimulantes fueron mayores en las grandes ciudades que en las zonas más pequeñas. Sin embargo, no se detectaron tales diferencias en el caso de la anfetamina y el cannabis. La MDMA fue la única droga en la que se registraron descensos en la mayoría de las ciudades investigadas.