Luis de la Matta será el nuevo «María Pelayo» del PP de Feijoo

Es poco conocido en el partido, pero el futuro presidente del Partido Popular y presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, tiene una buena opinión de él. Al líder de la Xunta le está siendo más difícil de lo que esperaba arrancar de su tierra a sus leales seguidores. Algunos se niegan a marcharse porque tienen su vida hecha en Galicia. Sin embargo, hay otros como Mar Sánchez o Luis de la Matta que están con las maletas en la puerta desde antes de que se supiera que Feijoo sería el único aspirante a presidir el PP. La labor que antes hacía María Pelayo como «guía espiritual» de Pablo Casado en todos los asuntos de prensa la hará para Feijoo quien ahora es el director de comunicación del PP de Galicia.

De la Matta ha sido redactor del ABC y de El Mundo. Ha trabajado como periodista, pero la mayor parte de su vida laboral (desde 2007) se la ha dedicado al Partido Popular. Tiene una «virtud» a ojos del PP que le beneficia para marcharse con Feijoo a Madrid; y es que es de la capital. Mientras que hay quien tiene más problemas personales con el hecho de trasladarse a Madrid con Feijoo, hay otros que tienen mayor libertad. Mar Sánchez, la mano derecha de Feijoo, no tiene ataduras. Y de la Matta parece que tampoco. Esto le convertirá en el nuevo María Pelayo del Partido Popular, por quien pasará absolutamente toda la información de la cúpula del partido y quien tratará las estrategias de comunicación del PP.

Pelayo, como Pablo Montesinos y Teodoro García Egea, ha sido de las pocas que se ha mantenido leal a Casado

María Pelayo ha pasado a la cantera. Ella fue quien manejó a Casado durante toda su estancia como presidente del PP y ahora no se augura que vaya a haber pretensiones de reciclarla. Pelayo, como Pablo Montesinos y Teodoro García Egea, ha sido de las pocas que se ha mantenido leal a Casado y quien se ha hundido con el barco y con el capitán. El resto han preferido mantener una actitud algo más desleal y ahora buscan que Feijoo les tienda la mano. Pero como buen gallego, de momento no se ha filtrado nada. Ni para bien ni para mal. Solo que de la Matta tendrá un puesto predominante en Génova, al igual que Mar Sánchez.

Sobre el cómo se estructurará el equipo de Feijoo, hay dudas. Solo se tiene claro por el momento que de la Matta y Mar Sánchez formarán un tándem (que bien podría ser director de comunicación del partido y jefa de prensa del presidente del PP) que harán de cortafuegos para el presumiblemente nuevo líder de la formación. De la Matta tiene la maleta hecha desde hace tiempo y está deseando subir a la séptima planta de Génova para hacer la toma de posesión del área de prensa del PP.

Luis de la Matta

Lo que queda claro es que el equipo de Feijoo lo formarán, en su mayor parte, personas íntimas del equipo que ahora trufa la Xunta. Solo tiene que convencer a los elegidos para que cambien su residencia por los próximos cinco años, como mínimo, o nueve. De la vieja directiva de Pablo Casado quedarán muy pocos. La mayoría están señalados por haber mantenido un grado de deslealtad importante. Feijoo no quiere perfiles así dado que sabe que vienen curvas. La crisis del PP, que empezó por señalar a la presidenta de la Comunidad de Madrid y acabó por estallarle en la cara a Casado, ha hecho que en un corto periodo de tiempo muchos populares cambien de criterio de forma absolutamente radical. Feijoo no quiere eso. Solo sobrevivirán aquellos que mantuvieron un relato constante y sin giros.

Ahora es relativamente curioso ver cómo se pasean (incluso por Galicia) aquellos que temen que su puesto de responsabilidad en el partido desaparezca. Ana Pastor es una de ellas, pero hay más, muchos más. Desde el PP de Casado, esa vieja directiva, intentan dar una buena imagen para que se les mantenga al frente. El problema es que aquellos que acabaron fuera con la llegada de Casado esperan que sea su oportunidad. Ahora no solo está Feijoo. Contar con el eurodiputado Esteban González Pons es un buen plan. Desde el PP detallan que su teléfono ahora «echa humo» dada la cantidad ingente de personas que quieren volver al partido.