En los últimas semanas el grueso de la información de defensa, en el marco de la general, se está centrando en la invasión de Ucrania por parte de Rusia, por lo que el despliegue del navío de la Armada español “Tornado” en el Golfo de Guinea para colaborar en la lucha contra la piratería ha pasado prácticamente desapercibido.
El pasado día 7 de marzo el patrullero de altura o Buque de Acción Marítima (BAM), como se denomina por parte de la Armada, “Tornado” inicia un nuevo despliegue hasta el Golfo de Guinea, dirigido por el Comandante del Mando de Operaciones (CMOPS) y conducido por el Comandante del Mando Operativo Marítimo (CMOM). Su misión en curso es realizar actividades de vigilancia marítima, de construcción de capacidades de los estados ribereños, con el objetivo de mejorar la seguridad marítima regional, afectada por acciones de piratería, y reforzar la presencia española en aquellas aguas por donde transita buena parte del tráfico marítimo que asegura sus exportaciones y sobre todo las importaciones, especialmente de los estratégicos hidrocarburos.
Miles de kilómetros al noreste, otro de esos BAM de la Armada, en este caso el “Meteoro”, que es el navío que da nombre a su clase y lleva pintado en el casco la P por patrullero y el numero individual 41, está navegando por el Mediterráneo Oriental, portando en los laterales de su puente de mando la insignia de las estrella de cuatro puntas de la OTAN. Estamos ante uno de los tres navíos que España tiene actualmente asignados a la Alianza Atlántica, que ejercen el papel de disuasión ante Rusia, ante el muy hipotético caso de que Putin atacase a algún miembro de la OTAN. El Gobierno de España, a pesar de compartir los asientos del Consejo de Ministros con los integrantes de Podemos, algunos de los cuales son activos militantes anti-OTAN, se está mostrando como un activo miembro de la Alianza en este periodo de crisis.
En el apartado naval, España además de aportar a la disuasión frente a Putin una poderosa fragata, la “Blas de Lezo” (F-103), está aprovechando la versatilidad de los BAM, un diseño de la empresa española Navantia basado en su patrullero Avante 3000 que tiene 93,9 metros de eslora (largo) y desplaza 2670 toneladas, para ejercer como navío de mando de una de las flotas permanentes de respuesta de la Alianza o NATO Response Force (NRF).
En concreto desde el “Meteoro” el capitán de navío español Javier Núñez de Prado Aparicio asume el mando de la denominada fuerza permanente de Medios Contra Minas (MCM) (navales) nº2 o Standing NATO Mine Countermeasures Group Two (SNMCMG2), desde el pasado 22 de junio. Para este rol, se aprovecha el gran espacio y excelente habitabilidad de este diseño naval español, que permite alojar a un Estado Mayor, adicionalmente a su reducida dotación de 46 personas. Además en su amplia cubierta de vuelo se pueden instalar contenedores estándares, para alojar equipos, con una cámara hiperbárica para submarinistas, y otros materiales, que le hacen perfecto para la misión de liderar y apoyar a dicha flotilla de la OTAN, que incluye varios cazaminas de diversos países de la Alianza, incluido el también español “Sella”.
Desde la entrega del primer BAM a la Armada, en concreto el citado “Meteoro” en julio de 2011, éste y los otros cinco construidos por Navantia se han convertido en los navíos fundamentales para efectuar los largos despliegues en el Golfo de Guinea, y sobre todo en el Cuerno de África, en el curso de la operación Atalanta, para combatir la piratería en ambos escenarios. La principal clave de dicha actividad son los bajos costes operativos de esta clase de navío, tan importante en una década como la segunda del siglo XXI caracterizada por la crisis económica inicial, a la que se sumó en el caso español unos constantes paupérrimos presupuestos de defensa.
A cambio, hay que resaltar que los BAM cuentan con un limitado armamento aunque muy apto para operaciones asimétricas, que fue el principal rol para el que se encargaron, insuficiente para afrontar una guerra convencional. En este sentido Navantia está construyendo para Arabia Saudita en el astillero de San Fernando (Cádiz), donde se produjeron la mayoría de los BAM, cinco muy similares, aunque definidos como corbetas, con una mayor eslora de 104 metros y un tonelaje incluso un poco menor, de unas 2.500 toneladas, pero poderosamente armadas con misiles antiaéreos/antibuques y torpedos antisubmarinos, y los correspondientes sensores para su eficaz empleo.
Volviendo al escenario africano, el ‘Tornado’ se va a incorporar al ejercicio ‘Obangame Express 22′, un supuesto táctico multidisciplinar dirigido por la más puntera fuerza naval, la de Estados Unidos denominada US Navy, con el objetivo de desarrollar y afianzar actividades relacionadas con la seguridad marítima con todos los actores implicados en la región. Este ejercicio, que es anual, busca el cumplimiento del código de conducta de Yaundé (Camerún), que establecieron países como: Senegal, Cabo Verde, Gambia y Guinea Bissau, entre otros, en 2013, como un marco de seguridad marítima en el oeste de África y el golfo de Guinea, frente a diferentes ilícitos como la piratería.