Con motivo de la conmemoración del Día Europeo para la Prevención del Riesgo Cardiovascular, que se celebra este lunes, la Fundación Española del Corazón (FEC) ha advertido de que el 35 por ciento de los menores (de 1 a 15 años) tiene dos o más factores de riesgo cardiovascular, porcentaje que asciende al 40,7 por ciento en los menores de entornos sociales más desfavorecidos.
Así se desprende de los datos de la segunda ola de su ‘Encuesta de Salud’ (ESFEC), realizada con la colaboración de Sigma Dos. En esta ocasión, se han analizado los datos relativos al estado de salud de la población infantojuvenil española y la prevalencia de los principales factores de riesgo cardiovascular en este grupo: sobrepeso, obesidad, sedentarismo y mala alimentación.
Así las cosas, respecto a los hábitos alimentarios, la encuesta revela que solo el 53,3 por ciento de los encuestados realiza cinco o más comidas al día, y el 46,1 por ciento realiza cuatro. Así, se ha destacado que el 94,7 por ciento de estos pequeños desayuna habitualmente, un dato que ha mejorado en los últimos años; si bien hasta un 35,9 por ciento desayuna bollería.
Además, según el estudio, apenas el 6,9 por ciento de los menores encuestados presenta una alta adherencia a la dieta mediterránea, y el 39,1 por ciento sigue una dieta de muy baja calidad, según la puntuación del índice del KIDMED de adherencia a la dieta mediterránea. En este sentido, el 54 por ciento de las familias reconoce que la dieta de los menores puede mejorar.
Por sexos, el 42,3 por ciento de las niñas presenta una baja adherencia a la dieta mediterránea, frente al 36,2 por ciento de los niños. La baja adherencia a la dieta mediterránea empeora con la edad, siendo del 38,1 por ciento en los menores de 1 a 9 años y aumentando al 40,8 por ciento en aquellos de 10 a 15 años.
Analizando los datos por clase social, se observa que los menores que pertenecen a la clase media (44,1%) y más desfavorecida (39,5%) tienen una peor calidad en su alimentación que los de clase social alta (34,6%).
Por otro lado, el 51 por ciento de los menores son sedentarios, siendo más habitual en los niños (53,6%) que en las niñas (48,5%). Estas cifras se disparan hasta el 66,5 por ciento entre aquellos que tienen de 10 a 15 años, mientras que descienden al 39,8 por ciento entre los menores de 10. En cuanto a la clase social, los de clase alta son más sedentarios (53,3%) que los de clase media (49%) y de entornos más vulnerables (50%).
De esta forma, 1 de cada 3 menores pasan, entre semana, más de dos horas diarias pegados a las pantallas, mientras que, en fin de semana, son 3 de cada 4, especialmente los menores de entre 10 y 15 años.
EL 20,5% DE LOS MENORES TIENE SOBREPESO Y EL 8,7% OBESIDAD
En cuanto al estado ponderal de los menores españoles, cabe destacar que el 20,5 por ciento de los encuestados tiene sobrepeso y el 8,7 por ciento, obesidad.
Por sexos, el sobrepeso es mayor en las niñas (23,7%) que en los niños (17,4%). Por el contrario, la obesidad es mayor en ellos (11,6%) que en ellas (5,9%). Por grupos de edad, el sobrepeso es similar en ambos, mientras que la obesidad es más frecuente en los menores de 1 a 9 años.
«La prevalencia de obesidad y sobrepeso en población infantil se mantiene estable en sus valores medios, pero hay que considerar que mejoran las cifras en los jóvenes pertenecientes a familias de clase media y media alta, mientras que empeoran los datos en los entornos más humildes», ha detallado el doctor Javier Aranceta, presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) y miembro del Comité de Nutrición de la FEC.
Respecto a los hábitos alimentarios, el doctor Aranceta ha puntualizado igualmente que el colectivo de entornos más desfavorecidos también tiene peores valores de adecuación de la ingesta alimentaria, así como en la calidad del sueño.
Por eso, ha destacado que «es necesario incrementar la alfabetización alimentaria en la etapa preescolar y escolar trabajando con padres, madres, población infantil y profesorado».
En este sentido, se hace necesario un «apoyo decidido» al deporte escolar y a las actividades de ejercicio físico/juegos en el colegio, centros cívicos y espacios de barrio, «creando espacios saludables en el medio escolar y familia», ha reclamado el doctor.
Así, el experto ha advertido de que los malos hábitos de vida en la edad infantil pueden llevar a una reducción de la esperanza de vida en el futuro. «Si seguimos con este perfil alimentario en nuestros jóvenes, esta va a ser la primera generación que va a vivir menos que sus padres. Estamos hablando de que podrían experimentar una reducción de su esperanza de vida de entre 6 y 8 años por estos malos hábitos», ha alertado.
PERCEPCIÓN SOBRE EL ESTADO DE SALUD DE LOS MENORES
A pesar de estos datos, el 97 por ciento de las familias españolas con menores a su cargo cree que el estado de salud de estos es «bueno» o «muy bueno». Algo que el presidente de la FEC, el doctor Andrés Íñiguez Romo, ha calificado como «sorprendente».
Tal y como ha incidido, «los niños españoles tienen malos hábitos de salud cardiovascular; de ahí la trascendencia de poner el foco en mejorarla». Así, ha hecho hincapié en que atender los factores de riesgo cardiovascular cuando ya han aparecido «es llegar tarde». «Por eso, debemos apostar por la promoción de la salud cardiovascular en todas las etapas de la vida, especialmente en la infancia y la adolescencia», ha reiterado.
En esta línea, el doctor Íñiguez ha resaltado «la necesidad de concienciar a toda la sociedad civil del impacto tan negativo de las enfermedades cardiovasculares, que suponen casi 120.000 fallecimientos al año en España, precisamente porque no somos capaces de frenar la aparición de la enfermedad».