Frente a los 59 metros de longitud del “nuevo” avión de transporte Airbus A330-200 del Ejército del Aire, nos encontramos con la aeronave de menor longitud que utilizan las Fuerzas Armadas españolas, la micro aeronave no tripulada Black Hornet, que apenas tiene 10 centímetros, de los que el Ejército de Tierra acaba de modernizar los que opera a la nueva versión denominada como BH2.
Según informaba hace unos días el medio oficial del Ejército de Tierra (ET), en el marco del programa de adquisiciones de la Institución durante el pasado 2021, la Sección de Plataformas Aéreas, que depende de la Dirección de Adquisiciones del Mando Apoyo Logístico del Ejército (MALE), encargó la modernización de los 15 sistemas Black Hornet (BH) 2 en dotación en la institución a la nueva versión BH2.
Desde la segunda mitad de la pasada década las Fuerzas Armadas (FAS) españolas utilizan el micro drone o Remotely Piloted Aircraft System (RPAS), de la firma FLIR UAS representada en España A. Paukner, S.A (ASPA), que proporciona excelentes capacidades de inteligencia, vigilancia y reconocimiento o Intelligence, Surveillance and Reconnaissance (ISR) a pequeñas Unidades, principalmente de sus fuerzas especiales, aunque también de infantería como son los paracaidistas del ET. Este sistema, diseñado por la empresa noruega Prox Dynamics, es además utilizado por los principales aliados de la OTAN, como son los Estados Unidos, Reino Unido, Turquía, Alemania, Francia, Holanda y Noruega, con el consiguiente plus de estandarización.
El nuevo sistema BH2 es una evolución del anterior y presenta importantes mejoras de las cargas de pago (los sensores que captan los datos), especialmente en la cámara visual y en la térmica, con una resolución y campo de visión mejorados con respecto al BH2. Además será más sencillo el apoyo logístico al sistema, al ser extraíbles tanto el módulo de la carga de pago como la pequeñísima batería que alimenta el motor que impulsa la diminuta ala rotatoria, dado que estamos ante un sistema de tipo helicóptero. Tiene capacidad para navegar en interiores de edificios y de volar en entornos sin señal GPS mediante radioenlace encriptado, con lo que mejora la capacidad de reconocimiento y observación, tanto en terreno abierto como sobre todo en zonas urbanas. A diferencia de otros sistemas, el operador no requiere línea visual para controlar el Black Hornet, ni para recibir las grabaciones de video e imágenes que captan su carta de pago. Cada sistema está compuesto de una estación base que incluye un mando tipo joystick de control, que puede ser manejada solamente con una mano y la pantalla de observación. La estación de control tiene además espacio para almacenar dos de estos pequeños BH2 y, junto con el referido joystick, permite la realización de todas las funciones necesarias para el planeamiento, ejecución y análisis de las misiones ISR tácticas encomendadas. Este nuevo sistema, según datos de la industria española, tiene un alcance ampliado a los 2 km, una autonomía de hasta 25 minutos y su velocidad sobre el terreno incluso con viento moderado (limitada por software) es de 21,49 km/hora. Puede tomar imágenes en tiempo real (perspectivas horizontal y cenital), gracias a sus nuevos sensores diurnos de video 640×480, y de imagen snapshot 1600×1200, y de noche con su sensor nocturno: video & snapshot 160×120. Todo ello con un peso de solo 33 gramos y una firma acústica prácticamente indetectable.
Los referidos 15 sistemas BH2 se han asignado al Mando de Operaciones Especiales (MOE) que tiene sede en Rabasa (Alicante), la Brigada “Almogávares” VI de Paracaidistas (BRIPAC) que tiene su principal base en Paracuellos del Jarama (Madrid) y al Parque y Centro de Mantenimiento de Helicópteros (PCMHEL) ubicado en la también localidad madrileña de Colmenar Viejo.
Inicialmente el FLIR UAS Black Hornet fue distribuido a las tres Unidades de las fuerzas especiales españolas, que son además del MOE, la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE) de la Armada y el Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC) del Ejército del Aire, que probaron in situ las magníficas capacidades que da el sistema para la obtención inmediata de ISR.
Por su tamaño y facilidad de despliegue por un solo combatiente, da a las tropas de forma inmediata la cada vez más imprescindible conciencia situacional. Tanto para las fuerzas especiales como para las regulares es un elemento esencial para su propia seguridad, además de para reducir el “fuego fratricida” y evitar los daños colaterales, sobre todo en los difíciles entornos de combate urbano o CBQ. La principal experiencia en combate se dio en este sentido durante su empleo por parte de las fuerzas especiales de países los occidentales que apoyaron las duras acciones del ejército iraquí para la recuperación de Mosul (2016-2017) de manos de los terroristas del ISIS.