Que el «remedio» sea peor que el coronavirus. Ese es el nuevo lema que Vox sigue a rajatabla desde hace unas horas. El partido conservador ha pasado de culpar al Gobierno de que les permitiera celebrar el acto multitudinario de Vistalegre a exigir que se relaje el confinamiento porque las consecuencias de la cuarentena para la economía pueden ser demasiado contundentes. “El confinamiento ha ido demasiado lejos”, han asegurado desde Vox. Según el partido, la actitud excesivamente prudente del Gobierno tendrá unas duras consecuencias para el país. Y quieren que se relaje a nivel laboral ya.
Para Abascal, esas medidas que, según Vox, se deberían haber adoptado antes, ahora se deberían haber eliminado también antes. El líder del partido de extrema derecha ha denunciado el “brutal daño a la economía” que está haciendo Sánchez la economía del país. Abascal teme que “el remedio acabe siendo peor que la enfermedad, un remedio que ha ido demasiado lejos como consecuencia de la negligencia del Gobierno», ha detallado en una entrevista con un canal de Youtube de esta semana.
Vox ha elevado el tono contra el Gobierno. Tras una oposición un tanto destructiva contra la gestión de Sánchez durante la pandemia y tras acusarle de reaccionar tarde a la llegada del coronavirus, que un reciente estudio de la Universidad de Oxford asegura que fue en febrero, y además de haber promovido alguna que otra cacerolada contra el presidente del Gobierno, ahora cree que el Ejecutivo de Sánchez lo está haciendo mal por haber mantenido una cuarentena durante tanto tiempo.
Oigo desde casa las cacerolas de la indignación. A los españoles se les ha acabado la paciencia ante este gobierno negligente y sectario que solo ha traído muerte y ruina. Bastante ha aguantado. #cacerolada
— Santiago Abascal (@Santi_ABASCAL) April 25, 2020
Los datos son cada vez mejores como consecuencia de la cuarentena. Y aunque Abascal acuse al Gobierno de mentir y de maquillar los datos, la realidad que se palpa en los hospitales es que la tensión se rebaja. Pero aun así, ya con datos menos negativos encima de la mesa, Abascal cree ahora que el Gobierno es culpable de haber mantenido durante demasiado tiempo a los españoles encerrados en sus casas.
Vox ya ha comentado que tiene intención de llevar la declaración del estado de alarma al Tribunal Constitucional porque creen que algunas de las medidas que ha tomado el Gobierno amparado en la alarma son propias del estado de excepción. Lo curioso es que Abascal es el único que ha pedido que se impusiera ese estado de excepción del que acusa al Gobierno.
Desde el Gobierno hacen oídos sordos a las reclamaciones que consideran incongruentes de Vox. Sin embargo, el hecho de que sean la tercera fuerza con mayor presencia en el Congreso hace que su constante oposición a todo complique las cosas. El último estado de alarma lo consiguió aprobar el presidente del Gobierno con cierta dificultad. Cada vez la oposición está más hostil. Pero lo de Vox ha llegado al extremo de contradecir su propio discurso en un par de ocasiones.
Vox quiere tumbar al Gobierno, pero su estrategia no está resultando lo suficientemente efectiva como se esperaban. Al principio pidieron cerrar el espacio aéreo con Italia, cuando era el país más afectado por el coronavirus en Europa y cuando el brote acababa de estallar. Después celebraron un acto multitudinario en Vistalegre al que uno de sus dirigentes, el concejal de Madrid Javier Ortega Smith acudió infectado. Tras esto, criticaron que el Gobierno les permitiera celebrar dicho acto y poco después exigieron medidas contundentes, como el confinamiento que se ha llevado a cabo y que ahora critica.
Que la estrategia no resulta lo suficientemente efectiva no es una afirmación baladí. Está reflejado en todas las encuestas, que prevén que el PP se nutrirá de la pérdida de apoyos de Vox, cada vez más palpable desde en el CIS de Tezanos hasta en cualquier encuesta privada como las elaboradas por Sigma-Dos.
Entre tanto, Abascal sigue promoviendo caceroladas contra el Gobierno aprovechando la costumbre que han adoptado millones de españoles cada tarde de salir a aplaudir a los profesionales sanitarios que han contenido los resultados de la pandemia. «Oigo desde casa las cacerolas de la indignación. A los españoles se les ha acabado la paciencia ante este gobierno negligente y sectario que solo ha traído muerte y ruina. Bastante ha aguantado».