La pasta es uno de los alimentos más socorridos de nuestra de nuestro día a día, tanto por su sencillez como por su sabor. Además, es uno de los platos fundamentales de la dieta mediterránea, por ser una extraordinaria fuente de carbohidratos y por su elevado valor energético. Lo recomendable en una dieta sana es incluir dos o tres platos de pasta a la semana, aunque muchas veces esta cantidad se supera por mucho. Sin embargo ¿sabes lo que le ocurre a tu organismo si la comes en exceso?
Mayor riesgo de sufrir diabetes
Según los expertos, la ingesta excesiva de carbohidratos prolongada en el tiempo puede aumentar el riesgo de sufrir diabetes. Ello no quiere decir que si comes demasiada pasta a lo largo de tu vida vayas a acabar teniendo esta enfermedad, pero sí aumentan las probabilidades de padecerla. Pero esta no es la única enfermedad que puede generar comer pasta todos los días. Sigue leyendo para saber más.
La pasta puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares
El consumo excesivo de carbohidratos refinados se asocia a un mayor riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular. Sin embargo, un consumo adecuado y moderado de pasta puede conseguir el efecto contrario. La pasta es un elemento fundamental de una dieta equilibrada, pero no hay que olvidar que abusar de ella puede traer problemas graves a nuestro corazón.
Riesgo de hipertensión
Algunos estudios vinculan la pasta con un mayor riesgo de subida de la presión arterial, aunque esto solo estaría relacionado con un consumo excesivo. Además, cuando recurrimos a la pasta por falta de tiempo solemos mezclara con algunos alimentos procesados que no ayudan. Por eso es preferible tomarla en una dosis moderada y añadirle ingredientes como el tomate natural, un gran aliada contra la hipertensión.
La pasta en exceso te hará engordar
El exceso de carbohidratos en nuestra dieta puede hacernos engordar con facilidad. Por el contrario, un consumo moderado de pasta es ideal para mantener una dieta sana, ya que aporta múltiples nutrientes. Hay que tener cuidado con las salsas e ingredientes con los que generalmente acompañamos nuestros platos, como el queso o la nata, ya que éstos influirán de forma decisiva en nuestro peso y en nuestra salud.
Pobreza nutricional
Sobre todo en los pisos de estudiantes, a veces ocurre que la pasta se convierte en prácticamente el único alimento que se cocina a lo largo de la semana. Esto deriva en que se dejen de lado otro tipo de alimentos necesarios para una dieta sana y equilibrada. Comer un plato de pasta dos o tres veces a la semana no es malo, de hecho es recomendable, pero convertirla en el alimento casi exclusivo de una dieta derivará en una falta de nutrientes esenciales para una buena salud.
La pasta puede generar intolerancia
La ingesta excesiva de pasta durante un lapso de tiempo prolongado puede derivar en una intolerancia al gluten o en la enfermedad celiaca, perjudicando gravemente nuestra salud. Los síntomas más comunes estas enfermedades son hinchazón y dolor abdominal, problemas gastrointestinales, erupciones cutáneas y escozor y sensación de malestar generalizada tras las comidas.
No la comas si lleva más de cinco días cocinada
Hace unos años se hizo viral el caso de un joven belga que falleció tras comer un plato de pasta que llevaba varios días fuera de la nevera. El motivo es que en un plato de spaguettis o macarrones puede desarrollarse una bacteria llamada Bacillus cereus que, aunque no es lo habitual, puede ser mortal. Por eso es muy importante que siempre que vayamos a conservar este aliento lo hagamos en el refrigerador y no esperemos una semana para consumirlo.
No la elimines de tu dieta
Aunque el consumo excesivo de pasta puede ser realmente nocivo para la salud, una dosis controlada y moderada es necesaria para nuestro organismo, por su alto contenido en hidratos de carbono y su elevado valor energético. De hecho, es uno de los ingredientes principales de la dieta mediterránea. El consumo moderado de carbohidratos está relacionado con una mayor esperanza de vida, según diversos estudios, pero no es recomendable excederse en su consumo.
Cámbiate a la pasta integral
Especialmente si te preocupa tu peso, comer pasta integral puede ser la mejor alternativa. Además de contener menos calorías que la blanca clásica, esta variante hace que las digestiones sean mejores, manteniendo un elevado valor energético por su alto contenido en carbohidratos. De esta forma conseguiremos un buen aporte de nutrientes y reduciremos las cantidades a ingerir, ya que genera una sensación de mayor saciedad que la blanca.
Mejor al dente
La pasta al dente tiene multitud de beneficios para salud. Por ejemplo, evita los picos de glucosa en sangre, por lo que es perfecta para las personas que sufren diabetes y también ayuda a prevenirla. Además, ayuda a adelgazar ya que, al cocinarla de esta forma, los cristales de almidón que no digerimos no llegan a la sangre en forma de glucosa. Por otro lado, al estar más dura, comeremos más despacio, por lo que resultará más saciante que muy cocinada.
Si crees que sufres alguna intolerancia, elige pasta sin gluten
Si tras comer un planto de pasta te encuentras mal o notas alguno de los síntomas de intolerancia al gluten, lo primero es que acudas a un especialista para un diagnóstico adecuado. Mientras tanto, puedes probar a consumir pasta sin gluten, evitando así cualquier síntoma o malestar. Ten en cuenta que eliminar por completo el gluten del organismo puede tardar semanas o incluso meses, por lo que lo mejor es empezar cuanto antes.