Encrucijada del Gobierno: rescatar el ‘fracking’ o dependencia energética

El fracking o fracturación hidráulica vuelve a la primera línea. La invasión de Ucrania y la dependencia energética de España, así como el elevado precio en la factura de la luz, ha reavivado un asunto que el Gobierno de España enterró hace un año: el fracking. Se trata de una técnica que permite extraer a través del empleo de agua a presión. Un proceso que el Ejecutivo dirigido por Pedro Sánchez decidió poner fin con la aprobación de la Ley de cambio climático y transición energética. A partir de ese momento ya no se podían otorgar nuevas autorizaciones sobre actividades para la explotación de hidrocarburos en la que esté prevista la utilización de la fracturación hidráulica de alto volumen. Ahora, con la dependencia de España respecto a terceros países como Rusia en materia de energía, el fantasma del fracking a resurgido.

El Gobierno de España se encuentra en una encrucijada, rescatar el fracking o seguir dependiendo de terceros países para que le suministren energía. La fracturación hidráulica estuvo encima de la mesa de España hace años, se llevaron a cabo investigaciones, análisis de terreno e, incluso, se plantearon ciertos proyectos para ejecutarlo en suelo español. La expectativa era que España tenía toda una oportunidad por delante en materia de explotación de gas natural y petróleo. Y unas previsiones de futuro que ubicaban a España como el país elegido por distintas empresas para extraer el equivalente a 70 años de consumo de gas. Y es que, el territorio español presentaba entonces un potencial interesante en recursos no convencionales de gas natural. Sin embargo, ninguna de las empresas que entonces se mostraron interesadas en extraer hidrocarburos mediante el fracking finalmente llevaron a cabo sus proyectos en España.

el fracking suponía una oportunidad para España en materia de explotación de gas natural y petróleo

Uno de los principales motivos del fracaso de este proceso en España, fue la oposición de gran parte de la población, que llevaron a cabo manifestaciones en contra de instauración de este tipo de forma de extraer hidrocabruros por lo perjudicial que resulta para el medio ambiente. El polémico fracking es una técnica de extracción de hidrocarburos que consiste en inyectar agua, arena y compuestos químicos a gran presión para causar fracturas en la roca y liberar el gas que yace en ella para que fluya a la superficie. Esta técnica resulta contaminante para las aguas y acuíferos en los que se lleva a cabo. Y, por extensión, por el posible impacto negativo que puede suponer para la salud de las personas.

Sin embargo, el fracking ha vuelto a la primera línea mediática gracias a la invasión de Ucrania. Desde que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, decidió invadir el país ucraniano, España está comenzado a notar los efectos en materia de precios industriales. El gas y el petróleo han sido los primeros en experimentar las consecuencias del conflicto con astronómicas crecidas en los coste de sus facturas. Y es que, la mayor parte de Europa depende de las reservas de gas de Rusia para abastecerse. Esto supone que la energía, electricidad o luz, da igual la forma de llamarlo, ha aumentado considerablemente su factura. Un hecho que este lunes se ha traducido en España en un hito histórico con el precio de 545 euros por megavatio hora. A lo que se suma la nueva idea del PSOE de rescatar el canon hidroeléctrico a través de una enmienda a la Ley de Residuos. Se trata de una nueva forma de producir electricidad que supondrá todo un incremento en el recibido de la luz, es decir, un nuevo sablazo al bolsillo de los españoles.

Por otra parte, el elevado precio del petróleo se traduce en aumentos a los combustibles: gasolina y diésel. Así, el precio de la gasolina ya se sitúa por encima del 1,70 euros, mientras que el diésel se encuentra en más 1,60 euros. Todo un sablazo para los conductores y bolsillos de los españoles, que ven como continúan ascendiente precios de estos productos ante la pasividad del Gobierno. Ya que el Ejecutivo dirigido por Pedro Sánchez promete muchas bajas en estos productos, pero no pone remedios para llegarlos a cabo. Y es que, la dependencia de España y en general de Europa respecto a terceros en estos productos industriales tiene estas consecuencia. Sin embargo, parece que ahora se ha abierto la posibilidad de romper con la dependencia comunitaria que existe hacia ciertos sectores. Todo ello gracias a un discurso de Josep Borrell.

borrell

El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, ha conseguido hacerse oír gracias a un discurso en abogan por unirse contra las acciones que amenazan la vida, la seguridad y la prosperidad de todos. Y convenció a Europa cancelar la dependencia comunitaria que existe hacia ciertos sectores rusos, como el de la energía. Es decir, persuadió a los líderes europeos para cortar la llave del gas de Rusia. Así, incidió en que no van a abandonar la defensa de los Derechos Humanos por ser más o menos dependientes de los recursos que proceden del país liderado por Putin.

Estas cuestiones han provocado que el fantasma del fracking vuelva a resurgir y se sitúe en primera línea, como una alternativa a la dependencia rusa. Y, sobre todo, como una nueva forma de reducir previsiblemente los coste en estos productos, ya que esta técnica permitiría a España dejar de importar gas natural e, incluso, convertirse en un país exportador de dichos elementos, como le ocurrió a Estados Unidos.