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Los amantes de la numismática, la historia en general y lo tangible, pueden observar con asombro como las criptomonedas han ido ganando peso y valor en este mercado tan fluctuante y dinámico del dinero virtual
La numismática siempre ha sido considerada como la disciplina que estudia las monedas y las medallas, prestando interés especial en las antiguas como puedan ser las monedas de plata y oro.
Sin embargo en el contexto actual y con la irrupción de las Criptomonedas hay muchos inversores que han decidido apostar por esta nueva fórmula.
Observando lo estrictamente económico puede ser así, pero, ¿realmente merece la pena?
La criptomoneda más conocida es el Bitcoin, que ha llegado a cotizarse a 56.000€ (el valor de un kilo de oro), cuando hace tan solo 5 años costaba solamente 1.200€, y en la actualidad cotiza a 30.700€. Realmente los primeros inversores hicieron una excelente compra, los que compraron unos años más adelante se quedaron prácticamente igual, y los últimos compradores pagaron los beneficios a los primeros, un comportamiento similar al de muchos valores de alto riesgo de la Bolsa.
Las monedas virtuales tienen mucha fluctuación de mercado, por ejemplo la reciente guerra de Rusia contra Ucrania ha provocado una caída del 9% en el Bitcoin (la más conocida criptomoneda).
Las medallas y monedas de oro y plata tradicionales, o sus lingotes ofrecen un comportamiento histórico bien diferente. Su valor crece de forma sostenible en el tiempo sin grandes altibajos, garantizando una buena rentabilidad debido principalmente a que es un metal noble y finito.
Esto evidencia que el valor refugio siempre será lo real y no lo intangible. En tiempos de crisis la plata y el oro suelen aumentan sus ventas (en estos momentos están subiendo), ya sea en forma de venta de lingotes, monedas, o medallas.
Pasado, presente y futuro de la numismática
En los orígenes de la numismática el “trueque” entre monedas no metálicas era habitual, gracias al intercambio de objetos de similar valor o productos codiciados.
Las primeras monedas de plata se comenzaron a acuñar en el siglo VI a. C. y sus distintas versiones realizadas con oro, cobre, níquel, aluminio, y en menor medida estaño y plomo, han perdurado hasta la actualidad.
Las monedas antiguas y bien conservadas siempre se van a revalorizar, aunque hay que tener cierta cautela con la aparición de este nuevo actor en el escenario numismático mundial como es la moneda virtual, creada en el año 1998 por Wei Dai y de incierto futuro.
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Fuente Comunicae