Pablo Casado tiene intención de pedir a Santiago Abascal que Vox no se presente a las elecciones autonómicas y municipales del 26 de mayo en Navarra, según adelantó la presidenta del PP navarro, Ana Beltrán, a MONCLOA.COM.
«Navarra vive un momento excepcional porque podría convertirse en una nueva Cataluña. Las integrantes de Navarra Suma hemos tenido una gran generosidad porque hemos renunciado a nuestras siglas», dijo refiriéndose al pacto de Unión del Pueblo Navarro (UPN), PP y Ciudadanos para ir en la misma papeleta a los comicios de abril y mayo en esta comunidad autónoma.
El PP contará en este pacto con dos puestos de salida en Navarra Suma para el 26-M y se presentará con sus siglas en varias localidades navarras: Etxarri Aranatz, San Martín de Unx, Santesteban, Caparroso, Cintruénigo, Fontellas o Murchante.
Navarra Suma, tal y como adelantó en exclusiva el lunes MONCLOA.COM, contará con la economista María Jesús Valdemoros como número dos a nivel autonómico y ha colocado en puestos de salida a Iñaki Iriarte y Patxi Yanguas.
Beltrán anunció que le exigirán la misma generosidad a Vox, «al que le pediremos que no se presente a nivel autonómico y municipal en Navarra para el 26-M». La formación de Abascal dudó hasta el final con las generales del 28-A, pero finalmente presentó listas para el Congreso y Senado.
Tras el acuerdo de Navarra Suma, Beltrán apuesta por mantener la actual estructura del PP navarro en cuanto a sedes y no regresar al pacto que funcionó durante 17 años en la Comunidad Foral. Entre 1991 y 2008 los ‘populares’ estuvieron representados por la formación regionalista UPN, que rompió el acuerdo tras un pacto con el PSOE en 2007.
Ferraz acordó apoyar entonces como presidente de Navarra a Miguel Sanz, que rompió con Génova y forzó a los ‘populares’ a renacer de manos de una gestora que, sin embargo, no fue capaz de articular una estructura de garantías y de colocar al PP como una opción de Gobierno.
Los pésimos números de las autonómicas de 2011 y la controvertida salida del Parlamento de su candidato y portavoz Santiago Cervera dejaron huérfano al PP, que a partir de finales de 2012 se puso en manos de Ana Beltrán, quien logró tan solo dos escaños de 50 posibles en 2015 y desde entonces ha tenido que soportar un largo camino por el desierto que ha tenido como destino Madrid.
Casado sorprendió esta semana al elegir a Beltrán como número 5 del PP al Congreso por Madrid. La todavía presidenta del PP navarro explicó en una rueda de prensa que su designación demuestra que para el líder del PP la Comunidad Foral es «pieza clave en la unidad de España» y «tiene que ser defendida ante los ataques de los nacionalistas vascos».
Beltrán reconoce que su designación es «un refuerzo» y «un reconocimiento» a la labor de los ‘populares’ navarros. Varias voces han leído la operación como una manera de Casado de compensarlos ante un posible veto de UPN a que la presidenta del PP navarro acuda en los puestos de salida de Navarra Suma, plataforma electoral tutelada por los regionalistas y reforzada por Cs.
La número 5 del PP por Madrid para el Congreso afirma que no tiene conocimiento «en absoluto» de que se haya puesto un veto. «No lo creo cuando hablamos de la generosidad de todos», aunque su sintonía con Javier Esparza, líder de UPN, no era la más idónea.
«En el Congreso haré lo mismo con el objetivo fundamental de que los navarros sigamos siendo navarros y españoles», añadió. Beltrán cree que el PP «es el único con fuerza suficiente para evitar que se toque nuestro estatus jurídico y político, que con el nacionalismo está en peligro. Pablo Casado es lo que necesitan España y Navarra».
EL PACTO DEL PP NAVARRO
La propia Beltrán planteó un acuerdo similar al de Navarra Suma en el pasado mes de diciembre y UPN lo rechazó en público, dejando claro que ellos iban a marcar los plazos y que iban a controlar las negociaciones directamente con Madrid, ‘puenteo’ clásico que ya han sufrido PSN o Ciudadanos en otros momentos.
La presidenta del PP navarro envió por aquel entonces un dardo a los regionalistas: «Quien no tenga claro que frente al nacionalismo, juntos somos más, es que antepone sus intereses particulares y personales a los de Navarra, lo más grave que se puede hacer en política».
Entonces, señaló que «la propuesta del Partido Popular de Navarra lleva más de un año encima de la mesa, la hemos realizado en varias ocasiones, ha sido publicada por los medios de comunicación, y nada tiene que ver con las encuestas, y sí mucho con la responsabilidad de pensar en qué es lo mejor para Navarra y para España, pues es un clamor que está en la calle y cada día los navarros nos lo reclaman.
Especialmente molesta se mostró con algunas encuestas que les daban cero escaños en la Comunidad Foral: «Nuestras encuestas internas no dicen lo mismo, y nos consta que otros partidos también las tienen y que las suyas tampoco dejan duda sobre la presencia del Partido Popular en el Parlamento de Navarra la próxima legislatura», aseveró.
Y también mostró su distancia con Esparza: «Deberíamos pensar en que es mucho más lo que nos une con UPN que lo que nos separa, somos partidos hermanos, hemos ido juntos a las elecciones generales, y juntos hemos hecho grandes cosas por Navarra, y por eso no entendemos esta postura tan radical por su parte, cuando en lo que tendríamos que pensar todos es en seguir uniendo fuerzas frente a la gravedad de la situación».
Beltrán ha sido una de las diputadas más polémicas de la Cámara navarra. En una Comisión de Hacienda realizada en diciembre del año pasado se dirigió así a Laura Pérez, candidata de Podemos en 2015: «¡Qué tonta es!». Posteriormente, tras ser apercibida, afirmó que «si se ha oído», su desatino lo retiraba.
Más dura fue en diciembre respecto al polémico programa Skolae y fue reprobada por el Parlamento de Navarra: «Nuestros hijos no son conejillos de indias para ninguna teoría del feminismo radical y de la ideología de género; si quieren hacer un experimento sobre identidad sexual para ratificar no se sabe bien qué tesis, que no lo hagan con los niños en el ámbito educativo».
Beltrán afirmó que el programa educativo «es un nuevo peldaño en el adoctrinamiento ideológico que se pretende hacer en esta materia, donde hay mucho más de intereses de lobbys y grupos de presión fanáticos que de cuestiones educativas”.
Aunque su frase más polémica estaba por llegar: «Disfrazan bajo el paraguas de la lucha por la igualdad lo que, al final, es simplemente confundir a nuestros hijos. Se les acaba por decir que no existe ninguna norma, ni siquiera la propia naturaleza lo es, porque uno puede elegir si es chico, chica u ornitorrinco si le da la gana«.