Las vacunas contra la COVID-19 generan anticuerpos en más del 85 por ciento de los vacunados, y este porcentaje sube al 97 por ciento cuando se ha pasado previamente la infección, según los resultados del estudio ‘Seguridad y Seroprevalencia en población vacunada frente a la COVID-19 de la Red de Farmacias Centinela de Castilla y León’, desarrollado en 121 farmacias castellanoleonesas con la participación de 4.000 ciudadanos.
El objetivo de este estudio, presentado este viernes en rueda de prensa, ha sido conocer lo que ocurre en la población general vacunada, poner en porcentajes la respuesta de anticuerpos y su duración. Además, ha permitido registrar acontecimientos adversos, identificar el protocolo de vacunación más seguro y eficaz, junto con conocer cómo factores como la edad, el protocolo de vacunación o haber pasado previamente la enfermedad influye en la respuesta inmune o en su duración.
Este estudio se desarrolló en una primera fase entre el 19 y el 29 de julio de 2021, y en una segunda entre el 26 de noviembre y el 3 de diciembre. Dos periodos de reclutamiento de pacientes de apenas 10 días cada uno que han sido suficientes para analizar a más de 4.000 ciudadanos voluntarios, vacunados y no vacunados, y extraer una radiografía de la situación.
A diferencia de otros trabajos, este estudio evalúa la eficacia de la vacunación sobre la población general y en distintos tramos de edad, mientras que normalmente se basan en la eficacia de la vacunación según el número de ingresos hospitalarios o por la gravedad de los síntomas de las personas infectadas cuando ingresan o acuden al centro de salud.
Los datos de este estudio confirman que todas las vacunas administradas en España son «seguras y eficaces» en la población general. Sin embargo, también avanza que la respuesta inmunitaria que generan «no es constante, no se mantiene en el tiempo y depende de diferentes variables, como el protocolo de vacunación o la edad de los individuos».
Los tests realizados a la población analizada desvelan que la producción de anticuerpos es elevada: las vacunas generan anticuerpos en más del 85 por ciento de los vacunados. Este porcentaje sube al 97 por ciento cuando los vacunados han pasado previamente la infección.
Este dato contrasta con el de la población no vacunada, en el que apenas el 4 por ciento tiene anticuerpos específicos contra el coronavirus. «Correspondería a pacientes asintomáticos que han pasado la COVID-19», ha detallado José Luis Nájera, secretario del CONCYL, miembro de la comisión de seguimiento de la Red de Farmacias Centinela de CyL y uno de los autores del proyecto.
NO TODAS LAS VACUNAS SON IGUAL DE EFICACES
El estudio indica que hay determinados protocolos de vacunación, especialmente aquellos basados en vacunas de vectores virales (AstraZeneca y Janssen), que generan una respuesta inmunitaria más baja. Esto se ha comprobado en la vacunación con Janssen, que ofrece una respuesta «significativamente más baja» que con el resto de las vacunas y «aún más baja» si la persona no ha pasado previamente la enfermedad.
Ocurre lo mismo con las personas inmunizadas con dos dosis de AstraZeneca. De ahí que el estudio apoye la necesidad de poner una nueva inmunización a este sector de la población, reforzando la vacunación con sueros basados en ARN mensajero (Pfizer y Moderna).
Asimismo, la investigación determina que no existen diferencias significativas en la generación de anticuerpos en el estudio entre hombres y mujeres, respondiendo ambos género de la misma forma.
También se identifica que la exposición al virus influye de forma significativa en la duración de la respuesta. En las personas que han pasado la enfermedad, la inmunidad que proporcionan las vacunas de ARNm se mantiene de forma estable en el tiempo, incluso por encima de los 11 meses. Sin embargo, en las vacunas basadas en vectores virales (AstraZeneca y Janssen), a partir de los 8 meses ya se observa una reducción en la respuesta.
Por contrario, en aquellas personas que no han pasado previamente la COVID-19, las vacunas disminuyen su eficacia en la producción de anticuerpos a partir de los 6 meses para las vacunas de Pfizer y Moderna y a partir de los 3 meses para los vacunados con AstraZeneca y Janssen.
LA EDAD INFLUYE
Mientras que en los vacunados con Pfizer y Moderna la respuesta inmunitaria se mantiene por encima del 80 por ciento en todos los rangos de edad, no ocurre lo mismo en las vacunas basadas en vectores virales (AstraZeneca y Janssen), donde se observa un «significativo descenso» cuanto más joven es la población.
En cuanto a la seguridad, el estudio indica que el protocolo de vacunación, la edad o el sexo también influyen en los acontecimientos adversos notificados. En este sentido, la vacuna de Pfizer se ha revelado como la más segura y la que menos notificaciones de reacciones adversas ha propiciado entre los pacientes.
Mientras, las vacunas basadas en vectores virales, especialmente AstraZeneca, son la que más notificaciones de acontecimientos adversos han generado. La mayoría de los acontecimientos adversos notificados a las vacunas son leves y ya conocidos. Los grupos más afectados son mujeres y jóvenes.
Destaca también el dato de que la tercera dosis de vacuna mejora la respuesta en los vacunados, independientemente de si han pasado previamente la enfermedad o no. Este punto seguirá siendo analizado por la Red de Farmacias Centinela de Castilla y León para su valoración cuando se hayan producido periodos más extensos de inmunización.
LA IMPORTANCIA DE LAS FARMACIAS EN LA VIGILANCIA DE SALUD PÚBLICA
Durante la rueda de prensa, el presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, Jesús Aguilar, ha defendido la importancia de la red de farmacias en la vigilancia de la Salud Pública.
«Somos una de las mayores infraestructuras y redes de talento sanitario de España. Es fundamental integrar a las farmacias en la Red de Vigilancia de Salud Pública, además de en programas de cribado, detección precoz o educación sanitaria. Este estudio es una prueba plausible de ello, demuestra el enorme conocimiento epidemiológico que pueden ofrecer las oficinas de farmacia. Sería un grave error no tener en cuenta esta realidad», ha reivindicado.
En el mismo sentido, el presidente del Consejo de Colegios Profesionales Farmacéuticos de Castilla y León (CONCYL), Javier Herradón, ha puesto en valor la «labor clave» de las oficinas de farmacia en «la vigilancia de la seguridad de los medicamentos mediante la detección, notificación y prevención de problemas relacionados con su uso, como reacciones adversas y errores de medicación». «Es un recurso que las administraciones sanitarias deben fomentar», ha insistido.
«La especial condición de las farmacias permite desarrollar estrategias sanitarias de este tipo, con información temprana y verificada, de gran valor en Salud Pública. Los resultados demuestran el potencial que tienen la red de farmacias, cómo somos capaces de llegar a la población para obtener datos que sirvan para marcar evidencia sobre las necesidades del sistema sanitario.», ha añadido al respecto José Luis Nájera.
Los resultados de las dos fases de la investigación han sido aportados en estos meses a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), dependiente del Ministerio de Sanidad, y a la Consejería de Sanidad de Castilla y León para contribuir en la toma de decisiones en el ámbito de la vacunación.
Este estudio ha sido fruto de un convenio de colaboración entre CONCYL-Consejo de Colegios Profesionales de Farmacéuticos de Castilla y León y la Consejería de Sanidad castellanoleonesa. Cuenta con el respaldo de Cofares y de la Federación de Cajas Rurales de Castilla y León (Caja Viva y Cajas Rurales de Salamanca, Soria y Zamora-Valladolid-León).