El consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández Sanz, ha explicado este jueves que los dos años de pandemia por COVID-19 han agravado los problemas de salud mental a los que se enfrentan estas franjas de edad más bajas.
Así, el consejero ha destacado el aumento de intentos de suicidio, especialmente en zonas urbanas, y el aumento en la incidencia de trastornos de la conducta alimentaria, ha informado la Junta en un comunicado.
También se han comprobado efectos demorados de la pandemia sobre patología pre-existente, como el Trastorno Espectro Autista y TDAH, y el incremento de derivaciones al área de Salud Mental infanto-juvenil (18 por ciento de los menores tienen un uso problemático de la Tics, adicciones, acoso cibernético, trastornos adaptativos).
Fernández Sanz ha hecho estas declaraciones durante el acto en el que su Consejería, junto a las de Bienestar Social, y Educación, Cultura y Deportes, han suscrito un convenio de actuaciones conjuntas en los ámbitos social, educativo y sanitario destinadas a la infancia y la adolescencia.
Si bien el trabajo interinstitucional entre las tres consejerías se ha venido desarrollando a través de reuniones trimestrales de seguimiento, se ha creído conveniente formalizarlo a través de un convenio. Una operativa combinada en la que se encuentran Inclusión Educativa, Coordinación de Salud Mental, Planificación y Gestión de la Atención Social y Prevención y Apoyo a las familias.
La consejera de Educación, Rosa Ana Rodríguez, ha comentado que el acuerdo pretende que las tres consejerías implicadas trabajen de forma trasversal para crear «espacios comunes y rellenar otros espacios que todavía no son realidades pero que, en un futuro muy cercano, pueden serlo».
En este sentido, ha comentado que «hemos trabajado temas como la atención temprana, el acoso escolar, el deporte y la actividad física o el protocolo TDH. Asimismo, se han abordado cuestiones relacionadas con los hábitos de alimentación, la prevención del consumo de drogas o la prevención del suicidio, entre otras cuestiones.
Rosa Ana Rodríguez ha subrayado que, gracias al convenio hoy renovado, «hemos dado pasos decisivos» en cuestiones importantes para la Comunidad Educativa, al tiempo que ha reconocido que «todavía nos queda mucha prevención y abordaje de determinadas situaciones, de ahí que el convenio no sólo nos permita estar ahí, sino también seguir avanzando».
UNA PRESIDENCIA ROTATORIA
La presidencia de este acuerdo marco es rotatoria entre las tres consejerías, siendo la de Bienestar Social la primera en asumirlo durante este año. Como ha destacado su titular, Bárbara García Torijano, este acuerdo es un «ejemplo de colaboración, de impulso, de un trabajo coordinado» para atender todas las áreas de la vida de una persona con necesidad de apoyo.
La consejera ha considerado «de gran relevancia este acuerdo, puesto que se trabaja en aspectos importantes como el acoso escolar, el ciberacoso, el abuso sexual, la atención temprana, situaciones de exclusión social o de riesgo de desprotección», llevando a cabo acciones con programas efectivos que se desarrollan conjuntamente como pueden ser el programa ‘#TÚCuentas’, que ha realizado más de 2.000 sesiones de talleres preventivos del acoso escolar, atendiendo a 30.000 alumnas y alumnos de Primaria, así como «la labor de prevención e intervención en violencia familiar», realizada con casi 26.000 menores a través de más de 1.600 actividades.
Como uno de los hitos de esta coordinación, García Torijano ha destacado el trabajo realizado desde la Mesa de Atención Temprana que tiene como uno de sus objetivos principales inmediatos participar en la elaboración de la futura Ley de Atención Temprana.
En este sentido, la titular de Bienestar Social ha subrayado el importante avance cuantitativo y cualitativo realizado por el Gobierno de Castilla-La Mancha durante este periodo, consiguiendo un servicio universal y gratuito sin lista de espera en el que «hemos atendido a 5.800 niños y niñas. El objetivo para 2022 es superar la atención de 6.000 menores», ha subrayado.