La presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, ha constatado este viernes una «gran discrepancia» con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en la estrategia independentista y en la apuesta por la mesa de diálogo, y ha afeado al Govern no tener un plan para hacer la independencia.
Lo ha dicho en rueda de prensa tras reunirse en el Palau de la Generalitat con el presidente del Govern, Pere Aragonès, y la consellera de Presidencia, Laura Vilagrà, en la ronda de contactos que ha iniciado el jefe del Ejecutivo catalán para rehacer la unidad independentista.
Paluzie ha explicado que en el encuentro han hablado sobre la estrategia independentista y ella le ha trasladado una «valoración muy negativa» sobre los frutos que está dando la mesa de diálogo con el Gobierno central.
«Hemos defendido que nos está desgastando mucho más», y ha lamentado que Aragonès haya argumentado que la mesa es necesaria y que el independentismo se debe fortalecer para acudir al diálogo con el Gobierno con más fuerza.
La presidenta de la ANC, que ha definido la reunión como cordial e intensa, ha sostenido que el independentismo necesita un plan para avanzar, ya que cree que, si no hay una estrategia clara, cualquier problema que aparece «se convierte en un espectáculo dantesco».
Ha insistido en que la estrategia de la ANC no pasa por la mesa de diálogo sino en generar las condiciones para tener la «capacidad de sostener y defender una declaración de independencia».
Pese a estas diferencias, ha asegurado que cuando han abordado aspectos «concretos» tienen más coincidencias y lo ha ejemplificado con que han compartido con Aragonès que el independentismo sería más fuerte si gobernara el Ayuntamiento de Barcelona o hubiera sindicatos favorables a la independencia más fuertes.
CASO DE JUVILLÀ
Sobre el caso del ya exdiputado de la CUP Pau Juvillà en el Parlament, Paluzie ha reclamado «acabar con la retórica» y que la Cámara catalana deje de aprobar resoluciones que a la práctica no se están llevando a cabo, como sucedió el jueves en el pleno con un dictamen que defendía mantener el escaño del diputado ‘cupaire’ cuando ya se le había retirado el acta y no estaba ni convocado para esa sesión.
Considera que el caso de Juvillà, como otros que ha habido anteriormente, «degrada» el Parlament y también provoca una pérdida de confianza de la ciudadanía en sus representantes.
«No podemos continuar con un Parlament que nos apruebe resoluciones diciendo que está defendiendo un escaño y ese mismo diputado no se le ha ni convocado a la reunión», y ha sostenido que el independentismo debe ponerse de acuerdo sobre cómo afrontar este tipo de casos.