El malestar en Unidas Podemos con Yolanda Díaz es público y notorio. Desde que la ministra de Trabajo y vicepresidenta del Gobierno se propuso presentarse a las elecciones por libre, a través de una plataforma nueva, en la formación morada no han dejado de mirar con recelo cómo la ministra quiere apartar a los pesos pesados de la formación. Con todo esto, Unidas Podemos está preparando con la secretaria general del partido morado, Ione Belarra, al frente una «agenda paralela» para eclipsar y boicotear a Díaz a la par que buscan el apoyo de los nacionalistas ERC y EH Bildu para frenar la expansión del «efecto Yolanda» entre el electorado más a la izquierda. La idea es someter a la ministra y obligarla a pactar con Unidas Podemos y con los independentistas para que su plataforma tenga alguna posibilidad de condicionar el próximo Gobierno.
Son detalles, pero en Unidas Podemos son conscientes de que Díaz tiene alergia al color morado. Lo ocurrido en Castilla y León en plena campaña electoral y la ausencia de la vicepresidenta deja claro que la ministra no tiene intención alguna de que la identifiquen con Unidas Podemos. Su idea, según cuentan fuentes del Gobierno, es la de montar una plataforma independiente que aglutine a toda la izquierda, pero quiere que ese proyecto no tenga el efecto dominante que ejerce Unidas Podemos en el actual partido. Y ante esta idea que no gusta ni a Belarra ni a la ministra de Igualdad, Irene Montero, desde Podemos preparan una ofensiva para boicotear los movimientos de la vicepresidenta. Y todo pasa por crear una «agenda paralela» que evite que Díaz predomine en el trato con los agentes sociales, ya sean sindicatos, grupos sociales o cualquier asociación vinculada a la izquierda.
No es nuevo que Unidas Podemos mire con recelo cómo Díaz quiere relegarles en su nueva plataforma y quiere desprenderse de la presencia de personajes como Irene Montero. Lo que sí es nuevo es que la formación morada haya dado un paso al frente para anular a la ministra de Trabajo. Esta decisión interna se ha producido justo después de que Díaz haya conseguido, aunque haya sido por un error, sacar adelante su reforma laboral. En Podemos temen ahora que la figura de la vicepresidenta y el «efecto Yolanda» se desboquen hasta tal punto de que una plataforma de Díaz tenga más posibilidades electorales que un Podemos por libre. Visto esto, Belarra ha decidido pasar a la acción para recordarle a la ministra que no es nadie sin la maquinaria de Podemos detrás.
La idea de crear una «agenda paralela» es solo para frenar las alianzas personales que Díaz está siendo capaz de urdir con los agentes sociales. Los sindicatos la respetan más a ella que a Montero o a Belarra, al igual que la patronal, y las grandes asociaciones sociales más de lo mismo. Por esto, Belarra se ha aferrado (siempre orientada por los consejos del exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias) a la mala relación de Díaz con los nacionalistas y a la alergia de Yolanda a los temas de nicho como el feminismo radical representado por Montero. La formación morada quiere que ERC y EH Bildu ayuden a frenar el arrollador avance de Díaz porque saben que la vicepresidenta huye de las pretensiones nacionalistas de estos grupos. De hecho, la reforma laboral ha sido recibida con gran hostilidad por parte de estos dos partidos independentistas, algo que poco le ha importado a Yolanda.
El «efecto Yolanda» es visto como una amenaza por parte de Podemos porque saben que ninguno ni ninguna de las que ahora representan el partido tendrían un hueco predominante en la plataforma de Díaz. Si hay algo que saben en Podemos es que Yolanda no dará tantas alas al feminismo como para montarle a Irene Montero otro Ministerio de Igualdad. Y esto es inaceptable para el partido con mayor peso político dentro de Unidas Podemos. El hecho de que las principales cabezas de lista del partido morado no vayan a tocar moqueta con Díaz ha hecho que Podemos se ponga manos a la obra para frenar el ascenso de la ministra.
La idea de Belarra es vender Podemos como la única posibilidad de entendimiento con ERC y EH Bildu
La idea de Belarra es vender Podemos como la única posibilidad de entendimiento con ERC y EH Bildu (lo cual le daría la llave de casi veinte diputados más) y condicionar el trato de Yolanda con los agentes sociales. El plan es recordarle a Yolanda Díaz que sin Podemos no es nada. Y dejarle claro que su plataforma solo tendrá posibilidades de tocar moqueta si cuenta con Irene Montero e Ione Belarra como parte de su núcleo duro.
La guerra entre Podemos y Díaz lleva tiempo calentando motores. No porque no quieran que Díaz encabece la lista electoral de Unidas Podemos, sino porque saben que las pretensiones de Yolanda pasan por prescindir directamente de muchos altos cargos que actualmente ostentan puestos relevantes en los ministerios que «regalaron» al partido de Pablo Iglesias. En un principio, el choque entre los morados y la ministra de Trabaja se veía en ataques en las redes sociales y en filtraciones concretas que dejaban entrever una crisis interna. Pero ahora Belarra quiere dar un paso adelante porque ve que el «efecto Yolanda» está descontrolado justo después de que se haya conseguido aprobar la reforma laboral.