El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha mostrado convencido este miércoles de que la propuesta española para financiar un plan europeo de reconstrucción tras el coronavirus es pragmática, efectiva y «asumible por los socios más reticentes», teniendo en cuenta, sobre todo, que no requeriría modificaciones legislativas ni trámites parlamentarios nacionales.
Además, Sánchez espera que del Consejo Europeo de este jueves salga un consenso sobre el próximo presupuesto europeo que esté en línea con la posición de España: «Lo que antes era justo y conveniente ahora es sencillamente indispensable para que la UE merezca ese nombre y no un agrupamiento circunstancial de intereses mercantiles».
Y es que, a su juicio, las medidas que se acuerden en el ámbito nacional para reconstruir la economía española dependerán de que haya un gran plan de reconstrucción europeo.
Sánchez ha desgranado ante los diputados la propuesta que ha enviado el Gobierno para el Consejo Europeo de este jueves, en el que reclamará que los instrumentos acordados por el Eurogrupo –las líneas precautorias del BEI, el plan para el desempleo SURE y las garantías del BEI– estén listos para ser aplicados el 1 de junio como muy tarde.
En segundo lugar, ha explicado propuesta española para financiar el plan de reconstrucción, que pasa por crear un fondo de hasta 1,5 millones de euros, financiado con deuda perpetua y vinculado al presupuesto de la UE.
Para Sánchez, esa propuesta tiene «cuatro ventajas indiscutibles», empezando por que dará a los Estados «transferencias a fondo perdido en vez de préstamos que solo servirían para agravar el endeudamiento masivo».
Las transferencias se destinarían a financiar programas de recuperación y reconstrucción para «relanzar rápidamente» las economías invirtiendo en áreas clave como la transición ecológica y digital, la autonomía industrial y tecnológica y el transporte y el turismo.
Además, su propuesta es que estos fondos se distribuyan entre países atendiendo al impacto social y económico. El documento que el Gobierno ha enviado a sus socios menciona indicadores como porcentaje de la población afectada, caída del PIB o aumento del paro.
La cuarta «ventaja» es que al financiar el instrumento con deuda perpetua solo se pagarían los intereses, un pago que estaría garantizado en la medida de lo posible por impuestos europeos que den a la UE recursos propios, como un impuesto al CO2 en fronteras o un impuesto a las transacciones financieras.
«NO PODEMOS CONTENTARNOS CON APAGAR EL INCENDIO»
«La UE tiene que demostrar voluntad de actuar con verdadero alcance, no podemos contentarnos con apagar el incendio sino que hay que reconstruir la casa y acoger en ella a todos», ha dicho.
En esa línea, ha avanzado que asiste al Consejo Europeo virtual de este jueves con la intención buscar un acuerdo sobre el presupuesto europeo para 2021-2027. En su opinión, en estos «momentos críticos», está claro que la UE necesita un presupuesto que mantenga las dotaciones de la Política Agrícola Común (PAC) y refuerce las asignaciones a sectores clave: transición ecológica, investigación y ciencia, migraciones y fortalecimiento de los sistemas sanitarios.
España había rechazado por «decepcionantes» las propuestas presupuestarias presentadas hasta ahora por la Comisión Europea y por el presidente del Consejo, por su volumen total «insuficiente» y por sus recortes en PAC y políticas cohesión.
5 REGIONES ESPAÑOLAS EMPOBRECIDAS RESPECTO A 2008
El marco financiero plurianual, ha dicho, no puede ignorar que 22 regiones europeas, todas ellas del sur de Europa (cinco en España) no han recuperado los niveles de renta per cápita previos a la crisis de 2008.
Además, con la propuesta de presupuesto que hizo la presidencia finlandesa, 11 regiones españolas quedaban reclasificadas a la baja y 14 estarían en transición o se considerarían menos desarrolladas. Así, ha señalado que sería «un error estratégico» permitir la reducción de políticas destinadas a reducir las diferencias, sobre todo para regiones periféricas que no se benefician de estar en el centro del mercado interior.
Ahora, con la pandemia, el Gobierno quiere un presupuesto europeo «cuantitativa y cualitativamente diferente de todos los que le han precedido», porque la epidemia de Covid-19 «agravará los impactos sociales y económicos a los que la política de cohesión tendrá que dar respuesta para no dejar a nadie atrás».
Des mismo modo, ha defendido que el marco financiero plurianual es una oportunidad sin precedentes para que el sector agrario contribuya a la transición ecológica. Sin embargo, las propuestas hechas hasta ahora recortaban la aportación a España un 10,8 por ciento, «algo sencillamente inasumible».
También ha recordado la posición española de que los criterios de reparto del fondo de transición justa para la economía verde no premien a los países que aún no han hecho los deberes y el rechazo de España a que se mantengan «cheques» o devoluciones de aportaciones a la UE, porque «va en contra de la justicia redistributiva recompensar a quienes más tienen».
Tras el Covid-19, las propuestas anteriores «son papel mojado» y hay que poner en el centro «la urgencia de un auténtico Plan Marshall» para la reconstrucción.