El juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón ha decidido no prorrogar la instrucción de ‘Dina’, la pieza del ‘caso Villarejo’ donde se indaga el recorrido que tuvo la tarjeta telefónica de la ex asesora de Podemos desde que le robaron el móvil en 2015 hasta que parte de la información que contenía apareció publicada, por lo que las pesquisas concluirán el próximo sábado, como estaba previsto.
En un auto de este mismo jueves, el titular del Juzgado Central de Instrucción Número 6 cita una resolución de los magistrados de Sala de lo de Penal sobre otro asunto donde señalan que, a falta de que se completen las diligencias pendientes, «la instrucción se ha de dar por finiquitada», rechazando dilatar las pesquisas en base a posibles «circunstancias sobrevenidas» que tachan de «futurible».
«Este razonamiento es plenamente aplicable a nuestro caso: una vez que se practiquen las diligencias que restan por practicar, se considera que la instrucción estará finalizada, por lo que no ha lugar a su prórroga», expone García-Castellón, que confirma el fin de la investigación sobre ‘Dina’ para el 29 de enero.
El instructor detalla que «en este caso únicamente el Ministerio Público ha manifestado su oposición a la prórroga del plazo de instrucción, mientras que las restantes partes, o bien no se han opuesto a la prórroga o, directamente, lo han solicitado».
Así, tanto Vox como la propia Dina Bousselham estimaron procedente prorrogar la instrucción, mientras que la representación del ex vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias no se opuso a que la investigación se extendiera en el tiempo.
Fuentes de Podemos han reprochado al magistrado que, según afirman, ha tratado de convertir a las víctimas de esta causa en sospechosos y ahora se niega a investigar a los responsables del robo del teléfono de Bousselham.
DISECCIONANDO LA MINI SD
García-Castellón ha dado este paso días después de recibir el informe que encargó hace casi un año a la Policía Científica para determinar si era técnicamente posible acceder al contenido de la tarjeta telefónica.
La Unidad Central de Criminalística certifica en su informe que la mini SD presentaba daños irreparables, por lo que ha sido imposible conocer su contenido y, por tanto, quién fue la última persona que tuvo acceso a la misma y cómo acabó inservible.
Según plasmó el magistrado de refuerzo Joaquín Gadea en un auto del pasado mes de noviembre, el juzgado estaba esperando a este ‘dossier’ policial para poner fecha a las declaraciones de Bousselham, su pareja y el ex responsable de la Dirección Adjunta Operativa (DAO) de la Policía Nacional Eugenio Pino, que ordenó efectuar la Sala de lo Penal. Estas comparecencias son la última diligencia pendiente.
García-Castellón se muestra consciente de que las partes aún no han podido leer el informe policial, un «elemento basilar», y de que quedan estas tres declaraciones, si bien cree que no será necesario acordar nuevas diligencias por ninguna de ambas cuestiones.
EL ORIGEN DE ‘DINA’
Así, encara su recta final una pieza separada por la que ya se acordó procesar al comisario jubilado José Manuel Villarejo y a dos periodistas. Además, el instructor propuso al Tribunal Supremo (TS) que investigara a Iglesias, alegando que «la única explicación posible» es que la tarjeta telefónica resultara dañada mientras estaba en su poder, a donde llegó tras ir de mano en mano.
Planteó que el entonces líder de Podemos fuera investigado por presuntos delitos de descubrimiento y revelación de secretos, con agravante de género, daños informáticos y acusación o denuncia falsa y/o simulación del delito, pero el TS lo rechazó y le encomendó seguir indagando.
En el mencionado auto de procesamiento, el juez fijó el origen de la pieza en unos archivos encontrados durante el registro a la casa de Villarejo efectuado en 2017 en los había información personal de la que fuera asesora de Iglesias, así como datos sensibles del partido ‘morado’.
Según explicaba, en noviembre de 2015 sustraen en el IKEA de Alcorcón el abrigo de la pareja de Bousselham –Ricardo Antonio Sa Ferreira– en cuyo interior había varios objetos entre los que se encontraba el teléfono móvil de ella.
Justo dos años más tarde de ese robo, en noviembre de 2017, aparecen en el domicilio del comisario un disco duro y dos memorias USB en los que se almacenan unas carpetas denominadas DINA 2 y DINA 3, que contenían archivos procedentes de la mini SD del móvil sustraído a Bousselham.