Santiago Abascal es la imagen, pero no el motor de Vox. Esta frase resume perfectamente cómo ven a nivel interno el equilibrio de poderes en el partido. Fuentes de la formación insisten en que quien de verdad mueve los hilos en Vox no es Abascal, sino Iván Espinosa de los Monteros. Estas mismas voces aseguran que, dentro de la estrategia del partido, esa con la que pretenden cogobernar con el Partido Popular a la par que exigen ministerios y vicepresidencias, Espinosa de los Monteros será el dirigente clave que tome las decisiones. Montar las sedes de Vox alrededor de la vivienda del empresario es solo un detalle. Hay voces en Vox que insisten en que Abascal no es más que la cara del partido de Espinosa de los Monteros. De hecho, ya hay voces que claman porque el diputado dé un paso al frente y se convierta en lo que de verdad es: el líder de Vox.
Coordinar un partido en la sombra es mucho más cómodo que tener la «obligación» de dar ruedas de prensa diarias. Aún así, Espinosa de los Monteros se ha expuesto a los medios de comunicación lo que ha querido. Las decisiones en Vox las toma él, tal y como aseguran fuentes del partido. Abascal no es más que la imagen de una formación cuya aspiración directa es condicionar al Partido Popular para que gobiernen en coalición. Y lo que dicen estas mismas fuentes es que cuando se logre el objetivo, Iván Espinosa de los Monteros tendrá un papel predominante. Se guardarán las formas y se respetará el papel de Abascal en calidad de presidente, pero Espinosa tendrá el lugar que quiera.
Esta situación que tiene «daños colaterales» como la presencia incontestable de la diputada de la Asamblea Rocío Monasterio en la Comunidad de Madrid en calidad de candidata, no incomoda a prácticamente nadie en el partido, insisten las fuentes. De hecho, son muchos los que prefieren en Vox que Iván Espinosa de los Monteros dé un paso adelante y adquiera más protagonismo en el partido, aunque de momento el diputado prefiere que el desgaste no recaiga sobre él. Espinosa de los Monteros «sabe hablar», aseguran. Pero los más fervientes seguidores del parlamentario aseguran que está destinado a ser el candidato de Vox a las elecciones generales. Algo que no niega nadie en el partido.
Esa estrategia de exponerse lo justo a los medios ha sido bien aprendida por Abascal, quien solo se hace fotos de vez en cuando bien escenificadas, ya sea en una manifestación de la España vaciada o en cualquier otro sitio. Sin embargo, hay un cierto malestar en Vox por el hecho de que mientras que su presidente mantiene un discreto primer plano hay otros y otras dirigentes de la formación que han sido relegadas para no eclipsar a los conocidos como «aristogatos». Que la diputada Macarena Olona vaya a pasar del Congreso a ser una diputada más del Parlamento de Andalucía es una prueba de ello. Pero que Mireia Borrás, diputada de Vox, haya sido enterrada por completo por la directiva solo hecha más leña al fuego en este asunto.
En Vox entienden que Espinosa de los Monteros es la estructura y los fondos del partido. Son conscientes de que Abascal no es más que una imagen que ha sido trabajada a lo largo de los años de existencia del partido y que a día de hoy se siguen esmerando mucho en pulir. Pero la clave es que «Iván es Vox» y es quien tiene la capacidad dialéctica para defender el partido como a los integrantes del partido les gustaría. Aún así, desde Vox insisten en que el respeto a la estructura jerárquica es básico y que no hay nadie que busque una «revolución» interna ni un cambio notable.
¿Abascal no está muy aviejado para lo poco que ha trabajado? pic.twitter.com/xENKDR3jNI
— 🔻Malamente®🔻 (@MalaMalamente) January 25, 2022
Santiago Abascal, Iván Espinosa de los Monteros y el concejal Javier Ortega Smith componen la cabeza de Vox, pero todo se desmoronaría sin la presencia del segundo. La idea que sopesan en Vox, tal y como insisten las fuentes, es reservar un papel clave a Espinosa de los Monteros tan pronto consigan el Gobierno. Es cierto que si tienen acceso a una vicepresidencia, será ocupada por el presidente de Vox, pero también lo es que exigirán un ministerio de Estado y que esa cartera le será entregada directamente al «dueño en la sombra» de Vox. Espinosa de los Monteros no quiere hacerse fotos ni ser la imagen más llamativa del partido, los focos se los reserva para Abascal, pero sí que dejará entrever su capacidad de mando y de gestión tan pronto tenga acceso a un ministerio: principal objetivo del diputado.
Sobre cuántos ministerios se exigirán no hay datos porque hay que esperar a los resultados electorales de 2023. Pero lo que sí tienen meridianamente claro en Vox es que no regalarán nada al Partido Popular. Ni siquiera se plantean hacer lo mismo que ha hecho Rocío Monasterio en Madrid dado que la idea es «lucirse» con su capacidad de gobernar tan pronto tengan acceso a la gestión. Todo se hará, pero bajo las órdenes directas de Iván Espinosa de los Monteros, el «dueño» de Vox en la sombra.