sábado, 14 diciembre 2024

Casi la mitad de niños hospitalizados tiene dolor de cabeza y alteración del estado mental

El 44 por ciento de los niños hospitalizados que dan positivo en COVID-19 presentan síntomas neurológicos y tienen más probabilidades de necesitar cuidados intensivos que sus compañeros que no experimentaron tales síntomas, según un nuevo estudio dirigido por la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos).

Los síntomas neurológicos más comunes fueron el dolor de cabeza y la alteración del estado mental, conocida como encefalopatía aguda. Publicados en la revista ‘Pediatric Neurology’, estos resultados preliminares son las primeras conclusiones de un consorcio internacional multicéntrico cuyo objetivo es comprender cómo afecta la COVID-19 al cerebro y al sistema nervioso.

«El virus SARS-CoV-2 puede afectar a los pacientes pediátricos de diferentes maneras: puede causar una enfermedad aguda, en la que la enfermedad sintomática aparece poco después de la infección, o los niños pueden desarrollar una condición inflamatoria llamada MIS-C semanas después de eliminar el virus», explica la autora principal del estudio, Ericka Fink.

Los investigadores reclutaron a 30 centros de cuidados críticos pediátricos de todo el mundo. De los 1.493 niños hospitalizados, 1.278, o el 86 por ciento, fueron diagnosticados de SARS-CoV-2 agudo; 215 niños, o el 14 por ciento, fueron diagnosticados de MIS-C, o síndrome inflamatorio multisistémico en niños, que suele aparecer varias semanas después de eliminar el virus y se caracteriza por fiebre, inflamación y disfunción orgánica.

Las manifestaciones neurológicas más comunes relacionadas con la COVID-19 aguda fueron dolor de cabeza, encefalopatía aguda y convulsiones, mientras que los jóvenes con MIS-C presentaron con mayor frecuencia dolor de cabeza, encefalopatía aguda y mareos. Los síntomas más raros de ambas afecciones incluían la pérdida de olfato, el deterioro de la visión, la apoplejía y la psicosis.

«Afortunadamente, las tasas de mortalidad en los niños son bajas tanto para el SARS-CoV-2 agudo como para el MIS-C. Pero este estudio muestra que la frecuencia de las manifestaciones neurológicas es alta, y en realidad puede ser más alta de lo que encontramos porque estos síntomas no siempre están documentados en la historia clínica o son evaluables. Por ejemplo, no podemos saber si un bebé tiene dolor de cabeza», apunta Fink.

El análisis mostró que las manifestaciones neurológicas eran más comunes en los niños con MIS-C en comparación con los que tenían SARS-CoV-2 agudo, y los niños con MIS-C tenían más probabilidades que los que tenían la enfermedad aguda de tener dos o más manifestaciones neurológicas.