Ser autónomo en España se ha convertido en una profesión de riesgo. Pero más, si se toma partido en el globo sonda lanzado por el ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá. España ha batido el récord de recaudación en plena crisis sanitaria, pero al Gobierno del PSOE le parece aún insuficiente. Tras retocar el impuesto de Sociedades y subir los tributos, el turno ahora es para los empleados por cuenta ajena y con las posturas enfrentadas entre las principales patronales.
Es una agresión a los autónomos
La propuesta del ministro Cada día que pasa supone una dura prueba para los trabajadores por cuenta propia y más si finalmente se lleva a cabo la reforma que plantea Escrivá. Los polémicos tramos entrarían en vigor el próximo año, con elecciones generales, autonómicas y municipales.
El autónomo en España se ha visto afectado durante esta pandemia en todos los sectores, pero sin la protección de los trabajadores asalariados. De hecho, el Gobierno no ha llegado a repartir todas las ayudas diseñadas para este colectivo y justo cuando termina la protección inicia ahora una cruzada, aún sin aprobar, contra ellos.
SOLO UN TERCIO DE LOS AUTÓNOMOS SE BENEFICIA
Tan sólo se beneficiaron un millón de autónomos, un tercio del total. Con esta propuesta, serán prácticamente el mismo número, dejando a dos millones de trabajadores por cuenta propia más asfixiados. El problema es que el Ejecutivo quiere incrementar la cuota año tras año hasta el año 2031, de tal manera que se pagaría entonces entre 183 euros y 1.260 euros mensuales, dependiendo del tramo.
Una vez regresó la actividad, los trabajadores por cuenta propia comenzaron a abrir muy lentamente de nuevo al mercado. Pero en esta sexta ola se está viviendo un parón debido a las innumerables bajas. Aún así, el Ejecutivo no tiene piedad alguna y prosigue en su propuesta, muy similar a las de una de las principales patronales, aunque con matices, y en contra de la mayoritaria ATA.
Tras el pacto de la reforma laboral, que aún tiene que pasar su trámite parlamentario, Escrivá abrió el melón contra los autónomos. La exigencia es cotizar por los ingresos reales, una medida que perjudicará a dos de cada tres autónomos, una cifra que superaría los dos millones de afectados. Tan sólo se beneficiaría cerca de un millón.
Desde la Asociación de Trabajadores Autónomos, la más importante de España e incluida en la CEOE, se han mostrado muy críticos con la medida. «Es una agresión», ha llegado a afirmar por el considerable «hachazo» a este colectivo. En concreto, los autónomos han visto incrementada su cuota mensual mínima hasta los 294 euros este mismo mes de enero. Es decir, una subida del 2,7%, a la que hay que añadir la inflación más elevada de la historia en los últimos 30 años. Pero poco ha importado al Ejecutivo. Además, la base mínima de cotización será de 960 euros mensuales. Grosso modo, solo una parte minoritaria de autónomos se beneficiará, mientras que el resto pagará los excesos de la Administración, con más funcionarios, asesores, Ministerios y viajes del Falcon de Sánchez.
LOS CÁLCULOS DE ESCRIVÁ: ESQUILMAR A LOS AUTÓNOMOS
Según los cálculos de Escrivá, sólo quienes ingresen menos de 600 euros al mes se podrán beneficiar de esta medida. Es decir, que quienes después de pagar la cuota tengan en la cuenta corriente cerca de unos 400 euros mensuales, más de un 60% menos que el Salario Mínimo Interprofesional. Para ellos el pago obligatorio por ser autónomo será de sólo 183 euros mensuales, el mismo importe que se abona al primer año de darse de alta en la Seguridad Social.
Las cifras de Escrivá están muy alejadas de la realidad. De hecho, de media, los autónomos ingresan el doble que esos 600 euros. Una vez descontados los pagos de las cuotas y retenciones del IRPF, para estos autónomos tan sólo les queda unos 800 euros al mes, por debajo del SMI. Desde ya, estos trabajadores por cuenta propia deben abonar 352 euros. Para ellos, Escrivá les ha preparado una subida de 66 euros al mes en las cuotas. Si se alcanzan los 1.800 euros, la cuota asciende a 535 euros. Cabe recordar que los autónomos no tienen bajas remuneradas ni 14 pagas, tampoco vacaciones. Pero Escrivá no ha dado contraprestación alguna en su propuesta.
LAS QUEJAS DE LOS AUTÓNOMOS VAN EN AUMENTO: NO SE DESCARTA UNA GRAN MOVILIZACIÓN
Sin embargo, pese a las duras palabras de Amor, desde la otra asociación más numerosa de autónomos, UPTA, han realizado una propuesta muy similar a la de Escrivá. También con tramos y con un incremento anual de las cuotas. Desde la asociación ponen de ejemplo que los «notarios» paguen las mismas cuotas que cualquier otro autónomo, pese a ingresar más. No obstante, no son los notarios los más perjudicados ni tampoco los más beneficiados. De hecho, quienes cobran más de 600 ya se verían más afectados que un notario.
La idea del Ejecutivo es esquilmar a los autónomos, reducirlos a la mínima expresión y poder sangrarles aún más. Las quejas entre los autónomos de base van cogiendo cada vez más fuerza y es más que posible que Escrivá tenga que recular para abordar esta reforma y presentarla debidamente.
Según Escrivá, «será fácil cambiar de tramo«. Pero la realidad es que incrementará las facturas sin IVA para evitar alcanzar tramos superiores, así como propiciar de nuevo la economía sumergida. Todo porque al colectivo se le ha gripado el motor en esta pandemia. Según los datos, esperaba recaudar cerca de 10.000 millones y tan sólo han obtenido 2.000.
Desde UATAE, Unión de Trabajadores Autónomos y Emprendedores, más afín a Podemos, no se han revelado contra el Gobierno, sino que toman conciencia del «esfuerzo» de éste para tratar de salvar a estos trabajadores por cuenta propia. Según afirma la entidad, las prestaciones de la pandemia «se han demostrado como la mejor inversión para que el tejido productivo aguante y pueda encarar su reactivación.
Por el momento y a la espera de una reforma del autónomo definitiva, este globo sonda podría pincharse o bien provocar una movilización empresarial. No sería la primera vez que el Ejecutivo se enfrenta a esta amenaza en esta crisis. El transporte estuvo a punto de parar, pero finalmente no llegó la sangre al río en los días previos a la Navidad.