El «retiro espiritual» de Teodoro García Egea ha generado un malestar importante en el Partido Popular. No necesariamente porque aprovechara el viaje del presidente del PP, Pablo Casado, a Uruguay para montar su reunión el 9 de diciembre en el hotel Santo Mauro con 25 «notables» del partido. Tampoco que los asistentes a esa reunión fueran «teístas». Lo que ha revuelto las entrañas de Génova es que Teodoro pagó lo que muchos consideran un encuentro de «amigos» del PP con dinero del partido, tal y como aseguran a MONCLOA.com fuentes cercanas a Pablo Casado. Esto, sumado al hecho de que el propio presidente del partido no fue consciente de este encuentro han disparado la tensión interna en la formación conservadora.
La excusa de esta reunión era la de «levantar la imagen del partido y la del propio Pablo Casado. Las encuestas no son favorables al PP desde que la guerra interna del partido afloró y se escenificó en varios cruces de declaraciones y Teodoro utilizó esta «excusa» para celebrar una reunión que ha causado más tensión por los asistentes que por el mero hecho del encuentro.
El hotel Santo Mauro no es barato. El dinero que se pagó por este «retiro espiritual» organizado por Teodoro García Egea no fue poco y salió de los bolsillos de los militantes. Pero lo cierto es que la otra razón por la que se ha montado un conflicto interno ha sido porque Casado no sabía que Teodoro había organizado este encuentro. Todo esto ha impactado notablemente en el PP, donde más de uno critica en privado el hecho de que se haya utilizado el dinero de los militantes para pagar la estancia en un hotel durante 12 horas (con comida incluida) para buscar la forma de levantar la imagen del partido. A esto hay que añadirle que nadie comprende muy bien el listado de asistentes. «La única explicación es que son los amigos de Teodoro», detallan fuentes del partido.
Los 25 asistentes no eran precisamente los primeros espadas del PP. Faltaron muchos reconocidos rostros del partido. Lo que llama la atención en Génova es el perfil tan dispar de quienes fueron «los elegidos de Teodoro» para componer ese «retiro espiritual» que tanto ha llamado la atención en el partido. Que estuviera Montesinos no era ninguna sorpresa, así como que hubiera personas como Ana Beltrán. Pero que hubiera rostros muy poco conocidos solo porque son «teístas» ha dejado claro que hay una corriente dentro del «casadismo» que incomoda en cierto modo a Casado. Algunos de los asistentes que estuvieron en el retiro fueron Cuca Gamarra, Juan Costa, Alberto Casero, Ana Beltrán, Antonio González Terol, Elvira Rodríguez, Pablo Montesinos, la exministra Dolors Montserrat, Edurne Uriarte, Diego José Gago y, cómo no, el propio Teodoro. Así hasta 25.
Pocos comprenden que el hombre de confianza de Casado haya «traicionado» su confianza ocultándole un encuentro de estas características
En el Partido Popular esta reunión ha causado malestar por dos vías. A nivel de militancia, no ha gustado que Teodoro haya empleado dinero del partido para organizar un encuentro de esas características, en el que el nombre de algunos de los asistentes le restaron «oficialidad». Y por otro, el hecho de que García Egea lo hiciera cuando Casado estaba en Uruguay y sin informar al presidente del partido. Pocos comprenden que el hombre de confianza de Casado haya «traicionado» su confianza ocultándole un encuentro de estas características. Pero menos que además el haya costado una buena cantidad de dinero a las arcas del PP.
La buena noticia para algunos es que los asistentes han dado pistas sobre los que gozan de la confianza de Génova. Ya hay sobre la mesa el nombre de algunos sucesores para territorios como Galicia en base a quiénes asistieron al retiro. Sin embargo, lo cierto es que se ha abierto una auténtica caza de brujas por parte del secretario general para averiguar quién filtró esta reunión que debía ser secreta para evitar precisamente el malestar interno que se ha generado.
La tensión en el partido sigue en niveles elevados porque lo que se busca en el PP ahora es unidad. Quieren que no haya voces discordantes y sobretodo que todos acaten la autoridad de Génova, clave para que el partido se presente unido a los españoles. De momento, parece que se están reduciendo los conflictos a niveles bajos y que con Ayuso, por ejemplo, no habrá más choques a lo largo del año. Pero este retiro ha supuesto una doble llamada de atención: la primera de Casado a Teodoro por montar a sus espaldas un retiro espiritual sin avisar; y la segunda para llamar al orden en el PP y exigir a todos que no haya filtraciones. Y menos cuando se tratan de ejercicios espirituales y de brainstorming para salvar a un partido que no acaba de despegar en las encuestas como querrían desde Génova.