El Covid-19 le ha venido como agua de mayo de Yolanda Díaz para convertirse en su «excusa» perfecta para alejarse de todo lo relacionado con los comicios del próximo 23 de febrero en Castilla y León. La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo anunció en la tarde del martes, a través de su cuenta de Twitter, que se había contagiado de coronavirus. Así, el virus echa una mano a Díaz y la aparta temporalmente de la agenda pública, librándola de la tarea de tener que hacer campaña por Podemos en Castilla y León de cara a las elecciones de febrero.
La vicepresidenta se ve obligada, tras dar positivo en el test de coronavirus, a confinarse durante siete días. A pesar de que anteriormente la reclusión obligaba al contagiado con el virus a permanecer sin ningún tipo de contacto durante un plazo de diez días, Sanidad y las comunidades autónomas acordaron reducir dicho periodo a una semana. Esta decisión fue tomada con unanimidad de todas las partes. La decisión, según justificó la titular de Sanidad, Carolina Darias, estaba motiva porque la nueva variante, ómicron, tiene un menor periodo de incubación que las anteriores cepas que llegaron a España.
La medida fue adoptada, según explicaron desde Sanidad, para adaptarse a la nueva situación que se estaba viviendo con el coronavirus, ya que a pesar de la transmisibilidad del virus, donde la nueva variante era mucho más contagiosa que otras cepas, sus síntomas y tiempo de incubación era mucho más leves. Estas cuestiones también han provocado que incluso se plantee la posibilidad de implantar un sistema para controlar el coronavirus similar al que España cuenta para vigilar otras enfermedades como la de gripe. Esto implicaría que se pasara a observar el Covid-19 como una enfermedad infecciosa, que no se contara cada caso y que no se realizaran test ante cualquier síntoma compatible con el virus.
Así, la titular de Trabajo, que se encuentra con síntomas leves, deberá paralizar sus compromisos durante una semana. En este sentido, la Díaz ha anunciado su intención de aplazar toda la agenda pública para los próximos, aunque continuará trabajando desde el confinamiento. El contagio llega para la ministra en plena campaña electoral, pero si antes del positivo no preveía dedicar demasiado tiempo a estos asuntos, ahora mucho menos. Muchos políticos no han dudado en desearle una pronta recuperación a la vicepresidenta, como es el caso del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la ministra de Igualdad, Irene Montero, el líder de Más País, Íñigo Errejón, o la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra. También desde el partido de la oposición, Teodoro García Egea, secretario general del PP, le ha dedicado una palabras a Díaz.
Además, el positivo se ha producido muy poco después de que la titular de Trabajo recibiera la tercera dosis de la vacuna contra el Covid-19. Algo que tuvo lugar el lunes, según compartió la ministra en su cuenta de Twitter, donde publicó una imagen y aprovechó para dar las gracias a la sanidad pública y a sus profesionales por «su imprescindible labor para paliar los efectos de esta pandemia». Y también añadía que «vacunarse salva vidas, nos protege y protege también a los demás».
El Covid-19 le ha servido a Díaz para librarse de adaptar la agenda para apoyar a la formación morada en Castilla y León de cara a la llamada a las urnas. La ministra sabe que los comicios castellanoleoneses son un «caballo perdedor» en la llamada a las urnas. Los resultados que obtendrá la formación morada en las votaciones se auguran muy negros, a lo que se une el futuro nada prometedor, con una perspectiva de hundimiento en la comunidad. Y es que Podemos está al borde de la desaparición en Castilla y León, Díaz lo sabe y, por ello, no quiere hacer campaña con el grupo. A ello se une la cuestión de que la vicepresidenta se está desvinculando de los morados y no quiere que nadie la asocie a ellos.
Como se ha venido viendo, a la vicepresidenta cada vez le gusta menos el color morado y no quiere asociar su perfil al de la formación en ningún escenario y menos en aquellos donde la izquierda tiene una representación residual, como los comicios del próximo 23 de febrero. Desde Podemos Castilla y León están muy decepcionados con la «apretada agenda» de la vicepresidenta, que aún no ha sacado ni un hueco para ir a la comunidad vecina a hacer campaña por su partido. No obstante, el entorno de Yolanda Díaz asegura que es probable que la ministra haga un viaje a Castilla y León. Pero si lo hace, será «express» para no mezclarse demasiado con caballos perdedores.
En Podemos no saben qué hacer para levantar las expectativas electorales, pero sí que aseguran ser conscientes de que Yolanda no es de Podemos, sino que tiene planes muy distintos para las próximas elecciones. Y es que, que Yolanda buscará otro color y otras siglas para ir a las elecciones generales es un secreto conocidos por todos en el Gobierno, ya que el color morado parece espantarle a la ministra. Así, desde la formación morada en Castilla y León ansían una aproximación de Díaz que les de un impulso de cara a las votaciones, mientras la vicepresidenta se aleja cada vez más del grupo, ya que la idea es renovar al 100% la representación de la izquierda con nuevas caras y con colores y nombres nuevos.