El monje budista Ashin Nyanissara, más conocido como Sayadaw de Sitagu, una de las figuras religiosas más influyentes de Myanmar, ha donado 10.000 dólares al fondo de emergencia creado el pasado 6 de abril por el Papa para ayudar a las comunidades afectadas por el Covid-19 en los países de misión a través de las estructuras de la Iglesia.
Según ha informado el portal de noticias del Vaticano, el monje budista ha entregado la suma económica al Arzobispado de Mandalay y también ha ofrecido alimentos como sacos de arroz y frijoles para atender las necesidades de la sede católica durante la emergencia.Esta cantidad se suma a los 750.000 dólares ya ofrecidos por el Papa como contribución inicial al fondo al que las Iglesias locales fueron invitadas a contribuir.
«El gesto –ha explicado el monje Sitagu Sayadaw, según VaticanNews–quiere ser un signo de compasión común a todas las religiones: debemos trabajar juntos contra Covid-19 y llevar a cabo nuestras obras de caridad a través de la solidaridad». El arzobispo Tin Win, vinculado al líder religioso budista por una relación de amistad, ha señalado por su parte que estaba «impresionado» por este «acto de buena voluntad y solidaridad hacia las personas más necesitadas de la crisis». Su contribución es un mensaje de armonía interreligiosa para todo el país», subrayó el prelado.
El monje Sitagu Sayadaw también mantiene estrechas relaciones con el cardenal Charles Bo, arzobispo de Yangon y presidente de la Conferencia Episcopal Birmana, con quien participa activamente en la promoción del diálogo interreligioso en este país con una neta mayoría budista.
Fundador y presidente de las «Academias Budistas de Sitagu», una organización que financia varios proyectos sociales en Myanmar, el líder religioso budista participa en varios consejos para el diálogo interreligioso. En 2017 conoció al Papa Francisco durante su viaje apostólico a Myanmar y en 2011 fue recibido en audiencia por el Papa Benedicto XVI.
Su donación al fondo especial del Papa para la emergencia de Covid-19 tuvo lugar en medio del Año Nuevo Budista, la Fiesta del Agua, cuyas celebraciones fueron canceladas por el gobierno birmano debido a la emergencia de Covid-19. En Myanmar hasta el pasado 17 de abril se habían registrado segúnss cifras oficiales 85 casos, de los cuales dos fueron mortales.