Un virus de la viruela atenuado. Esta es la estrategia que ha escogido el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en España para encontrar una vacuna contra el coronavirus. El ministro de Ciencia, Pedro Duque, es tan optimista que ha anunciado que es posible que la semana que viene tengamos un candidato a vacuna. Pero habrá que esperar algo más para que sea efectiva y se pueda inocular en pacientes. Los más prudentes hablan de 2021, y los más optimistas de este otoño. Esto en España, pero en Estados Unidos, China y otros países ya prueban otras posibles soluciones. Algo esperanzador ya que es la primera vez en la historia que a todos los estratos sociales y a todos los países les conviene lo mismo: poner freno a la pandemia.
La carrera por encontrar la cura a la pandemia se ha acelerado, pero ya parece que está dando sus primeros frutos. Ya se están probando vacunas en pacientes y hay tratamientos prometedores que aseguran que habrá una solución para frenar al patógeno más pronto que tarde. En China ya se ha dado luz verde a practicar ensayos con tres vacunas en la que participarán hasta 500 voluntarios. Estados Unidos también inició a principios de abril pruebas de vacunas con personas , algunas con nombres impronunciables como ARNm-1273.
En Europa también se han llevado a cabo avances. El Instituto Jenner, en la Universidad de Oxford, ya está a punto de llevar a cabo pruebas en pacientes. Desde allí, uno de los investigadores del grupo aseguró en el programa Hora 25 de la Cadena SER que en otoño estará lista la vacuna. «Tenemos poca información, porque es un virus nuevo. Tenemos que conseguir que la vacuna genere suficiente protección y, lo más importante, que sea longeva. Es decir, que proteja a las personas durante el mayor tiempo posible», confirmó el científico.
Todos los grupos científicos trabajan 24 horas al día siete días a la semana para encontrar una cura a la pandemia que ha paralizado el mundo entero. La pregunta que hay detrás es qué repercusión tendrá el hecho de elaborar dicha cura. Si se hace desde una farmacéutica, el premio más inmediato serán miles de millones de euros. Sin embargo, hay quien ya habla de que la vacuna al coronavirus debería de ser un bien «regalado» a la humanidad, otros, como el director científico de la farmacéutica Johnson & Johnson, Paul Stoffels, han invertido 900 millones de euros para encontrar la cura. Si no sale bien, los perderá.
Otros, como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, han invertido de forma conjunta también con Johnson & Johnson más de un billón de euros. Todos están pagando ingentes cantidades de dinero, pero España, que de momento ha destinado 30 millones de euros para desarrollar una vacuna en el CSIC, parece estar más cerca de encontrar la cura gracias a un virus de la viruela atenuado.
Ahora hay dos proyectos que se encuentran en fase preclínica dentro del Consejo Superior, pero Duque ha asegurado que uno de los grupos de investigadores, que forman Mariano Esteban y Juan García Arraiz, tienen en el proyecto un desarrollo «muy avanzado» que podría ser candidato a vacuna. Esos frutos palpables si no los ha dado ya los dará la semana que viene, tal y como aseguró el ministro Duque.
“Se han aislado múltiples placas de virus hasta conseguir las que contienen el gen de la proteína S. Queda ahora demostrar que esta proteína es estable y que tiene capacidad para inducir la respuesta inmune específica en un modelo animal, incluida la producción de anticuerpos que neutralicen al virus”, explicaba Esteban en una nota informativa difundida por el CSIC.
El problema es que España iría tarde en comparación con los equipos de China o Estados Unidos. La próxima fase sería comprobar en ratones si es efectiva la vacuna, mientras que en los dos gigantes ya están en fase de prueba en humanos. Aún así, dentro de la vacuna no solo está la idea de desarrollarla cuanto antes, sino de que dure y sea efectiva por un largo periodo de tiempo. Hay quien dice que tal y como evoluciona el coronavirus, se podría desarrollar una vacuna efectiva de por vida. De no ser así, habría que modificarla cada tiempo.
Los periodos y los trámites a seguir para desarrollar una vacuna son largos y tediosos, pero por la emergencia mundial, se han acelerado considerablemente. Los más optimistas, como es el caso de los científicos de la Universidad de Oxford que ya prueba su vacuna en personas, consideran que en otoño la vacuna estaría lista, pero las farmacéuticas, al menos las principales como Pfizer o Johnson & Johnson aseguran que para que esté disponible en todo el mundo se tardará alrededor de 18 meses.