Juan Carlos de Borbón puso fin a su reinado el 19 de junio de 2014. Veinticinco días antes en España se habían celebrado unas elecciones en las que por primera vez en ochenta años un partido abiertamente republicano, Podemos, amenazaba la salud del bipartidismo tras canalizar los aires de protesta del 15M.
El monarca había enterrado su legado de cuatro décadas, la Transición y su controvertido papel en el 23F, con un comportamiento personal escasamente ejemplar y la llegada de Podemos, disparado en las encuestas, había ejercido de palanca para que en la rampa de salida se colocase Felipe VI, aparentemente menos dado a la debilidad de bragueta y bolsillo que su padre.
La irrupción política de Pablo Iglesias ayudó en efecto dominó indirectamente a Felipe VI, que tras seis años marcados por el asunto catalán (conflicto que le sirvió para que la monarquía recobrase el cariño del centro-derecha estatal), se ha visto en los pies de los caballos.
¿El motivo? La investigación de un periódico británico que probó que Felipe VI era el segundo heredero de una cuenta suiza de su padre que apestaba a mordida de 65 millones de euros relacionada la tiranía de Arabia Saudí.
NO TOCA: PODEMOS Y FELIPE VI
Un torpe comunicado de Zarzuela, que decía que el jefe del Estado renunciaba a una herencia que todavía no puede rechazar, y un sonoro silencio de Felipe VI durante su comparecencia por la crisis del coronavirus han aderezado un pastel con visos de convertirse en tricolor.
Pero Podemos, a pesar de promocionar caceroladas y pese al republicanismo de salón de Iglesias el 14 de abril, ha desactivado cualquier tipo de operación contra la monarquía porque los morados, muy justos de fuerzas, priorizan su estancia en el poder respecto a sus principios.
Pablo Echenique ya ha dejado claro que «no toca» investigar a Juan Carlos I. El portavoz morado explicaba que Unidas Podemos no había suscrito una petición firmada por ERC, Junts pel Cat, Bildu, BNG, Compromís y Más País para abrir una comisión de investigación sobre las presuntas actividades ilícitas del monarca a pesar de que en la Mesa del Congreso pidieron que se estudiase la petición.
«MUY GRAVE»
Pensamos que lo que ya hemos conocido con respecto a la Casa Real es muy grave, pero ahora no toca. Lo que nuestro grupo parlamentario va a hacer es que, en cuanto hayamos vencido al virus y que la gente esté protegida, exploraremos todos los mecanismos para que se conozca hasta el último detalle», aseguró Echenique.
Cierto es que Podemos pidió una investigación el pasado mes tras conocerse que la Fiscalía de Ginebra investigaba unas donaciones del emérito a la ‘entrañable’ (eufemismo con el que la prensa española esconde la palabra «amante») Corinna zu Sayn-Wittgenstein.
FELIPE VI SE PONE DE PERFIL
Esquerra Republicana de Catalunya, Euskal Herria Bildu y Junts per Catalunya sí que consiguieron que apoyasen la investigación en el Senado socios de Podemos (En Comú o Ahora Andalucía), antiguos aliados de Iglesias (Mes per Mallorca, Compromís y Geroa Bai) y una escisión morada (Más País).
Sea como fuere, Felipe VI está ampliamente arropado por los tres partidos del centro-derecha (PP, Vox y Ciudadanos) y también por el principal partido del Gobierno, el PSOE. Además, la entrada de Izquierda Unida dentro del paraguas de Podemos ha dejado al republicanismo estatal sin una voz tradicional contra la monarquía.
NADA QUE CELEBRAR
El republicanismo español tuvo referentes muy votados a lo largo del siglo XIX y del primer tercio del siglo XX. Pero el último medio siglo tricolor ha estado muy alicaído por la marcha del PSOE hacia posiciones monárquicas y por la debilidad del PCE y su heredero, IU.
Felipe VI, a pesar del escándalo familiar que le salpica, se encuentra en un momento de confort gracias a que ni una sola de las televisiones, ni un solo periódico de tirada nacional y ni una radio osa a criticarle. En definitiva, que el republicanismo español está peor que en el siglo XIX.