Las aguas habitualmente tranquilas de la política castellano-leonesa se han convertido en turbulentas en quince días frenéticos que han estado protagonizados por Silvia Clemente, presidenta de las Cortes por el PP hasta hace dos semanas y candidata fallida de Ciudadanos.
Alfonso Fernández Mañueco, sucesor de Juan Vicente Herrera, la sacó de las listas y ella fichó por Ciudadanos con el padrinazgo de su secretario general, José Manuel Villegas. Albert Rivera, más hábil que su escudero, decidió no posicionarse en público.
Mañueco denunció la «estrategia calculada» de Silvia Clemente en su salida del PP y desde entonces las bombas mediáticas contra la favorita para liderar a Ciudadanos en Castilla y León la colocaron en una situación incómoda que se agravó con la denuncia de ‘pucherazo’ de su rival naranja, el exdiputado Francisco Igea.
UN ‘PUCHERAZO’ QUE ENSOMBRECE LAS PRIMARIAS
La baja participación había enrarecido el ambiente en Ciudadanos, que ahora tendrá que dar cuenta por el ‘pucherazo’ de Silvia Clemente que ellos mismos han corroborado. Francisco Igea, derrotado por 35 votos, denunció que el censo se había inflado en 81 votos.
La Comisión de Valores de Cs explicó que «conforme al artículo 29 de los estatutos, se está realizando una comprobación exhaustiva antes de adoptar cualquier decisión conforma al reglamento vigente».
«Dicha comprobación se resolverá y mientras, se paraliza dicha proclamación definitiva de los candidatos», añadieron. Francisco Igea, en declaraciones a El Confidencial, explicó que «según el acta, los votos emitidos no concuerdan con la suma de los votos registrados. Hay 81 votos de más».
Los tres candidatos, Clemente, Igea y Vanesa Pérez, sumaban 1.094 votos pese a que solo 1.013 habían votado. Francisco Igea en un principio admitió el resultado: «Ha sido una decisión de todos; ha sido una decisión muy ajustada, pero es una decisión que tenemos que respetar».
Pero ayer explicó que vio «el acta de votaciones y pensamos que se habían equivocado. Eso siempre puede pasar. Y no le dimos más importancia». Después, le llegaron «mensajes de militantes que afirmaban haberse bajado las certificaciones de voto y que presentaban un patrón un poco raro».
Un matemático ayudó a Igea, que denunció un resultado irregular motivado porque desde un ordenador se emitieron 81 votos en dos tandas en la madrugada del viernes al sábado. Ayer Ciudadanos confirmó que Silvia Clemente ganó con trampas, por lo cual Francisco Igea los liderará el 26-M.
UNA DERROTA QUE ALIVIA A CS Y AL PP
Silvia Clemente no había dejado de dar disgustos a Ciudadanos en sus pocas horas como candidata naranja. El Diario denunció que colocó como jefe de gabinete al arquitecto que tasó el chalet para su marido, en un pleito familiar que la salpica y que se une a la desaparición de parte del expediente de las ayudas que fueron concedidas a la empresa de su cónyuge cuando ella era consejera de Agricultura.
Parte de Ciudadanos respira aliviado tras su caída, que también facilitará que el PP mantenga el poder en la Junta tras 28 años en el poder. En las filas populares miraron con desagrado la salida de Clemente, que rompió el carnet y lanzó varias acusaciones a Fernández Mañueco.
CUANDO SILVIA CLEMENTE HACÍA BANDERA DE LA DEMOCRACIA
En su carta de despedida, Silvia Clemente decía que al PP no le había gustado su labor «con arreglo al Reglamento de la Cámara y apoyada en los Servicios Jurídicos» e «incluso he tenido una acción de mayor protección de las minorías, en cuanto que una democracia exige esta actitud para hacerla más real. Esta forma de trabajar no ha sido aceptada por la formación política a la que he pertenecido y es dónde más rechazo me he encontrado».
La fallida candidata afirma que creyó «que Alfonso Fernández Mañueco podía dirigir el Partido Popular de Castilla y León y tener un buen proyecto, pero me equivoqué. En el proceso de renovación en Castilla y León, me pidió ayuda y se la di. Ahora sé que lo único que pretendía era que yo no me presentará a ese proceso de renovación».
Clemente afirmaba que había «reivindicado el trabajo con la sociedad civil, con los colectivos a los que había que escuchar, a pie de obra. Y me he encontrado con que solo se mantenían reuniones en la sede del partido desde la dirección. Volví a confiar y me volví a equivocar. Me puse a trabajar inmediatamente en ello, me encontré con el bloqueo de la dirección del PP por respuesta«.
Y añadía: «He podido comprobar que este proyecto del Partido Popular para Castilla y León, carece de ambición, no tiene contenido, no hay iniciativas para conducir a Castilla y León hacia un futuro mejor. Yo no creo en este Proyecto. No puedo creer en quien no tiene palabra y no tiene ambición«.
Ella demostró que tenía ambición y el ‘padrino’ de su fichaje, el secretario de Comunicación autonómico Pablo Yáñez, renunció ayer a todos sus cargos. Clemente explicó que sigue creyendo en Ciudadanos y ayer, en vez de esconderse, se ofreció a integrarse en la lista de Francisco Igea, que ahora tendrá que digerir semejante ‘oferta’.