El TSXG confirma la condena de 10 años de cárcel a un acusado de abusar de sus 2 sobrinos en Ponteareas

El Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSXG) ha confirmado la condena de 10 años de cárcel a un acusado de abusos sexuales continuados a sus dos sobrinos cuando eran menores de edad en Ponteareas (Pontevedra).

Según recoge la sentencia, contra la que cabe recurso de casación, el tribunal ha desestimado el recurso presentado al considerar que «existe prueba suficiente» de los hechos juzgados.

La sentencia que ha sido ratificada también impuso al procesado la prohibición de comunicarse y aproximarse a menos de 500 metros del domicilio, lugar de trabajo o estudio de cada uno de los menores durante nueve años. Además, se le han impuesto una pena de libertad vigilada superior en nueve años a la de prisión por cada uno de los dos delitos de abusos sexuales continuados y la inhabilitación, durante cinco años, para desempeñar cualquier profesión u oficio que conlleve contacto con menores.

Los jueces han aceptado como hechos probados los de la sentencia apelada. Así, se ha detallado que el acusado vivía con su hermana y los hijos menores de esta. En una fecha no determinada de 2009, realizó tocamientos al mayor de los niños, que tenía 11 años, y le amenazó para que le dejase masturbarlo. Esta situación se repitió en «múltiples ocasiones» hasta que en 2011, cuando ya tenía 13 años, él «logró negarse». A partir de entonces, realizó tocamientos a la hermana del niño, de ocho años.

Aunque ha explicado que «se dispone únicamente de la declaración» del menor respecto a sus abusos, el TSXG ha afirmado que esta «reúne los presupuestos procesales para su validez» pues «se trata de una persona carente de cualquier circunstancia que ponga en duda su credibilidad» y que «mantuvo» la misma versión, «sin que se aprecie ningún ánimo espurio».

Además, ha afirmado que la verosimilitud del relato «viene avalado, como corroboración periférica, por lo acaecido con su hermana» y ha considerado significativo que haya renunciado a la indemnización.

En cuanto a la niña, ha destacado que «la prueba es abundante» pues «los abusos fueron presenciados por varias personas». Además, ha resaltado que esta padece una enfermedad hereditaria que conlleva un grado de discapacidad intelectual, «lo que puede explicar que, durante el juicio, tratase de desviar la acusación», «tratando de descargar la incriminación contra el acusado», respecto al que «tenía un temorreverencial».