sábado, 14 diciembre 2024

Valencia vive un Besamanos «extraordinario» a la Mare de Déu marcado por el protocolo antiCovid

La Basílica de la Virgen de los Desamparados de València ha abierto sus puertas este miércoles a las siete de la mañana en punto para iniciar el solemne Besamanos a la Mare de Déu organizado en estas fechas, de forma excepcional, y viene marcado por el cumplimiento del protocolo frente a la pandemia que marca la Conselleria de Sanidad y la devoción de los fieles, destaca el Arzobispado.

Se trata, por tanto, de un Besamanos «extraordinario organizado para que todos los devotos que quieran puedan presentar sus súplicas a la Mare de Déu sobre todo en este tiempo que vivimos tan difícil de la pandemia en el que nos acordamos de todos los enfermos y fallecidos por el covid-19″, explica el vicerrector de la Basílica, Álvaro Almenar.

La primera devota que ha realizado el «pase reverencial» ante la imagen de la Virgen de los Desamparados ha sido Ana Isabel Gómez, que estaba esperando en la puerta de la Basílica desde las 04.45 horas de la madrugada, quien ha acudido porque, según sus palabras, tiene «mucho que pedirle a la Mare de Déu y mucho más que agradecerle».

La «inmensa emoción» ante la cercanía de la imagen y las ganas de dar gracias a la Virgen son los sentimientos que predominan en la fila en la que los devotos esperan su turno, todos ellos con mascarilla, guardando la distancia de seguridad y con toma de temperatura previa antes del «pase reverencial» ante la imagen, a la que nadie puede tocar ni besar.

Muchos de ellos repetían y nunca han faltado a su cita del Besamanos: «Nos hemos levantado a las cinco de la mañana para venir porque teníamos muchas ganas de poder verla tan cerca», asegura una devota, al igual que un matrimonio que «casi no hemos dormido para llegar pronto». Y todos comparten una «alegría inmensa» al poder estar frente a la Mare de Déu» y la petición de salud y del fin de la pandemia.

Para otras personas, este ha sido su primer besamanos, como una devota que ha expresado que «ahora es el momento, después de todo lo vivido, a ver si nos ayuda la Virgen», una súplica común entre todos los participantes de este acto en el que muchos aseguran: «tengo mucho que pedir y muchas gracias que dar y qué mejor momento que el Besamanos porque habitualmente no podemos estar tan cerca de Ella».

Y no sólo hay jóvenes y adultos esperando su turno para hacer el pase reverencial ante la Virgen, también hay niños que antes de ir al colegio se han sumado al Besamanos: «Vamos a hacer la reverencia a la Virgen y después me voy a la Escolanía», decía uno de ellos, mientras que un matrimonio que ha acudido «todos los años desde que nacieron nuestros hijos» han querido estar hoy «también con ellos, antes de llevarlos al colegio, para pedir por todos nosotros y nuestras familias».

UN CENTENAR DE VOLUNTARIOS

En este acto excepcional, celebrado en noviembre en lugar de la fecha tradicional en mayo, cerca de un centenar de voluntarios de los Seguidores de la Virgen, de la Corte de Honor y els «Eixidors» velan, durante toda la jornada, por el buen cumplimiento de las medidas sanitarias frente a la pandemia, haciendo turnos en grupos de veinte.

Para ordenar y mantener el control de la fila de devotos se han dispuesto vallas en el exterior de la Basílica, en la plaza de la Virgen; la puerta de acceso al Besamanos es la de bronce y la de salida es la más cercana a la tienda de la Basílica que da a la plaza. El plan de prevención de la Covid-19 diseñado por la Basílica incluye, además, un retén de emergencias médicas de la Cruz Roja.

Igualmente, las oraciones que se realicen en el templo a lo largo de toda la jornada tendrán muy presentes a las víctimas de la pandemia y se pedirá por el fin de ella y los fieles también podrán colaborar con la obra social que impulsa la Basílica destinada a la Fundación Maides, Villa Teresita, Provida y obras de caridad de la Basílica.