Un estudio multicéntrico nacional realizado por nefrólogos de diferentes hospitales españoles ha concluido que el cambio en el tratamiento de inmunosupresión en los pacientes trasplantados renales afectados por la COVID-19 no ha influido en el estado de su función renal, ni en su situación inmunológica (anticuerpos HLA), a los 6 meses de diagnóstico del virus.
Es decir, que a pesar de los cambios en su tratamiento inmunosupresor su función renal y su sistema inmunitario no se vieron mermados durante la infección por SARS-CoV-2.
Los pacientes renales, entre ellos los trasplantados de riñón, han sido uno de los colectivos más afectados por la pandemia del SARS-CoV2, de manera que su tratamiento especializado ha tenido que ser modificado en muchas ocasiones para mejorar su evolución de acuerdo a su situación clínica con motivo de la infección por el virus.
Se trata del primer estudio de este tipo que se ha realizado en España, de carácter retrospectivo y multicéntrico, en el que se analizaron los casos de 615 trasplantados renales con COVID-19, para el cual se utilizaron los datos del registro COVID-19 de la Sociedad Española de Nefrología (SEN).
En total, se analizaron pacientes trasplantados de riñón con COVID-19 de 30 centros de toda España, durante los meses de febrero y diciembre de 2020, en el que se recogieron las variables de su historia clínica y su tratamiento de inmunosupresión.
En el estudio han participado nefrólogos de los hospitales de La Paz, Gregorio Marañón, 12 de Octubre, Ramón y Cajal, Puerta de Hierro, Clínico San Carlos, Príncipe de Asturias, Infanta Sofía y Fundación Alcorcón de Madrid; Bellvitge, Fundación Puigvert, Germans Trias i Pujol y Hospital del Mar en Barcelona; el Hospital de Elche, Son Espases de Mallorca, Virgen Macarena de Sevilla, Hospital de La Laguna (Canarias), Central de Asturias, el Puerta del Mar de Cádiz, de Salamanca, Regional de Málaga, Universitario de Badajoz, Virgen de las Nieves de Granada, Albacete, Miguel Servet (Zaragoza), La Fe de Valencia, Virgen de la Salud de Toledo, Valladolid, Marqués de Valdecilla de Santander, y el Hospital de Ciudad Real.
El perfil del paciente fue mayoritariamente hombre (62% de los casos), con una edad media de 57 años, y el manejo de la inmunosupresión realizado durante el periodo de la enfermedad fue supervisado y controlado por el nefrólogo, realizándose de acuerdo a la situación clínica de gravedad del paciente.
La investigación, que se ha presentado en el 51º Congreso de la Sociedad Española de Nefrología, observó que en el momento del diagnóstico de la COVID-19 la función renal empeoraba con respecto a las cifras habituales de creatinina de los pacientes. Sin embargo, este deterioro de la función renal es transitorio o agudo y los pacientes recuperaron su función renal habitual posteriormente.
Por otra parte, el 94 por ciento de los pacientes no presentaron cambios en los anticuerpos HLA, mientras que un 6 por ciento sí positivizaron e incorporaron esos anticuerpos.
Según los resultados del estudio, el tratamiento inmunosupresor predominante antes de la infección de la COVID-19 era la triple terapia con prednisona, tacrolimus y ácido micofenólico (54%) seguido de los regímenes con i-MTOR (18%).
Asimismo, los autores del estudio concluyeron que el cambio de inmunosupresión tras el diagnóstico del contagio por SARS-CoV2 se basó fundamentalmente en la suspensión del ácido micofenólico con reducciones o suspensiones muy discretas de inhibidores de calcineurina.