La gran apuesta de Pablo Casado le ha salido rana. El vicesecretario de Comunicación del Partido Popular, Pablo Montesinos, lo llevaba con discreción, pero al final ha llegado a oídos de Génova la postura que defiende el diputado. Montesinos cree que la presidenta de la Comunidad de Madrid y principal rival a batir por Casado, Isabel Díaz Ayuso, debe ser la presidenta del PP de Madrid. Esta consideración es común en todo el sector más liberal del Partido Popular y se ha convertido en un elemento clave que evidencia el «estéril» liderazgo de Pablo Casado. Que Cayetana Álvarez de Toledo levantara la voz contra Génova era asumible. Pero que apuestas personales de Casado como Montesinos traicione la línea seguida por la cúpula del partido no. Ahora, Casado ha decidido hacer pública la guerra contra Ayuso y sus pretensiones para obligar a todos los dirigentes del PP a posicionarse. O estás con Casado o contra él. Y Teodoro García Egea estará mientras con la lista negra para ver quién sigue la doctrina del líder.
Montesinos lo ha reconocido repetidas veces en su entorno personal. Él cree que Ayuso debería ser la presidenta del PP de Madrid por encima de los miedos que tiene Casado. El presidente del PP entiende que la pretensión de Ayuso no es legítima porque lo que realmente busca la presidenta de la Comunidad de Madrid es emplear como un «trampolín» la presidencia del partido en Madrid para dar el salto a Génova. Casado sospecha y cree seguro que lo que quiere su excompañera de Nuevas Generaciones es quitarle el puesto. Y como el liderazgo de Ayuso sí está contrastado, el miedo en Génova ha llevado al líder a tomar medidas desesperadas para saber quién está dentro y quién fuera de su equipo. Por lo pronto, la bomba de Montesinos ha llevado a Teodoro a iniciar una caza de brujas para saber quién es quién dentro de este juego de ajedrez. Todo para saber en quién se puede confiar.
la mejor manera de encontrar a los traidores a Casado es incendiar el bosque
Montesinos fue una apuesta personal de Casado, pero parece que el periodista no tiene claro si su recorrido por la política será lo suficientemente largo como para jubilarse y ha hecho caso a su antiguo jefe Federico Jiménez Losantos en cuanto a la guerra del PP de Madrid. El apoyo de Montesinos a Ayuso no ha sido evidente ni público, sino a puerta cerrada, pero esto hace temer a Casado y a los suyos que haya más «cayetanos» escondidos debajo de las piedras. La caza de brujas se vuelve complicada cuando un presunto fiel a Casado como Montesinos evidencia su traición en las cenas entre amigos. Por eso, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, entiende que la mejor manera de encontrar a los traidores a Casado es incendiar el bosque, o lo que es lo mismo, hacer pública y evidente la guerra del PP de Madrid entre Ayuso y Casado.
Este choque entre los liberales (también conocidos como «cayetanos») y los casadistas no ha hecho más que empezar. La clausura del congreso regional de los populares andaluces es prueba de ello. El presidente popular ha asegurado este fin de semana en esta clausura que «no caben los solistas», ni los «personalismos». «Esto no es un talent show de megalomanías. Esto es un instrumento para mejorar la vida de la gente y requiere de humildad, de unidad, de tener las cosas claras y dedicarnos a lo nuestro, que es solucionar los problemas que tienen nuestros compatriotas», ha asegurado el líder del PP. Las palabras de Casado fueron una forma de hacer pública la guerra del PP de Madrid y de decirle a los suyos que tienen que elegir bando. Incluido al propio Montesinos, quien ha llevado con discreción su apoyo a Ayuso.
El entorno de Montesinos asegura que pese a que sí es cierto que cree que la presidenta de la Comunidad de Madrid debe serlo también del PP de Madrid no es incompatible con su fidelidad a Casado, pero para Teodoro sí lo es. Esto ha puesto en el punto de mira a todos y cada uno de los dirigentes populares porque Casado tiene la sensación de que todo se le pone cuesta arriba en esta batalla eterna. La caza de brujas espera depurar responsabilidades y Teodoro ya tiene claro con qué amenazará a quienes se conviertan en «cayetanos».
La aspiración de Teodoro es la de que Casado llegue a la Moncloa, evidentemente. Pero lo que está haciendo el secretario general es dejar caer que si Casado llega al Gobierno, habrá muchos puestos necesitados de un fiel soldado que los controle. Ya sean ministerios, secretarías de Estado o direcciones generales, Teodoro está prometiendo a los fieles futuras acciones en el Gobierno de España si a cambio dan la espalda a una Ayuso cada vez más popular. Pero no parece que las promesas de Teodoro García Egea seduzcan a nadie. Al menos no lo ha hecho con Montesinos, quien estaba llamado a ser secretario de Estado de Comunicación si Casado se hacía con el control de la Moncloa.