El Gobierno mantiene «contactos informales» con los talibán a través de su embajador destacado en Doha pero en ningún caso reconoce al nuevo régimen surgido en Afganistán después de que el grupo se hiciera con el control del país el pasado mes de agosto, han señalado fuentes diplomáticas.
Ricardo Losa, designado como embajador de España en Afganistán en agosto pero que no pudo llegar a tomar posesión de su cargo, ha sido enviado por el Gobierno a Qatar para poder seguir desde allí todo lo relativo con la situación en el país asiático.
«Qatar es un centro de información y coordinación muy relevante en relación con Kabul», subrayan las fuentes, que inciden en que varios estados miembro de la UE también han dado el paso de enviar a su embajador en Afganistán a Doha –Alemania, Países Bajos, Suecia, Finlandia y Dinamarca, así como la propia UE– al igual que otros socios importantes, como Estados Unidos, Reino Unido, Canadá o Australia, entre otros.
En total, hay quince países que han trasladado parte de sus antiguas embajadas en Kabul a Doha y coordinan sus posiciones, a lo que se suma que otros países y agencias de la ONU también acuden a Qatar para contactos con la oficina política de los talibán en el país.
Fue precisamente esta oficina la encargada de negociar el acuerdo de febrero de 2020 con Estados Unidos, con Donald Trump aún como presidente, que a la postre desencadenó la salida de las tropas internacionales y la vuelta del grupo al poder.
El cometido de Losa, que se encuentra desde mediados de octubre en Doha, es ayudar en las tareas para conseguir el «paso seguro» de colaboradores afganos y sus familias fuera de Afganistán, además de dar seguimiento a la actividad diplomática relacionada con este país y coordinar posiciones tanto la UE como otros países socios, explican las fuentes.
LOSA, ENCARGADO DE TODOS LOS CONTACTOS
El diplomático también es la persona encargada de «todo contacto que se estime necesario para el seguimiento de la situación en Afganistán», añaden, precisando que «actualmente se mantienen contactos informales» con representantes de la oficina de los talibán en Doha, siempre en coordinación con los socios europeos.
«España no reconoce a los dirigentes talibán ni mantiene relaciones oficiales con ellos, limitando sus contactos a cuestiones operativas y prácticas exclusivamente», recalcan desde el Ministerio que encabeza José Manuel Albares.
Asimismo, tampoco ofrecen más detalles «por razones de seguridad», sobre los eventuales contactos con personalidades y organizaciones dentro de Afganistán ni sobre las gestiones que se están llevando a cabo para conseguir traer a España a antiguos colaboradores y sus familias.
En realidad, el primer contacto entre un representante de España y los talibán se produjo el pasado 12 de octubre. Ese día, la embajadora de España en Qatar, Belén Alfaro Sánchez, participó en un encuentro en Doha entre una delegación integrada por diplomáticos de Estados Unidos, la UE y otros países occidentales con representantes del régimen talibán, con su ministro de Exteriores en funciones, Amir Jan Muttaqi, a la cabeza.