La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, sabe que su futuro no está en el Ayuntamiento de la capital. La dirigente de Ciudadanos quiere sobrevivir en la administración pública a toda costa y ya busca la forma de preparar el terreno para no quedarse sin opciones. El plan A de la vicealcaldesa es permanecer en la formación naranja y crecer a nivel político en un entorno fuera del Consistorio, ya sea la Comunidad de Madrid o incluso el Congreso. Pero el entorno de la dirigente ya ha deslizado que Villacís mantiene contacto directo con el secretario general del PP, Teodoro García Egea, con vistas a entrar en las del Partido Popular listas de Casado para 2023.
Los que conocen a Villacís aseguran que lo último que quiere la dirigente naranja es volver a la empresa privada. El sueldo público engancha y la política más, razón por la que Villacís ha priorizado su supervivencia ante todo. Desde Ciudadanos no muestran dudas con el compromiso de Villacís. Esgrimen la «buena relación» que tiene con la presidenta del partido, Inés Arrimadas. Y en ocasiones algunos deslizan que la propia diputada tiene la intención de que Villacís se convierta en una pieza fundamental del partido. Pero los que conviven en el Ayuntamiento de Madrid con ella entienden que el futuro de la vicealcaldesa pasa por el PP, previo acuerdo con Teodoro.
El verano ha sido clave en los contactos que aún mantienen Villacís y Teodoro. De momento es solo un colchón salvavidas dado que el primer impulso de la vicealcaldesa es ganar fuerza en Ciudadanos dado que reconoce que Arrimadas la necesita para la nueva ejecutiva de C’s. Pero lo cierto es que Villacís se está preparando para lo que las encuestas auguran: la nueva debacle de Ciudadanos.
Con ser diputada, Villacís se conforma. El problema es que hay sondeos que auguran que la representación de Ciudadanos en el Congreso será muy limitada. Incluso si la posibilidad de sacar los siete mínimos escaños en la Comunidad de Madrid estuviera encima de la mesa, Villacís podría arriesgarse, pero lo cierto es que la gran preocupación de la vicealcaldesa no es otra que la de tener un proyecto político de largo recorrido. En este contexto, la dirigente naranja ha tanteado con Teodoro el ir en un puesto relevante de sus listas (entre los 30 primeros) a cambio de dar un golpe de efecto al más puro estilo de Toni Cantó y dejar Ciudadanos en el momento más crítico del partido. Arrimadas es consciente de las intenciones del PP y busca alternativas. Pero la única oferta que acepta Villacís es la de mantenerse en la política de aquí a ocho años vista.
LA COMUNIDAD, ¿EL PLAN A?
Ciudadanos no sabe qué hacer para contentar a una Villacís obsesionada con no volver a la empresa privada. Saben que lo principal es darle un puesto a la dirigente que le garantice obtener representación parlamentaria, ya sea autonómica o nacional, o directamente convertirse en concejal de algún ayuntamiento importante como el de Madrid. Pero los sondeos que barajan no proyectan ni un solo territorio nacional que mantenga a Ciudadanos a flote de forma holgada. Con esto sobre la mesa, la idea inicial, o el plan A de Ciudadanos, era el de colocar a Villacís como cabeza de lista en la Comunidad de Madrid para intentar obtener ese mínimo de siete diputados en la Asamblea que condicionara el Gobierno de la actual presidenta, Isabel Díaz Ayuso. Villacís es marca Madrid y Arrimadas entiende que donde puede cosechar mejores resultados electorales es precisamente en su casa. El problema es que nadie, ni la propia dirigente de Ciudadanos, tienen claro que la formación naranja podrá revivir en la Comunidad de Madrid. Y menos teniendo en cuenta el tirón en el centro derecha de la presidenta autonómica.
Colocar a Villacís en la Comunidad es un arma de doble filo. Su buena relación con la presidenta autonómica (en contraste con la que mantenía el exvicepresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio Aguado con Isabel Díaz Ayuso) la hace adecuada para ser la nueva llave de Gobierno, dado que sería fácil convertirse en la muleta del PP. Sin embargo, el tener unos sondeos tan extremadamente ajustados no seducen a la vicealcaldesa para lanzarse al barro. Pues si pierde como lo ha hecho su compañero de partido Edmundo Bal, Villacís se quedaría completamente fuera de la vida pública; justo lo que quiere evitar.
LAS NEGOCIACIONES CON TEO
Los contactos entre Villacís y Teodoro son vox populi dentro del Partido Popular. Desde Ciudadanos han sido más discretos porque están obsesionados con evitar la sangría de tránsfugas que no se han dejado de ver desde el momento en el que el barco naranja se hundía día tras día. Sea como sea, lo cierto es que las conversaciones y el «buen rollo» entre Villacís y Teodoro es una constante desde este verano. El perder las elecciones en la Comunidad de Madrid de forma tan humillante gracias a la gestión de Aguado, tal y como culpan desde C’s, marcó a la vicealcaldesa. Y las ideas de mociones de censura que revoloteaban en Ayuntamiento y Comunidad empujaron a Villacís a una ronda de contactos con dirigentes del PP para explorar opciones con el objetivo único de sobrevivir a toda costa en la vida pública.
A lo largo del verano se han sucedido estos contactos de forma discreta con una respuesta esperanzadora de Teodoro. El PP ve con buenos ojos incluir a Villacís en sus listas, pero también quieren ver cómo siguen las encuestas para tomar una decisión concreta. Las dos partes hasta ahora tienen buena predisposición, pero quieren estar pendientes de qué opciones tienen. Villacís prefiere seguir siendo la «reina» de Ciudadanos aunque tenga poca representación a sus espaldas que «una más» del PP sin voz ni voto.