Tania Varela fue la única española en la lista de los más buscados por Europol, la policía europea. Fue detenida el año pasado y ahora se enfrenta a un nuevo juicio, acusada de blanqueo de capitales, sobre un alijo de droga en el que se vio envuelta hace trece años. Varela señaló a la Policía un presunto caso de corrupción policial que, sin embargo, desapareció misteriosamente de su declaración.
El recorrido de esta abogada de Cambados (Pontevedra) le había llevado desde un alijo de dos toneladas de cocaína en Galicia, protagonizada por el narcotraficante David Pérez Lago, hijastro del histórico narcotraficante Laureano Oubiña, a presenciar el asesinato de su posterior pareja sentimental, el abogado Alfonso Díaz Moñux, sentado a su lado en el coche que conducía.
Unos meses después del asesinato del abogado, en abril de 2009 Tania Varela fue llevada a declarar ante el juez que llevaba la investigación sobre este suceso. Se trataba de ratificar sus declaraciones realizadas ante la Policía. En aquel momento la investigación trataba de dilucidar si el narcotraficante David Pérez Lago pudo tener algo que ver con el asesinato. Según algunas versiones, Tania Varela también había mantenido una relación sentimental previa con el narco gallego.
Díaz Moñux, el letrado asesinado, había sido el abogado de Pérez Lago y Tania Varela cuando fueron detenidos tras la incautación de dos toneladas de cocaína en lo que se conoció como Operación Roble. Posteriormente, Díaz Moñux abandonó la defensa de Pérez Lago para hacerse cargo solamente de la de Tania Varela, de la que terminó siendo pareja sentimental.
En el momento de la citada declaración ante el juez, unos meses después del asesinato de Díaz Moñux, Tania Varela manifestó que quería seguir teniendo la protección policial de la que gozaba y que se había retirado. La jueza ante la que prestó declaración le respondió entonces que la Policía le había informado sobre la imposibilidad de mantener protección permanente porque Varela les despistaba.
La abogada negó esos extremos a la jueza y le pidió mantener la protección. A continuación, Varela le contó a la jueza el origen de su miedo. Tania Varela manifestó que había recibido amenazas para que cambiara unas declaraciones relacionadas con el alijo de cocaína en Galicia.
EL SOBORNO DEL COMISARIO
Según la abogada, había declarado tras la muerte de su pareja, el también abogado Díaz Moñux, que el entorno de David Pérez Lago había pagado trescientos mil euros a un comisario para que declarase a favor de la versión del narcotraficante en el juicio sobre el alijo de cocaína. En el entorno del narcotraficante, no obstante, niegan categóricamente el relato de la abogada.
La versión a la que se referían era que se había tratado de un delito provocado, una operación en la que la policía pretendía desarticular un clan colombiano de narcotraficantes gracias a la participación de Pérez Lago. Varela mostró entonces su preocupación por el hecho de que se hubiera filtrado el contenido de aquellas declaraciones policiales y hubiese llegado a oídos de David Pérez Lago.
Es entonces cuando la jueza le preguntó cuándo había declarado este asunto. Varela señaló que en dos declaraciones ante la policía. La magistrada quiso asegurarse de lo que había pasado y le inquirió sobre si se trató de un comentario de pasillo o de una declaración formal. Varela confirmó que se trató de una declaración formal.
Este relato, sin embargo, había desaparecido de su declaración. La jueza le preguntó a Varela “si pudo ser el antepenúltimo párrafo del folio 7 de la declaración policial de 22 de diciembre de 2008” que era la única de la abogada sobre la muerte de Alfonso Díaz Moñux, ocurrida el 18 de diciembre.
En ese momento fue cuando Tania Varela le dijo a la jueza que ella “no se limitó a decir lo que consta en el antepenúltimo párrafo del folio 7 referido”, sino que en su declaración relató cómo el abogado Díaz Moñux le había contado sobre el presunto soborno al comisario policial.
El contenido de esa declaración habría llegado al entorno del narcotraficante, y por eso se lo recriminaron, según Varela. Esta señaló a la jueza, según consta en su declaración, que no entendía “por qué la policía no recoge lo que ella declara” y que entendía aún menos cómo ha podido trascender el contenido de su declaración. Es por esa razón por la que solicitó que le mantuvieran la protección, ya que consideraba que el riesgo al que estaba sometida había aumentado con estos hechos.
Tania Varela siguió en España durante unos años, a la espera de que el Tribunal Supremo decidiera sobre el recurso a la condena de siete años de cárcel que le impuso la Audiencia Nacional por tráfico de estupefacientes y pertenencia a organización criminal.
LA MÁS BUSCADA POR EUROPOL
El Tribunal Supremo rechazó el recurso presentado por Tania Varela. Sin embargo, cuando la gallega tenía que ingresar en prisión en enero de 2013, no lo hizo. Desde entones, Tania Varela se encontraba desaparecida y se convirtió en la única española en la lista de los más buscados por Europol.
La aventura de Varela terminó en marzo del año pasado, cuando fue descubierta y detenida en Vilanova i la Geltrú, en Barcelona. Precisamente unas semanas después iba a celebrarse el juicio por el asesinato de su expareja, el abogado Díaz Moñux, ya que el autor principal estaba en Brasil, huido de la Justicia, hasta su detención en octubre de 2017.
Tania Varela declaró como testigo en este juicio. Ahora ha vuelto a comparecer ante un tribunal acusada de un presunto delito de blanqueo de capitales en aquella operación con dos toneladas de cocaína en la que empezó su periplo, y de la que conoce los secretos que alguien hizo desaparecer de una declaración policial.
En el juicio se decidirá si Tania Varela jugó un papel activo en la organización de David Pérez Lago. Tania Varela defiende que la relación con el narcotraficante como abogada se limitó a unas pocas gestiones sin relación con el narcotráfico. Una curiosidad de esta actividad es que los pinchazos telefónicos a los que fue sometida atrajeron la atención de otro juez de una causa muy diferente, que tenía que ver con el caso Gürtel y con Baltasar Garzón.