miércoles, 11 diciembre 2024

Determinan por primera vez diferencias entre mujeres y hombres en la gravedad en una enfermedad pulmonar

Un reciente estudio multicéntrico del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Respiratorias (CIBERES) concluye que existen diferencias entre mujeres y hombres en lo que respecta a la gravedad de la bronquiectasia, una enfermedad pulmonar, siendo más severa en estos últimos.

El trabajo, liderado por el Grupo de investigación en Desgaste Muscular y Caquexia en Enfermedades Crónicas Respiratorias y Cáncer de Pulmón del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM-Hospital del Mar), perteneciente al CIBERES, ha analizado los datos de 2.121 pacientes, procedentes del Registro Informatizado Español de Pacientes con Bronquiectasia (RIBRON), de los cuales dos de cada tres (1.368) eran mujeres.

Se tuvieron en cuenta diversos parámetros clínicos a la hora de clasificar su nivel de gravedad en tres escalas diferentes, que incluyen parámetros clínicos como la función pulmonar, los esputos, el estado nutricional, la colonización por gérmenes más agresivos o la extensión radiológica de las bronquiectasias.

Teniendo en cuenta estos factores, las mujeres presentaban unos índices de gravedad claramente inferiores a los de los hombres en las tres escalas clínicas utilizadas en el estudio. En este sentido, hay que destacar que en el grupo de los hombres había más fumadores. También que se vieron importantes diferencias en los parámetros nutricionales entre hombres y mujeres, con un índice de masa corporal más elevado en los hombres respecto a las mujeres.

«Estos resultados nos indican que, en el caso de pacientes con bronquiectasia, hay que tener en cuenta su género a la hora de plantear el seguimiento de la enfermedad», apunta la investigadora del CIBERES Esther Barreiro, autora principal del estudio. A la vez, destaca que diversos parámetros nutricionales, así como biomarcadores de inflamación, tienen que ser estudiados como potenciales predictores de la evolución de los pacientes.

LOS NIVELES DE EOSINÓFILOS COMO MARCADORES DE GRAVEDAD

Un segundo estudio, también liderado por la doctora Barreiro y publicado en ‘International Journal of Enviromental Research and Public Health’, analizó las concentraciones de eosinófilos en sangre, una célula del sistema inmunitario presente en los pulmones como reacción al proceso inflamatorio provocado por la bronquiectasia, de 906 pacientes, también del registro RIBRON.

Se estableció un umbral de corte para dividir la muestra y, contrariamente a lo esperado, los pacientes que presentaban concentraciones más altas, un 70 por ciento del total, eran los que tenían un nivel de gravedad de la enfermedad menos severo.

En cambio, aquellos con menores concentraciones de eosinófilos tenían una enfermedad respiratoria más grave, puntuaban más alto en las escalas de gravedad, tenían una peor función pulmonar y un peor estatus nutricional, con unos niveles de inflamación sistémica superiores.

La doctora Barreiro explica que, ante estos datos, «hay que caracterizar mejor a los pacientes con bronquiectasia en perfiles fenotípicos a medida para ofrecer estrategias personalizadas, sobre todo en aquellos con concentraciones bajas de eosinófilos». A la vez, «se tiene que tener en cuenta este hecho a la hora de escoger determinados tratamientos que tienen como diana a estas células, para evitar que una disminución pueda provocar un empeoramiento del estado del enfermo», concluye.