domingo, 15 diciembre 2024

La Comisión de Sostenibilidad, clave para asumir desafíos ambientales y sociales de empresas cotizadas

La Comisión de Sostenibilidad tiene un papel clave para asumir los desafíos medioambientales y sociales de las empresas cotizadas según han coincidido en señalar los consejeros entrevistados para el informe ‘Las comisiones de Sostenibilidad de las compañías cotizadas españolas: áreas de responsabilidad, perfiles, tendencias y retos’, presentado este 3 de noviembre en Esade Campus Madrid.

Elaborado por el Centro de Gobierno Corporativo de Esade y Georgeson, el estudio pone de manifiesto la importancia de estos órganos de reciente creación y que han cobrado gran relevancia tras a raíz de la nueva regulación en materia de gobierno corporativo de las empresas cotizadas.

En palabras del director del Centro de Gobierno Corporativo de Esade, Mario Lara, «la gestión del talento, la diversidad, la igualdad y la inclusión, así como la salud y el bienestar de los empleados son temas que han venido para quedarse en la agenda del Consejo de Administración». «Por esta razón –ha proseguido– las Comisiones de Sostenibilidad son clave para integrar plenamente la dimensión ESG en su estrategia y evitar que se convierta en un elemento accesorio, como ya ocurrió con la Responsabilidad Social Corporativa años atrás».

En opinión de Carlos Saez, country head Spain de Georgeson, «las Comisiones de Sostenibilidad se enfrentan a innumerables retos en los próximos años. La presión regulatoria y del mercado en ESG, está obligando a los Consejos de Administración a configurar éstas de manera adecuada para poder supervisar estos asuntos». «Estamos observando cómo la agenda de estas comisiones se está sofisticando y adquiriendo relevancia en los Consejos de Administración», ha añadido.

El informe, que profundiza en 21 entrevistas a consejeros de compañías cotizadas del mercado español, dibuja un perfil claro del miembro ideal de la Comisión de Sostenibilidad –que debe tener conocimientos en sostenibilidad (76%), experiencia en ética y cumplimiento (71%), y competencias en gobierno corporativo (57%)– aunque advierte que, en relación al del presidente de la misma, no hay unanimidad.

Así, y mientras que una parte de la muestra prefiere perfiles con visión global del negocio, la otra se inclina por aquellos cercanos al mundo de la sostenibilidad en sentido estricto. Esta circunstancia, según apuntan los autores, pone de manifiesto la relevancia de la formación y actualización de los consejeros en materia de ESG.

En cuanto tiempo dedicado a tareas, la Comisión de Sostenibilidad invierte actualmente un 45% de su tiempo al pilar de Environment (medio ambiente); un 31%, al de Governance (gobernanza) y un 24% al pilar de Social. Sin embargo, preguntados los consejeros en relación a su percepción a cinco años vista, esta distribución cambia y, si bien el peso del primero se mantiene, el de los otros dos se invierte para dar preferencia al de ámbito social.

Otro de los temas estudiados por el informe ha sido el reporting. Los consejeros consultados afirman que este órgano en sus compañías informa de manera generalizada a través del estándar GRI (90%), aunque comentan que existe ya un numeroso grupo de empresas, un 43%, que también han introducido o están valorando introducir los estándares SASB y TFCD.

Asimismo, los autores del estudio también destacan que existe un consenso generalizado entre los entrevistados de que la pandemia ha sido un catalizador de muchos ámbitos tratados en el seno de las comisiones de Sostenibilidad de las compañías cotizadas españolas, siendo la incorporación o refuerzo de los contenidos de ESG en sus agendas, quizá el más relevante.

RETOS DE LA COMISIÓN DE SOSTENIBILIDAD

A partir de sus conclusiones, el documento resume en diez los principales retos a los que se enfrentan éstas en los próximos años y que serán claves para que puedan aportar valor, mantener su relevancia y desarrollar una visión y criterio propios.

Así, aboga por integrar la ESG en la estrategia global, los modelos de negocio y cultura de la compañía; operativizar y gestionar los temas ESG para a que éstos formen parte de la estrategia; integrar la medición de los riesgos del ESG dentro del mapa de riesgos de la compañía; establecer métricas comunes para la medición de los criterios ESG y velar para que la información en materia de sostenibilidad sea sensible y comprensible.

También apuesta por velar por que calidad de la información no financiera sea equivalente a la de la financiera; optimizar el reporting de datos e indicadores en cuestión de sostenibilidad; integrar en la contabilidad de la compañía el impacto financiero de los riesgos ESG; identificar y abordar en toda su integridad los temas sociales; y comunicar y proyectar compromiso propio a otras empresas del sector y ‘stakeholders’.