Vox quiere reforzar los actos de Macarena Olona en Andalucía para calentar las autonómicas

El partido de Santiago Abascal lleva tiempo moviendo fichas para ver cómo mantener el protagonismo en los de siempre y utilizar a las mejores perlas del partido para reforzar el partido desde zonas lejos de Madrid. Abascal no quiere cerca suya a nadie que le haga sombra, por eso ha decidido utilizar el tirón de sus mejores activos para reforzar las siglas de la formación en regiones que queden lejos del Congreso de los Diputados. El caso de Macarena Olona es el más llamativo. Abascal sabe que tiene muchas opciones en las autonómicas Andaluzas y es consciente de que Olona le come el terreno a nivel de popularidad. Por eso, el partido ha decidido reforzar la presencia de Macarena en esta comunidad autónoma con vistas a las elecciones que se celebrarán previsiblemente el año que viene. Algo que deja claro que Olona será la candidata del partido a las andaluzas, secreto a voces dentro de Vox que la diputada ha aceptado a regañadientes, según las fuentes.

Vox podría obtener buenos resultados en Andalucía, o al menos es lo que ellos esperan. El Partido Popular del presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, arrasaría, tal y como se refleja en las últimas encuestas publicadas. Pero necesitaría a Vox para gobernar. La última encuesta del Centro de Estudios Andaluces auguraba que Moreno Bonilla obtendría entre 47 y 51 diputados, es decir, que duplicaría su resultado actual. Pero sobre Vox también tenía buenas impresiones. El partido de ultraderecha pasaría de los 12 parlamentarios a 13 o incluso 15. Sea como sea, se habla de mejoría sin tener en cuenta lo que podría suponer para los andaluces conservadores el «efecto Olona».

La idea de Vox de que sea Olona quien represente al partido en las andaluzas no es simplemente porque sea una buena candidata para seducir a los votantes conservadores y descontentos con el socialismo que ha imperado en Andalucía por décadas. El traer a la diputada al sur es un modo de alejarla de Abascal (a quien le está robando protagonismo desde hace meses, algo que ha generado malestar en el partido, tal y como detallan fuentes cercanas al presidente de la formación), de aprovechar su tirón en las elecciones autonómicas y sobretodo para intentar que el efecto Olona impulse de tal modo al partido en el parlamento andaluz que salpique a las previsiones que tiene Abascal en las generales. Vamos, hacer lo mismo que ha hecho el PP con Ayuso pero utilizando a Olona en las Andaluzas.

Esta estrategia se decidió hace meses. Fuentes cercanas a la diputada recuerdan una comida de Olona en la que aseguraba que iría a Andalucía porque es «lo que quiere el partido» independientemente de su voluntad. Estas mismas fuentes insisten en que bajar a ser diputada autonómica no es el mejor de los planes para Olona. Ella preferiría permanecer en Madrid y acudir a las generales, pero lo cierto es que su obediencia militar ha evitado rencillas internas dado que respeta la voluntad de los «aristogatos» de Vox (es decir, Santiago Abascal, Javier Ortega Smith, Iván Espinosa de los Monteros y Rocío Monasterio). Ahora, Abascal ha decidido que Olona refuerce su presencia en Andalucía dado que las elecciones autonómicas se celebrarán en 2022, antes que las del resto de las autonomías.

Olona ya ha viajado a Andalucía. De hecho, su presencia en la autonomía del sur es una constante desde hace tiempo. Aún no hay fechas concretas para la celebración de los comicios, pero Vox aspira a, con el efecto Olona, condicionar las políticas (especialmente en materia de control de fronteras) de Moreno Bonilla para sacar rédito político. Pero la estrategia de Santiago Abascal se centra sobretodo en imitar lo realizado por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, e impulsar las siglas por una victoria sonada a nivel autonómico. Olona es la Ayuso de Vox y así lo quiere representar el partido ultra.

Macarena Olona se ha convertido en un activo fundamental de Vox. Cualquier cosa que haga es recibida con euforia por los suyos y Santiago Abascal lo sabe. El llevarla a Andalucía y reforzar su presencia en las provincias de esta autonomía desde ahora es una forma también de no empañar la imagen de Abascal en Madrid. El 2022 es un año claramente electoral para los políticos de todos los partidos y el presidente de Vox tiene que jugar su partido para conseguir ser la muleta del PP después de las generales de 2023. Pero antes habrá antesalas y teloneros que determinarán cómo está el pulso político de la sociedad. Y Vox quiere aprovecharlo.

El efecto Olona gusta y preocupa en Vox a partes iguales. Gusta porque entienden que lo pueden aprovechar en su propio beneficio. Y preocupa porque tienen ejemplos como el de la presidenta de la Comunidad de Madrid que dejan claro que si se crea un monstruo político puede amenazar la estabilidad y el liderazgo de quien esté al frente entonces del partido. El camino de Olona es Andalucía y sus compañeros lo tienen claro. Ella, sin embargo, preferiría quedarse en Madrid en el Congreso porque considera que ahí puede tener mejor proyección política.

EL CAMINO DE VOX

Abascal aspira a ser la muleta de Casado y pedir pisar moqueta a cambio de investirle presidente del Gobierno. Tanto el presidente del Partido Popular como su homólogo en Vox miran los datos del otro porque si no es juntos no podrán gobernar. El problema es que la relación entre Casado y Abascal no es precisamente buena y que el presidente de Vo quiere entrar en el Gobierno para impulsar a su propio partido al más puro estilo Pablo Iglesias.

La idea inicial es exigir ministerios. Abascal, por supuesto, iría a por la vicepresidencia. Pero lo harían en un menor porcentaje que el de Sánchez para tener menos ministerios operativos. El presidente de Vox quiere gestionar temas importantes en materia de rebaja de impuestos o control de fronteras para escenificar algunas de sus políticas más populares. Si sale bien, Vox aspira a robar votantes al PP. Pero si sale mal, al menos los aristogatos habrían entrado en el Ejecutivo.