La directora Nathalie Álvarez Mesén debuta en la 66 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) en la que es la primera película costarricense que se proyecta en la historia del festival: ‘Clara Sola’, una cinta de realismo mágico en la que el despertar místico y sexual van de la mano.
«Clara es una mujer que vive en la montaña de Costa Rica en un pueblo en el que todos creen que tiene una conexión con la Virgen María, pero ser la santa del lugar no es compatible con tener una sexualidad, lo que no permite a Clara ser una persona completa», ha explicado la directora en rueda de prensa. Así, la narración se sitúa en el momento en que Clara experimenta su despertar sexual junto a un descubrimiento místico
Para la directora «era importante contar esta historia desde una casa que, siendo un matriarcado, reproduce las tradiciones del patriarcado», una realidad que también contiene tintes autobiográficos. «Siempre he crecido con mujeres alrededor que imponen ciertas normas», ha explicado, a lo que ha añadido que es lo que ocurre también con muchas religiones: «Vienen del patriarcado y han pasado a ser tradiciones que se siguen reproduciendo».
«He querido contarlo con mucho cariño porque tengo muy buenos recuerdos de la comunidad en torno a rezos y velas, pero también impone a las mujeres la imagen de la Virgen María», un ideal que es «imposible de alcanzar porque es virgen y madre», lo que hace que se sientan frustradas.
Pero como, precisamente, la religión «impone ciertos límites», la directora apostó por una combinación con la naturaleza costarricense para ampliar esa espiritualidad. «Siempre tenemos roles en la sociedad, pero cuando estamos solos en la naturaleza se crea esa intimidad y honestidad con uno mismo», ha matizado Álvarez, quien ha incidido también en que «el personaje de Clara trata de permanecer honesta a esto y hay varios personajes con los que ella interactúa que ejemplifican que la naturaleza es su mejor amiga», tales como el escarabajo Ofir o la yegua Yuca.
LA PROTAGONISTA
Sobre la elección de su actriz principal, Wendy Chinchilla Araya, la cineasta ha recordado que ella misma es mimo y quería a alguien con mucha «consciencia corporal». Entre un casting de bailarines y profesionales de las artes marciales es donde encuentra a su Clara, a la que Wendy, que debuta también con esta cinta, aporta «una movilidad increíble». «Es un personaje muy quieto pero por dentro se mueve mucho; Clara baila de forma interna», ha aclarado la directora de este filme cuyo reparto está formado por lo que ella llama «actores naturales» a los que ha encontrado «en la calle».
La directora y su actriz principal comparten, además, una «relación especial» porque ambas vienen del escenario y de cuestiones físicas. «Nos conocimos como lobas y fuimos aportando humanidad y evolucionando nuestra relación», ha explicado Álvarez Mesén.
La historia de Clara, su mundo de honestidad y su forma de comunicarse con la naturaleza nacieron de un curso de guion en el que participó su directora, que comparte con su personaje muchas similitudes en cuanto a las normas heredadas de madres y abuelas. «Clara tiene mucho de mí pero también de muchas personas que forman parte del proceso», ha asegurado, sobre un rodaje en el que el equipo ha logrado hablar abiertamente de la sexualidad. Ha habido mucha comunicación abierta con el equipo y, sobre todo, con Wendy», ha comentado antes de remachar que ha sido «una experiencia bonita.