Al menos 200 millones de niños en edad escolar viven en 31 países de bajos y medianos ingresos que siguen sin estar preparados para poner en práctica la enseñanza a distancia durante los cierres escolares que se puedan presentar en el futuro debido a situaciones de emergencia.
Así lo pone de manifiesto un nuevo informe de Unicef publicado este miércoles, que señala que de esos cerca de 200 millones de estudiantes, 102 millones viven en 14 países que mantuvieron total o parcialmente cerradas sus escuelas durante al menos la mitad de la pandemia de COVID-19, lo que dejó a muchos escolares sin ningún tipo de educación.
El análisis se centra en tres ámbitos: la disponibilidad de recursos en el hogar y el nivel de educación de los progenitores; la adopción de políticas y la capacitación de los docentes; y la preparación del sector educativo para las emergencias.
«Incluso en medio de una emergencia, sabemos que habrá otra. Sin embargo, no estamos avanzando lo suficiente para garantizar que los estudiantes tengan mejores opciones la próxima vez que se vean obligados a dejar de asistir a la escuela», declara la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore.
A su juicio, aunque los últimos 19 meses han sido «perturbadores», han permitido vislumbrar lo que se puede lograr durante la pandemia y después de ella. Junto con nuestros aliados, hemos trabajado arduamente para aprovechar el poder de la tecnología y ofrecer oportunidades de aprendizaje a los niños y los jóvenes de todo el mundo», añade.
Según el informe, entre los países que necesitan mejoras con mayor urgencia en el sector de la educación se encuentran Benin, Burundi, Congo, Costa de Marfil, Etiopía, Madagascar, Malawi, Níger y Togo. Durante la pandemia de COVID-19, la falta de preparación para la enseñanza a distancia impactó especialmente a los estudiantes que viven en países donde las escuelas estuvieron cerradas total o parcialmente durante al menos la mitad de los últimos 19 meses, como el Congo y Madagascar.
El informe destaca las limitaciones del aprendizaje a distancia y las desigualdades en el acceso, y advierte de que la situación es probablemente mucho peor de lo que indican los datos disponibles. Más allá de los países que fueron evaluados, datos anecdóticos y cualitativos revelan que los estudiantes han afrontado desafíos con la educación a distancia en todo el mundo, incluso en los países de ingresos altos y medianos altos.
OTRAS CONCLUSIONES IMPORTANTES
Otras conclusiones importantes del informe es que de 67 países evaluados, 31 no están preparados para ofrecer enseñanza de forma remota en ningún nivel y los estudiantes más afectados son los de África Occidental y Central; 17 países tienen un nivel de preparación promedio; y 19 países un nivel de preparación superior al promedio.
La enseñanza preescolar es el nivel educativo más descuidado, ya que muchos países no adoptaron las políticas pertinentes durante las cuarentenas por la COVID-19, dejando atrás a los estudiantes más jóvenes durante los años más críticos de su desarrollo.
Otras crisis, como por ejemplo las que provoca el cambio climático, también pueden repercutir significativamente en el acceso a la enseñanza. De los 31 países, 23 también están altamente –o extremadamente– expuestos a las perturbaciones climáticas y ambientales, lo que aumenta el riesgo de que 196 millones de niños en edad escolar se vean obligados a interrumpir sus estudios debido al cierre de las escuelas en las situaciones de emergencia.
El informe destaca que Argentina, Barbados, Filipinas y Jamaica tienen los niveles más altos de preparación. No obstante, incluso tratándose de los países con las posiciones más altas, las diferencias dentro de cada país señalan que los niños de las zonas rurales o de las familias más pobres son, de lejos, los que tienen más probabilidades de perder la oportunidad de estudiar durante los cierres escolares.
Si bien, Unicef considera «alentador» que muchos países con un producto interno bruto relativamente bajo hayan obtenido puntuaciones superiores al promedio en términos de preparación a la docencia online, lo que indica que, según la organización, posiblemente se beneficiaron de la cooperación internacional y del intercambio de buenas prácticas.
Según el informe, nada reemplaza el aprendizaje presencial. Sin embargo, las escuelas resilientes y con sistemas sólidos de enseñanza a distancia, sobre todo en materia digital, pueden ofrecer un nivel de educación relativamente bueno durante los cierres escolares en épocas de emergencia. Además, al reabrir las escuelas, estos sistemas pueden ayudar a que los alumnos recuperen el aprendizaje perdido.